© 1999 Peep Söber
© 1999 Asociación Urantia Internacional (IUA)
Peep Sõber
Tallinn, Estonia
Conferencia de lectores de El libro de Urantia en Estonia, Karepa, 12 de agosto de 1998
Las ansiedades sobre el futuro son difíciles y emocionales. Las incertidumbres respecto del futuro frecuentemente se originan en las emociones fundamentadas en el temor asociadas, como lo están, con la realidad de lo desconocido. En otro sentido, vivimos con fe y esperanza, así como con expectativas hacia las cosas placenteras, que las percibimos como la realidad conocida.
Estas expectativas están enraizadas en nuestras creencias personales. Por ejemplo, podríamos pensar que somos «los elegidos» y que los «chicos malos» pronto desaparecerán. Deberíamos entonces ser elevados a un lugar placentero. Podríamos creer que luego de la muerte física deberíamos despertar en el cielo, o cualquier cosa similar. Aún estas creencias están basadas en revelaciones. Ahora, las creencias siempre son el producto de nuestras distorsiones de revelaciones personales o colectivas. Ellas no necesariamente están basadas en la verdad percibida, más sí en expectativas placenteras. Todos nosotros nos inclinamos hacia la creencia en cosas que parecen placenteras e ignoramos todos aquellos mensajes que no nos son gratos.
En el caso de que fuéramos capaces de eliminar el temor y la candidez de la fe podríamos relacionarnos al futuro más seriamente. En las palabras de un proverbio árabe ese hombre es el más bravo, mientras no tema a mirar hacia el futuro. El verdadero valor se puede originar solamente en la confianza en un Padre amoroso y en una sintonía con sus fragmentos, el espíritu divino en nuestras mentes.
El camino del hombre para contemplar el futuro puede parecer algo primitivo. Si deseáramos movernos de un punto de inicio A hacia un punto B (realidad «conocida»), podríamos también movernos hacia un punto C (realidad «desconocida»). Por ejemplo, cuando nuestros amigos extranjeros iniciaron sus travesías desde sus tierras natales (punto A) esperando alcanzar el punto B (un país que ellos supusieron era Estonia), ellos probablemente estaban siendo tomados un poco por sorpresa cuando alcanzaron el punto C (la real Estonia — más o menos diferente de sus preconcepciones de Estonia).
Podemos discernir este mismo fenómeno con referente a las predicciones sobre el futuro. Inevitablemente aterrizamos en el punto C. Ocasionalmente, C podría ser idéntico con B (predicción), pero podría también ser extremadamente diferente.
En El libro de Urantia este problema está explicado con las siguientes palabras: En las edades planetarias más avanzadas estos serafines [Los Espíritus de la Confianza] enaltecen la apreciación bumana de la verdad de que la incertidumbre es el secreto de la continuidad satisfecha. Ayudan a los filósofos mortales a darse cuenta de que, aun cuando la ignorancia es esencial para el éxito, sería un error colosal para la criatura conocer el futuro. Aumentan el gusto del bombre por la dulzura de la incertidumbre, por el romanticismo y el encanto de un futuro indefinido y desconocido [LU 39:5.9]
Y sólo dos páginas más adelante, en la sección 7 leemos — Serafines del Futuro: Es verdad que estos serafines funcionan en relación con la carrera de los mortales ascendentes, pero sirven casi exclusivamente a aquellos mortales que sobreviven mediante alguna orden modificada de ascensión. Ya que estos ángeles no se ocupan directamente ni de Urantia ni de sus habitantes, se considera conveniente abstenerse de describir sus fascinadoras actividades [LU 39:7.1-2]
Estos párrafos explican la casi completa ausencia de predicciones sobre el futuro de nuestro planeta en El libro de Urantia.
No era tan sólo por curiosidad por la que los antiguos trataban de conocer el futuro; querían evitar la mala suerte. La adivinación fue simplemente un intento de prevenir dificultades [LU 87:5.14]. Afortunadamente, nosotros no estamos pensando de esa manera, pero las preguntas e interrogantes respecto del futuro, aún permanecen.
Les dijo Jesús a sus discípulos que él retornaría a la Tierra, pero ello no va a suceder en los próximos 2000 años, tal clase de anuncio difícilmente podría haberlos animado, a ellos y a todas las próximas generaciones. En otro aspecto, Jesús, ocasionalmente habló algo sobre el futuro. Reportes del capítulo 176, por ejemplo, él hizo esto en su deseo por salvar a los apóstoles de la destrucción de Jerusalén. Podríamos concluir: el conocimiento del futuro podría ser en detrimento, si no estuviéramos listos para él. Sin embargo, en otros casos tal conocimiento puede ser una ayuda. Nuestra actitud hacia el conocimiento del futuro no debe ser la faceta de uno.
Sin embargo, los reveladores han hecho una excepción: la instrucción hecha por superhumanos a la comisión de contacto y al fórum, incluyó una cantidad de predicciones respecto de la diseminación de El libro de Urantia. Con respecto a estos asuntos, más adelante tengo que hacer algunos comentarios.
El libro de Urantia explica el destino de nuestro planta y de nosotros mismos. Pero está prácticamente silente sobre la forma en que esto ocurrirá. Las instrucciones dadas a los reveladores, probablemente imponían algunas restricciones sobre tal información. Evidentemente, muchos lectores potenciales, de cualquier manera no estarían listos para recibir tal información. Punto B («realidad» conocida) continúa atrayendo a muchos.
Esperanzadoramente, hay gente en el movimiento Urantia que estaría lista para contemplar y conversar sobre estos temas. ¿Por qué es importante? Lo más que nuestro punto B se aproxime al punto C , los menores desagrados que experimentaremos y lo más efectivas que nuestras vidas serán. Deberíamos empezar a tener vidas más reales y creativas, porque así seremos capaces de descubrir posibilidades sobre las cuales no podríamos siquiera haber soñado en el pasado. De otra manera estaremos gastando nuestras energías en intentos fútiles por alcanzar el punto B.
Nuestras mentes mortales y la lógica de la ciencia afirman que el pasado y el presente son reales, mientras que el futuro no — él sólo se volverá real. Debido a esta constante irrealidad es que no somos capaces de ver el futuro. Sólo podemos ver cosas reales. Entonces, tampoco podemos ver todas las cosas reales. No podemos, por ejemplo, ver los ángeles o las ondas electromagnéticas. Nuestras creencias sobre la libre elección también se correlacionan con que los eventos futuros no sean tan reales como podrían; ellos evolucionarán a partir de nuestras decisiones presentes. Consecuentemente, es fácil de decir que la predicción del futuro es una superstición, aún si nuestras propias experiencias a veces nos estén indicando lo contrario.
Más allá, nuestro concepto por sí mismo de la futuridad puede ser una superstición, derivándola de nuestra casi primitiva concepción del tiempo-espacio y de las interpretaciones que nuestras mentes mortales hagan de él. Muchas cosas podrían parecer reales en nuestro esquema, al igual que podrían aparecer como un concepto ilusorio y como una falta de entendimiento.
Hoy día, tenemos hechos suficientes que verifican la posibilidad de que los mortales verdaderamente puedan ver eventos del futuro. Por ejemplo, en el siglo XVI Nostradamus vio el encumbramiento y caída de la Unión Soviética; él, aún predijo su edad — 73 años 7 meses. No todos estos hechos se originaron en Nostradamus. Tenemos, por supuesto, aún más casos de profetas fallando en sus profecías; ellos son falsos profetas. Yo sólo me refiero a los profetas reales.
Si nuestra teoría se riñe con los hechos, la teoría tiene que ser revisada y perfeccionada. Es mejor decir que nuestra conceptualización del tiempo y espacio es sólo relativamente válido en nuestra condición específica del espacio tridimensional.
Leemos que el Ajustador del Pensamiento es consciente del tiempo de una manera única. Las percepciones y conceptos del Ajustador sobre el tiempo-espacio son totalmente diferentes a las nuestras. Podríamos creer que un Ajustador es capaz de ver los eventos futuros y que podría algunas veces impartirnos ciertos avances sobre ellos. Arribarán falsos profetas si los humanos distorsionan los mensajes de los Ajustadores. La fuente de muchas falsas profecías residen en la imaginación del profeta.
Ya que existen Serafines del Futuro, es justificado creer que ellos también son capaces de ver el futuro; y por lo tanto lo son muchas otras de las órdenes de los seres celestiales supremos.
Pero ¿dónde está nuestro libre albedrío? ¿Aparece nuestra lógica como muy primitiva? Podemos reclamar que hemos creado nuestra propia fe, pero Dios es el último árbitro. Damos una razón y Dios da el resultado de acuerdo a nuestro destino. La libertad no implica la total libertad de hacer lo que queramos. Hay varias leyes que ciertamente nos restringen. Un dios de valor final debe, en sí mismo, ser el árbitro de los bados y el creador del destino [LU 98:1.3]
La etapa moroncial tal vez no venga con contradicciones similares. En todo caso deberíamos esperar que los seres superiores sean capaces de predecir como nosotros, los mortales, vamos a utilizar nuestro libre albedrío en el futuro. Si vemos a alguien correr y caer, y le contamos a otros sobre ello, el corredor todavía retiene su libertad de acción para comportarse así.
Pero demos una mirada a que cosa tienen los reveladores para nosotros sobre el espacio y el tiempo:
La mente del hombre está menos sujeta al tiempo que al espacio, debido a la naturaleza intrínseca de la mente. Aun durante los tiempos de la vida terrestre en la carne, a pesar de que la mente del hombre está rígidamente sujeta al espacio, la imaginación bumana creadora está comparativamente libre del tiempo. Pero el tiempo mismo no es, genéticamente, una cualidad de la mente. Existen tres niveles diferentes de conocimiento del tiempo:
1. Tiempo percibido por la mente: conciencia de secuencia, movimiento, y sentido de duración…
2. Tiempo percibido por el espiritu: discernimiento del movimiento bacia Dios y conciencia del movimiento de ascensión bacia niveles de divinidad en aumento.
3. La personalidad crea un singular sentido del tiempo mediante el discernimiento de la Realidad, más una conciencia de presencia y la noción de duración.Los no espirituales animales sólo conocen el pasado y viven en el presente. El hombre habitado por el espíritu tiene poderes de previsión (discernimiento); puede visualizar el futuro. Sólo las actitudes progresistas y que miran bacia adelante son personalmente reales. La ética estáticay la moral tradicional son tan sólo levemente superanimales. Tampoco es el estoicismo un grado elevado de autorrealización. La ética y la moral se hacen verdaderamente bumanas cuando son dinámicas y progresistas, llenas de vida de la realidad universal.
La personalidad bumana no es meramente un fenómeno colateral de los acontecimientos del tiempo y el espacio; la personalidad bumana también puede actuar como causa cósmica de tales acontecimientos. [LU 12:5.5-11]
Podemos observar en lo anterior cuan valiosos podrían ser nuestros puntos de vista hacia el futuro.
Lo sabemos como probable que tanto Dios como los ángeles puedan predecir el futuro. No estamos completamente seguros de si Dios elige o no conocer de antemano los sucesos pecaminosos. Pero aunque Dios preconozca las acciones de libre albedrío de sus hijos, tal preconocimiento no abroga en lo más mínimo la libertad de ellos. Una cosa es segura: A Dios no le sorprende nada. [LU 3:3.4]
Éstos son los ángeles de proyección, que pronostican una edad futura y planean la realización de cosas mejores de una nueva dispensación en avance; son los arquitectos de las eras sucesivas. El grupo abora en elplaneta ba funcionando así desde el comienzo de la dispensación corriente. [LU 114:6.10]
Nuestra forma de dividir el tiempo en pasadopresente-futuro es solamente una verdad relativa. En los universos evolucionarios la eternidad es la perdurabilidad temporal — el ahora sempiterno [LU 118:1.1]
Pero ¿cómo podríamos intentar una percepción de la eternidad? Para ello existe una técnica sencilla: Decidir hacer el deseo del Padre. Esto significa que la intención de la criatura se ha vuelto invariable en relación con la sucesión de los momentos; dicho de otra manera, que la sucesión de los momentos no presenciará ningún cambio en la intención de la criatura [LU 118:1.2]
Actualmente, la percepción que cada uno de nosotros tiene de las unidades del tiempo no es de la misma duración. Existe una relación directa entre la madurez y la unidad de la conciencia del tiempo en cualquier intelecto determinado. La unidad de tiempo puede ser un día, un año o un período más prolongado, pero inevitablemente es el criterio por el cual el yo consciente evalúa las circunstancias de la vida, y por el cual el intelecto que concibe mide y evalúa los hechos de la existencia temporal. [LU 118:1.4]
La experiencia, la sabiduría y el juicio son los fenómenos que acompañan a la prolongación de la unidad de tiempo en la experiencia de los mortales. A medida que la mente humana retrocede en el pasado, evalúa la experiencia pasada con objeto de hacer que influya sobre una situación presente. Cuando la mente se introduce en el futuro, intenta evaluar el significado futuro de una posible acción. Una vez que ha tenido en cuenta así tanto la experiencia como la sabiduría, la voluntad humana ejerce su juicio y su decisión en el presente, y el plan de acción nacido así del pasado y del futuro surge a la existencia. [LU 118:1.4]
Los mortales, cuyas unidades de tiempo son cortas, practican la paciencia; la verdadera madurez trasciende la paciencia en un refrenamiento nacido de la verdadera comprensión. [LU 118:1.6]
Madurar significa vivir más intensamente en el presente, escapándose al mismo tiempo de las limitaciones del presente. Los planes de madurez, fundados en la experiencia pasada, se están concretando en el presente para de tal manera enaltecer los valores del futuro. [LU 118:1.7]
La unidad de tiempo de la inmadurez concentra el significado-valor en el momento presente para de tal manera divorciar el presente de su relación auténtica con el no presente —el pasado-futuro. La unidad de tiempo de la madurez está dimencionada para de tal modo revelar la relación coordinada del pasado-presente-futuro que el yo comien ra a obtener discernimiento en la totalidad de los acontecimientos, comienza a visualizar el paisaje del tiempo desde una perspectiva panorámica de horizontes ampliados, comienza tal vez a sospechar el continuo eterno, sin comienzo ni fin, los fragmentos del cual se llaman tiempo. [LU 118:1.8]
Deberíamos entonces escoger vivir con una más amplia conciencia del tiempo, los párrafos antes expuestos son extremadamente importantes para comprenderlo. Algunas veces el momento presente viene con algo maravilloso hacia nosotros: juna verdadera visión hacia el futuro! Nos sentimos felices en estos extraños momentos cuando percibimos nuestra existencia en una perspectiva más amplia del tiempo. El hecho opuesto es que nunca nos sentiremos verdaderamente felices si sentimos temor de que el momento feliz sea solamente momentáneo y se desvanezca en el próximo minuto.
Concluyendo: Una conciencia más alta de la realidad no involucra una división rígida del tiempo en pasado, presente y futuro. La interrogante alrededor de todo ello concierne a la exactitud y a la medida de las unidades de tiempo de uno. Hemos crecido acostumbrados a percibir el presente como una extremadamente pequeña ventana en el tiempo. Podríamos estar seguros de que el futuro nos depara muchas sorpresas en este sentido. Las así llamadas experiencias místicas son solamente una antesala de aquellos capítulos de nuestra carrera eterna. Pero toda esta concepción más amplia del tiempo tendría para nosotros un valor real si solamente no fuéramos negligentes in nuestros deberes presentes y si reconociéramos la ilusoria naturaleza del punto B .
En razón de no ser excesivamente teorético, permítannos conducir un pequeño experimento con el tiempo.
Es obvio que vivimos en un espacio tridimensional y que podemos cambiar las coordenadas de nuestra ubicación, esto es, moviéndonos de un lugar a otro. Pero no tanto así con respecto al tiempo; no podemos cambiar, en el tiempo, nuestras dimensiones o coordenadas; el tiempo está cambiando automáticamente por sí mismo. No podemos viajar en el tiempo. Pero imaginémonos que podríamos cambiar nuestras coordenadas en el tiempo con menos 50 años, y que no podríamos cambiar nuestras coordenadas espaciales. Continuaríamos encontrándonos en la misma habitación en Karepa, de hecho sosteniendo nuestra conferencia el 12 de agosto de 1948:
Prácticamente no hay turistas extranjeros en Estonia y, como una regla, los foráneos no pueden dejar la capital de Tallinn. Nuestro equipo de cocineros son personas del lugar, de la época del terror estalinista. Muy pronto vamos a ser informados que estamos en una «zona de frontera», dónde aún los locales necesitan llevar consigo un permiso especial. Pero, ello no nos importa; seguimos adelante con nuestra conferencia. Sentimos empatía con la gente de ese tiempo, claro no podemos hacer nada por mejorarlos excepto que realizar una predicción profética. Nuestra predicción es que esta época va a pasar pronto, y que también Estonia, algún día, volverá a recuperar su libertad. Nuestro mensaje debería inspirarlos a ser más optimistas; debería hacer crecer las esperanzas por un futuro mejor. Pero ellos encuentran imposible de creernos. Les suena demasiado bueno y tan irreal que aún les es muy difícil imaginárselo.
Sin embargo preguntan: «Cuándo se supone que esto sucederá?» Les contestamos: «No muy lejano en el futuro.» Sabemos que si divulgáramos el momento exacto de los eventos cruciales podría no tener un efecto positivo en ellos.
Después de almorzar se nos antoja dar una caminata por el mar. Llama a nuestra atención una cerca de alambre con púas. Pronto detectamos un pequeño agujero por el que se puede cruzar hacia el otro lado. Ahora vemos una amplia zona de arena, similar a un campo de cultivo de papas. Caminamos a través de esa zona y miramos hacia atrás para ver nuestras huellas en la arena. Sólo después de unos pocos minutos encontramos unos guardias fronterizos armados que nos hablan en ruso y nos escoltan hacia su cordón. Nos indican que todos estamos arrestados. Nuestros huéspedes extranjeros son acusados de ser agentes de la CIA y que nuestros amigos estonios son «claramente enemigos de la clase trabajadora». Experimentamos un viaje a Siberia. Y todo esto sucedió ¡solamente porque cambiamos nuestras coordenadas del tiempo en 50 años! Habiendo pasado un día en Siberia ya tenemos suficiente y decidimos retornar al presente. ¡Qué experiencia extraña!
Ahora lo que deseamos hacer es algo mucho más fascinante, queremos avanzar en la dimensión del tiempo 50 años más allá del presente, pero aún continuamos ubicados aquí en Karepa. Ahora podríamos continuar contando nuestras experiencias. Hay algo que es cierto: en comparación con nuestra situación presente estas experiencias son simplemente increíbles, tal vez más aún de lo que fueron nuestras predicciones a aquella gente del año 1948. Podríamos llegar a dos conclusiones:
Somos libres también de experimentar sobre estos temas privadamente. Podríamos, por ejemplo, fantasear con que estuviéramos 10 o 25 años atrás, o con cuan diferentes podríamos ser dentro de 10 o 25 años. Podríamos percibir aún algo sobre nuestras personalidades, el elemento que por siempre permanecerá como la «realidad inmutable».
Si creyéramos que es imposible percibir algo del futuro, estaríamos encerrando a nosotros mismos en una caja muy pequeñita, cuyo nombre sería «el momento actual». Limitamos nuestras oportunidades hacia el mismo momento presente; no somos capaces de ganar una visión hacia la totalidad de los eventos. Me parece a mí que de esta manera, aún somos como bebés tratando de dar nuestros primeros pasos.
El libro de Urantia nos instruye, enseñándonos que el tiempo es el regalo más grande que se nos ha ofrecido. Lo más efectiva y creativamente que utilicemos este camino, lo más felices que seremos en el tiempo. Si nosotros imagináramos viviendo en la eternidad pero desperdiciando nuestro tiempo entre trivialidades y banalidades, ello resultaría en molestias, accidentes y varios sufrimientos.
En los niveles de lo infinito y de lo absoluto, el momento presente contiene todo el pasado, asi como también todo el futuro. [LU 117:7.7]
Fin de la Parte I. La Parte II será publicada en el siguiente volumen del Journal.