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Ni laicismo ni religión | Luz y Vida — Núm. 27 — Diciembre 2011 — Índice | Noticias de la Asociación Urantia de España |
En esta segunda entrega de «Convergencias y Divergencias» abordaremos un tema curiosamente controvertido. En el Documento 36, «Los Portadores de Vida», sección 2, LOS MUNDOS DE LOS PORTADORES DE VIDA, LU 36:2, podemos leer, y copio literalmente:
…Hay también siete tipos arquitectónicos de diseño de vida, las combinaciones fundamentales de las configuraciones reproductoras de la materia viviente. Los modelos de vida de Orvonton están configurados bajo la forma de doce portadores de la herencia. Las diferentes órdenes de criaturas volitivas están configuradas según los números 12, 24, 48, 96, 192, 384 y 768. En Urantia hay cuarentay ocho unidades de control arquetípico - de determinadores de las características- en las células sexuales de la reproducción humana… LU 36:2.11
De la lectura de este texto, lo primero que me acude a la mente es que los Reveladores (en este caso un Hijo Vorondadek) están aludiendo a lo que hoy comúnmente denominamos «cromosomas»… ¿o no os lo parece así?
Acerquémonos al concepto de cromosoma, entremos en materia y surge el primer escollo:
Sabemos que la especie humana posee 46 y no 48 cromosomas. ¿Se equivocó el Hijo Vorondadek, se equivoca nuestra ciencia, o quizá ni una cosa ni otra y resulte que los dos tienen razón? Hagamos un poco de resumen histórico y leamos con atención el texto del LU, a ver si es posible conciliar esta tremenda discrepancia. En un dato como éste pienso que no caben aproximaciones, como podríamos considerar si determináramos distancias o habláramos de fechas.
Tengamos en cuenta que «The Urantia Book» aparece publicado en Chicago en 1955, y veamos qué decía la ciencia de la época.
Hay un artículo que nos resuelve la controversia sobre este tema de una manera muy esclarecedora:
Barcat, Juan Antonio. Los cromosomas de la especie humana: 48, 47 y 46. Medicina (B. Aires), Abr 2007, vol.67, no.2, p.211-213. ISSN0025-7680
Sugiero su lectura completa para tener una visión más objetiva, pero en resumen podemos decir que, en marzo de 1954, a la pregunta: ¿Cuántos cromosomas tienen las células somáticas humanas? La respuesta correcta era: tienen 48 cromosomas. Así lo sostenían los textos de histología y citología de la época (De Robertis, Nowinski y Sáez, Buño, Maximow y Bloom, Bayley). Sin embargo, después de 1956 la respuesta correcta ya no eran 48 cromosomas sino solamente 46.
Esa diferencia se originó en parte debido al interés que tenían los investigadores en encontrar diferencias entre las distintas razas humanas. Por otro lado, estaba el hecho de la complejidad de aislar las células en el momento adecuado para poder contar cromosomas de una manera inequívoca.
Ahora la situación parece clara, pero antes de 1956 se pensaba que el número de cromosomas era 48 cuando en realidad son 46. Si además traemos a nuestra memoria lo descrito en la pág. 1109 del LU, sección 4, «Las Limitaciones de la Revelación», podríamos zanjar el asunto considerando que justo en esa época el conteo de cromosomas daba 48 unidades en lugar de 46, y el Revelador no quiso anticipar ese dato, aunque casi no podríamos hablar de anticipación puesto que 1955 es la fecha de la publicación, y justo al año siguiente se cuentan 46 cromosomas de manera definitiva; parece que el Revelador ajustó las fechas de una manera sorprendente. Si el LU se llega a publicar un año más tarde, ya hubiera nacido con un error de bulto.
Podríamos dejar aquí la reflexión sobre este tema, pero me gustaría ir un poco más allá…
Hagamos hincapié en el hecho de que el revelador no se conforma con darnos un único número y además aparentemente equivocado (el 48), sino que además lo relaciona con los 12 modelos portadores de herencia existentes en Orvonton.
¿Qué sentido tendría darnos un dato erróneo y llevar el error más allá, involucrando el número falseado con relaciones numéricas adicionales y que presumiblemente no podremos comprobar en muchísimo tiempo? ¿Cuándo nos será posible a los seres humanos de Urantia contar el número de cromosomas de otros seres de Orvonton? Y todo cuando podrían haberlo evitado fácilmente, mencionando por ejemplo que el número es proporcional a los modelos portadores de herencia de Orvonton, sin decir si hablamos de múltiplos de 12 o de cualquier otro número.
Tengamos en cuenta unas fechas para considerar en el tiempo el estudio de los cromosomas y su relación con la herencia biológica: (citas extraídas de Wikipedia en noviembre de 2011)
1841, los cromosomas fueron descubiertos por Karl Wilhelm von Nägeli.
1869, Friedrich Miescher descubre el ADN.
1889, Wilhelm von Waldeyer les dio el nombre de cromosoma que significa cuerpo coloreado en idioma griego.
1910, Thomas Hunt Morgan describió que son los portadores de los genes.
1943, Oswald Avery, C. McLeod y M. McCarty descubren que elADN es el material hereditario.
1953, James Dewey Watson y Francis Harry Compton Crick descubren la estructura del ADN.
Si en este momento hacemos un inventario de datos, nos encontramos que tenemos el panorama siguiente:
Primero, que el revelador menciona «48 unidades de control», y no utiliza la palabra «cromosoma», a pesar de que existía desde 1889, y segundo, que si son 46 los cromosomas y no 48, su explicación de la multiplicidad del número 12, carece de sentido.
Parece ser que o bien el revelador nos tomó el pelo llevando la falsedad más allá de lo razonable, o bien hay en realidad 48 unidades de control de la transmisión de la herencia encontrándose éstas presentes sólo en las células sexuales, siendo 46 de las 48 unidades de control, los cromosomas que ya conocemos, y abriéndonos a la posibilidad de que además debería haber otras dos entidades que la ciencia aún no ha definido como tales, y permanecen desconocidas. Estas dos unidades extras deberían de estar presentes en las «células sexuales de la reproducción humana». Recordemos que actualmente la ciencia entiende que todas las células presentan el mismo número de cromosomas, salvo los gametos (células sexuales) que presentan la mitad de la carga genética para que al fusionarse óvulo y espermatozoide formen una célula con otra vez 46 cromosomas.
El LU está plagado de datos, alguno de los cuales iremos comentando en esta sección. ¿Os habéis planteado cuál ha de ser nuestra postura frente a ellos? ¿Quiere esto decir que a priori los datos que nos proporcional el LU pueden o no ser verídicos y no tenemos manera de discriminar cuándo nos dan datos correctos o cuándo son completamente equivocados?
¿Quizá la manera de no regalar ni adelantar conocimiento sea precisamente entremezclar de manera no sistemática datos correctos con datos inexactos, de manera que no podamos deducir a partir de lo revelado nada definitivo sobre la realidad física?
En sucesivas entregas de esta sección tendremos la oportunidad de comentar situaciones opuestas, es decir, casos en los que los reveladores proponen una teoría diferente a la establecida en la época de la publicación del LU (1955) y que ahora (2011) se vuelve a considerar como posible, con lo que aparentemente irían en contra de las limitaciones de la revelación, salvo que lo hayan hecho de manera que no podamos confiar en la veracidad de esos datos.
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