© 1959 William S. Sadler
© 1961 Fundación Urantia
Proposición. La guerra es la herencia natural del hombre en evolución; la paz es la vara de medir social que mide el avance de la civilización.
«La guerra es el estado y patrimonio naturales del hombre evolutivo; la paz es el metro social que mide el progreso de la civilización. Antes de la socialización parcial de las razas en avance, el hombre era sobremanera individualista, extremadamente sospechoso, e increíblemente pendenciero. La violencia es la ley de la naturaleza; la hostilidad, la reacción automática de los hijos de la naturaleza; mientras la guerra no es sino esto mismo llevado a una expresión colectiva. Donde y cuando la estructura de la civilización se sobrecarga debido a las complicaciones del progreso de la sociedad, siempre resulta una reversión ruinosa e inmediata a estos primitivos métodos de adaptación violenta de las irritaciones de las interasociaciones humanas.» LU 70:1.1
Proposición. Cuando los jefes primitivos evitaban la guerra, tenían que proporcionar luchas anuales a pedradas.
«Mas, en un principio, ni siquiera lo susodicho dio resultado. Cuando los caciques primitivos intentaban allanar malentendidos, se veían en la necesidad a menudo de permitir los combates tribales a pedradas por lo menos una vez al año. El clan se dividía en dos grupos que libraban una batalla de sol a sol, sin otro motivo que el puro gusto de hacerlo; la verdad es que les gustaba pelear.» LU 70:1.6
Proposición. Las primeras guerras implicaron a tribus enteras, pero a veces se batían en duelo (como David and Goliat).
«Las guerras primitivas se peleaban entre las tribus completas; pero en épocas posteriores, al trabar una disputa dos individuos de tribus diferentes, en vez de que lucharan las dos tribus, los dos disputadores se batían en duelo. También llegó a ser costumbre que dos ejércitos se lo jugaran todo según el resultado de una contienda entre representantes seleccionados de cada lado, tal como fue el caso de David y Goliat.» LU 70:1.19
Proposición. Las guerras perduran porque el hombre ha evolucionado de animales belicosos. Las guerras primitivas tuvieron muchas causas. Vean: LU 70:1.7
Proposición. El primer refinamiento de la guerra fue la toma de prisioneros. Después, las mujeres quedaron exentas y se reconoció a los no combatientes.
«El primer refinamiento de la guerra fue la toma de prisioneros. A continuación, se eximió a las mujeres de las hostilidades, y luego vino el reconocimiento de los no combatientes. No tardaron en desarrollarse castas castrenses y ejércitos permanentes para mantenerse a tono con la creciente complejidad del combate. Pronto se les prohibió a estos guerreros asociarse con mujeres, y hace mucho tiempo que las mujeres cesaron de luchar, si bien vienen alimentando y cuidando a los soldados e instándoles a batallar.» LU 70:1.20
Proposición. Las primeras guerras tuvieron ciertos valores sociales.
«La guerra ha tenido valor social para las civilizaciones pasadas por cuanto:
- Imponía disciplina, exigía cooperación.
- Premiaba la entereza y la valentía.
- Fomentaba y solidificaba el nacionalismo.
- Destruía los pueblos débiles y no aptos.
- Disolvía la ilusión de la igualdad primitiva y estratificaba selectivamente la sociedad.» LU 70:2.3
Proposición. Las guerras antiguas diezmaban a los pueblos inferiores; la guerra moderna destruye a los mejores linajes humanos.
«Las guerras antiguas promovieron los viajes y los intercambios culturales; ahora sirven mejor para estos fines los métodos modernos de transporte y comunicación. Las guerras antiguas fortalecieron las naciones, pero las luchas modernas trastornan la cultura civilizada. La guerra antigua resultó en el diezmar de las gentes inferiores; el resultado neto del conflicto moderno es la destrucción selectiva de las mejores cepas humanas. Las guerras primitivas promovieron la organización y la eficiencia, pero ahora éstas han llegado a ser el objetivo de la industria moderna.» LU 70:2.9
Proposición. El hombre no abandona la guerra hasta que aprende que la paz es mejor para su bienestar material.
«El hombre nunca aceptará la paz como modo normal de vida hasta tanto no se haya convencido cabal y reiteradamente de que la paz le conviene más para su bienestar material, y hasta que la sociedad, juiciosamente, no haya ofrecido alternativas pacíficas para la satisfacción de aquella tendencia inherente a descargar periódicamente el impulso colectivo que sirve para liberar aquellas emociones y energías, que se acumulan constantemente, y que pertenecen a las reacciones de la autopreservación de la especie humana.» LU 70:2.20
Proposición. La guerra seleccionó a grandes hombres para que fueran líderes y enseñó a una raza de individualistas arrogantes a someterse a la autoridad.
«Pero aunque sea de paso, se le debe rendir honores a la guerra en su calidad de escuela de experiencia, que constriñó a una raza de arrogantes individualistas a someterse a una autoridad sobremanera concentrada —a un ejecutivo supremo. La guerra a la antigua seleccionaba para el liderazco a hombres de grandeza innata; la guerra moderna, sin embargo, ya no hace otro tanto. Para descubrir a sus líderes, la sociedad actual debe recurrir a las conquistas de la paz: la industria, la ciencia y el logro social.» LU 70:2.21
Proposición. La sociedad primitiva era una horda; los niños eran propiedad común. Más tarde, surgió el clan y la familia se adueñó de los niños.
«La horda lo es todo en la sociedad más primitiva; incluso los niños son su propiedad común. La familia evolutiva desplazó a la horda en lo referente a la crianza de la prole, en tanto los clanes y las tribus que iban surgiendo la reemplazaron en calidad de elemento social.» LU 70:3.1
Proposición. Las familias crecieron hasta los clanes. El primer gobierno fue el consejo de los ancianos.
«Con el surgimiento paulatino de las unidades familiares, se sentaron los cimientos del gobierno en la organización del clan, la agrupación de familias consanguíneas. El primer verdadero cuerpo gubernamental fue el consejo de los ancianos. Este grupo regulador constó de los ancianos que se habían distinguido en alguna forma eficiente.» LU 70:5.2
Proposición. Los clanes se mantenían unidos por un grupo de intereses comunes.
«Los clanes fueron grupos consanguíneos dentro de la tribu, y su existencia se debió a ciertos intereses comunes, como por ejemplo:
- Su origen se remontaba a un antepasado común.
- Eran leales a un tótem religioso común.
- Hablaban el mismo dialecto.
- Compartían un lugar de residencia común.
- Temían a los mismos enemigos.
- Tenían una experiencia castrense común.» LU 70:4.2
Proposición. Las desigualdades naturales aseguran la aparición de clases sociales. Los únicos mundos sin clases sociales son los muy primitivos y los más avanzados.
«La desigualdad mental y física de los seres humanos garantiza la aparición de clases sociales. Los únicos mundos sin estratos sociales son los más primitivos y los más avanzados. Una civilización en ciernes aún no ha comenzado la diferenciación de los niveles sociales, mientras que un mundo establecido en luz y vida ha borrado en gran parte estas divisiones de la humanidad, que tan propias son de todas las etapas evolutivas intermedias.» LU 70:8.1
Proposición. En una sociedad en evolución, aparecen diez agrupamientos. Vean: LU 70:8.2
Proposición. Las sociedades secretas realizan numerosas funciones para la sociedad primitiva.
«Todas las asociaciones secretas imponían un juramento, urgían la confiabilidad entre sí, y enseñaban a guardar los secretos. Estas órdenes pasmaron y controlaron a las turbas; además actuaban como sociedades de vigilantes practicando linchamientos. Fueron los primeros espías en las guerras tribales y los primeros policías secretos en tiempos de paz. Lo mejor de todo fue que mantuvieron a los reyes inescrupulosos en un trono inseguro. Para contrarrestarlos, los reyes fomentaron el desarrollo de su propia policía secreta.
«Estas sociedades dieron lugar a los primeros partidos políticos. El primer gobierno partidista fue de «los fuertes» contra «los débiles». Antiguamente, no se cambiaba de administración sino después de una guerra civil, dando así abundante prueba de que los débiles se habían convertido en fuertes.» LU 70:7.16
Proposición. A menudo se elegía a los reyes por sus aptitudes especiales, distintas a las militares.
«Más adelante se eligieron algunos caciques para servicios que no fueran militares; se seleccionaban debido a un físico insólito o a destacadas aptitudes personales. Los hombres rojos a menudo tenían dos grupos de caciques —los sachems, o caciques de paz, y los caciques de guerra hereditarios. Los gobernadores de paz eran además jueces y maestros.» LU 70:5.7
Proposición. El gobierno efectivo del estado solo llegó con un jefe ejecutivo, al conferir el poder a una persona, no a una idea.
«Tan sólo se llegaba a un régimen estatal efectivo cuando un jefe alcanzaba plena autoridad ejecutiva. El hombre descubrió que solo se lograba gobierno efectivo al conferir el poder a una personalidad, no a un concepto.» LU 70:6.1
Proposición. La soberanía nació del concepto de autoridad y riqueza familiar. Los reyes venían de los héroes; tenían un origen divino.
«La soberanía nació del concepto de la autoridad o riqueza familiar. Cuando un reyezuelo patriarcal llegaba a ser un verdadero rey, algunas veces se le llamaba el «padre de su pueblo». Más adelante, se creyó que los reyes habían surgido de los héroes. Y aún más adelante, la soberanía llegó a ser hereditaria, debido a la creencia en el origen divino de los reyes.» LU 70:6.2
Proposición. Los primeros reyes eran personas fetiche (se mantenían recluídos). Estaban representados por un primer ministro.
«Frecuentemente el rey fetiche primitivo estaba mantenido en reclusión; se le consideraba demasiado sagrado para que se le pudiera contemplar excepto en los días festivos y sagrados. Generalmente se nombraba un representante para que hiciera el papel del rey, y de ahí, el origen de los primeros ministros.» LU 70:6.5
Proposición. El poder del grupo creó el mito de la obligación absoluta del ciudadano de vivir y morir para el Estado. El Estado no es de origen divino; es evolutivo.
«El estado moderno es la institución que sobrevivió a la prolongada lucha por el poder del grupo. El poder superior, a la larga, prevaleció y produjo una obra de hecho —Estado— juntamente con el mito moral de la obligación absoluta del ciudadano de vivir y morir por el estado. Mas el estado no es de génesis divina; ni siquiera fue producido por la acción humana volitivamente inteligente; es una institución puramente evolucionaria y tuvo un origen totalmente automático.» LU 71:0.2
Proposición. La naturaleza no otorga derechos al hombre, solo una vida y un mundo en el que vivirla. La naturaleza no otorga siquiera el derecho a vivir.
«La naturaleza no le confiere al hombre derechos, sino vida, y un mundo en donde vivirla. La naturaleza no confiere ni siquiera el derecho de vivir, tal como se puede deducir si consideramos lo que probablemente le sucedería a un hombre inerme si éste se enfrentara con un tigre hambriento en el bosque primitivo. La seguridad es el don primordial que la sociedad otorga al hombre.» LU 70:9.1
Proposición. La sociedad hizo valer gradualmente sus derechos.
«Gradualmente la sociedad hizo valer sus derechos y, al presente, son:
- La garantía de abastecimiento de alimento.
- La defensa militar —seguridad mediante un estado de preparación.
- La preservación de la paz interna —la prevención de la violencia personal y el desorden social.
- El control sexual —el matrimonio, la institución de la familia.
- La propiedad —el derecho de ser propietario.
- El fomento de la competencia entre individuos y grupos.
- La disposición de la educación y capacitación de la juventud.
- La promoción del intercambio y comercio —el desarrollo industrial.
- El mejoramiento de las condiciones y remuneraciones laborales.
- La garantía de la libertad de las prácticas religiosas a fin de que todas estas otras actividades sociales sean elevadas por la adquisición de la motivación espiritual.» LU 70:9.2
Proposición. La igualdad es hija de la civilización, no se encuentra en la naturaleza. La cultura demuestra la desigualdad inherente a los hombres a través sus muy desiguales capacidades. La sociedad puede administrar derechos variados con equidad.
«Pero este ideal de la igualdad es el fruto de la civilización; no se encuentra en la naturaleza. Incluso la cultura misma demuestra de forma contundente la desigualdad inherente a los hombres a través sus muy desiguales capacidades culturales. La realización repentina y no evolucionaria de la supuesta igualdad natural volvería a precipitar al hombre civilizado a las toscas usanzas de las edades primitivas. La sociedad no puede ofrecer los mismos derechos a todos, pero sí puede comprometerse a administrar los variados derechos de cada quien con justicia y equidad. Le corresponde e incumbe a la sociedad proporcionar al hijo de la naturaleza una oportunidad justa y pacífica de perseguir la autoconservación, de participar en la autoperpetuación, y al mismo tiempo, de gozar de cierto grado de autogratificación; la suma de los tres constituye la felicidad humana.» LU 70:9.17
Proposición. El gobierno evolucionó mediante ensayo y error (un desarrollo inconsciente). Se volvió tradicional porque tenía valor de supervivencia.
«El gobierno es un desarrollo inconsciente; evoluciona mediante pruebas y errores. Tiene valor para la supervivencia; por eso se vuelve tradicional. La anarquía aumentaba la miseria; por lo tanto, poco a poco surgió, o está surgiendo, el gobierno y un sistema relativo de ley y orden. Las exigencias coercitivas de la lucha por la existencia impulsaron literalmente a la raza humana por el camino progresivo de la civilización.» LU 70:0.3
Proposición. La idea de la justicia natural es una teoría elaborada por el hombre (no es una realidad); es una ficción.
«La justicia natural es una teoría elaborada por el hombre; no es una realidad. En la naturaleza, la justicia es puramente teórica, totalmente ficticia. La naturaleza no ofrece más que una clase de justicia —la conformidad inevitable de los resultados a las causas.» LU 70:10.1
Proposición. En la sociedad primitiva, la opinión pública funcionaba directamente; no se necesitaban agentes de la ley.
«En la sociedad más primitiva, la opinión pública funcionaba de forma directa; no hacían falta los agentes de la ley. No había intimidad en la vida primitiva. Los vecinos de un hombre respondían de la conducta de él; de ahí el derecho de inmiscuirse en los asuntos personales de él. Se reguló la sociedad a base de la teoría de que la afiliación a un grupo debe entrañar interés en la conducta de cada afiliado y, hasta cierto grado, control sobre ella.» LU 70:10.4
Proposición. La evolución de la justicia está bien ilustrada por una ordalía relacionada con una esposa sospechosa de infidelidad.
«En el Antiguo Testamento consta una de estas pruebas, una prueba de culpabilidad por infidelidad matrimonial: Si un hombre sospechaba que su esposa le era infiel, la llevaba ante el sacerdote y exponía sus sospechas, tras lo cual el sacerdote preparaba una mixtura que consistía en agua bendita y barreduras del piso del templo. Después de la debida ceremonia que comprendía maldiciones amenazadoras, a la esposa acusada se le hacía beber la repugnante pócima. Si era culpable, «el agua que causa la maldición entrará en ella y se volverá amarga, y se le hinchará el vientre, y se le podrirán los muslos, y la mujer será maldecida entre su pueblo». Si, por casualidad, alguna mujer podía beber todo este inmundo brebaje y no manifestar síntomas de enfermedad física, se la absolvía de los cargos hechos por su esposo celoso.» LU 70:10.6
Proposición. La imposición de multas por violaciones de tabúes fue un avance en la función reguladora; fueron los primeros ingresos públicos.
«Otro adelanto fue la imposición de multas por transgresiones de tabúes, el establecimiento de castigos. Estas multas constituyeron los primeros ingresos públicos. La usanza de pagar dinero como rescate por la vida también entró en boga como sustituto de la venganza sangrienta. Estos daños se solían pagar en mujeres o ganado; tardó mucho tiempo antes de que las multas reales, la retribución monetaria, se fijaran como castigo por la delincuencia. Puesto que la noción del castigo era esencialmente una compensación, todas las cosas, incluyendo la vida humana, llegaron a tener con el tiempo un precio el cual se podía pagar por los daños causados. Los hebreos fueron los primeros en abolir la usanza de pagar dinero como rescate por la vida ajena. Moisés instruyó que no han de «tomar dinero como rescate por la vida de un asesino condenado a muerte; ese hombre deberá morir indefectiblemente».» LU 70:10.12
Proposición. La ley es un registro codificado de la experiencia humana; la opinión pública cristalizada y legalizada.
«La ley es una crónica codificada de la dilatada experiencia humana, la opinión pública cristalizada y legalizada. Las costumbres establecidas eran la materia prima de la experiencia acumulada, de la cual los cerebros que regían formulaban las leyes escritas. El juez antiguo no contó con leyes. Al fallar, sencillamente decía: «Es costumbre».» LU 70:11.6
Proposición. Los primeros tribunales eran encuentros pugilísticos (los jueces eran árbitros). La fuerza era la razón; más tarde, los argumentos verbales tomaron el lugar de los combates físicos.
«Los primeros tribunales venían a ser encuentros pugilísticos regulados; los jueces no eran más que árbitros. Se encargaban de que la lucha se efectuara de acuerdo con los reglamentos aprobados. Al entablar combate por los tribunales, cada parte tenía que dejar una fianza con el juez a fin de pagar los costos y la multa después de que uno hubiera sido vencido por el otro. Aún «el poderío hizo el derecho». Después, las discusiones verbales sustituyeron a los golpes físicos.» LU 70:11.13
Proposición. La opinión pública siempre ha retrasado a la sociedad, pero preserva la civilización.
«La opinión pública, la opinión común, siempre ha retrasado a la sociedad; no obstante, es valiosa, pues, al retardar la evolución social, logra preservar la civilización. El método de educar la opinión pública es el único efectivo y seguro para acelerar la civilización; la fuerza no es sino una conveniencia temporal, y el desarrollo cultural se acelera notablemente cuando las balas ceden el paso a la boleta electoral. La opinión pública, las costumbres establecidas, constituye la energía elemental y primordial de la evolución social y del desarrollo del estado; pero, para tener valor estatal, tiene que expresarse en forma no violenta.» LU 71:2.7
Proposición. La democracia es un ideal, pero está acechada por ciertos peligros.
«A pesar de ser la democracia un ideal, es fruto de la civilización, no de la evolución. ¡Proceded despacio, elegid con esmero! pues los peligros de la democracia son:
- La glorificación de la mediocridad
- La elección de gobernantes viles e ignorantes.
- El desconocimiento de los hechos primordiales de la evolución social.
- El peligro del sufragio universal en manos de mayorías incultas e indolentes.
- La esclavitud a la opinión pública; no siempre tiene razón la mayoría.» LU 71:2.1
Proposición. Hay diez etapas en la evolución del gobierno representativo. Vean: LU 71:2.9
Proposición. Los ideales del Estado se logran mediante la evolución. El nivel de toda civilización se indica mediante el calibre de los ciudadanos que se ofrecen voluntarios para ser servidores públicos.
«Los ideales de la existencia estatal se deben lograr mediante la evolución, el desarrollo lento de la conciencia cívica, el reconocimiento de la obligación y privilegio del servicio social. Después de una administración de oportunistas políticos, los hombres primero asumen las cargas del gobierno como deber, para más tarde ir en pos de este servicio porque lo consideran un privilegio, el honor máximo. La condición de cualquier nivel de civilización se refleja claramente en la calidad de los ciudadanos que se ofrecen para aceptar las responsabilidades del estado.» LU 71:3.10
Proposición. Para seguir siendo libres, después de elegir una carta constitutiva de libertad, los hombres deben mantener ciertas salvaguardas.
«Para que los hombres conserven su libertad, después de haber elegido su carta constitutiva de la libertad, han de disponer su interpretación prudencial, inteligente y denodada a fin de que se impida:
- La usurpación injustificada del poder por la rama ejecutiva, o bien, la legislativa.
- Las maquinaciones de agitadores ignorantes y supersticiosos.
- El retraso del progreso científico.
- El estancamiento del dominio de la mediocridad.
- El dominio por minorías viciosas.
- El control por ambiciosos y astutos aspirantes a dictadores.
- La desastrosa perturbación de los pánicos.
- La explotación por los inescrupulosos.
- La esclavitud tributaria de la ciudadanía por el estado.
- La falta de justicia social y económica.
- La unión de la iglesia y el estado.
- La pérdida de la libertad personal.» LU 70:12.6
Proposición. Las ciudades deberían gobernarse como cualquier otro asunto.
«En una verdadera mancomunidad la labor de gobernar las ciudades y provincias es realizada por expertos y es administrada tal como lo son todas las demás formas de asociaciones comerciales y económicas de la gente.» LU 71:3.11
Proposición. Los idealistas deberían evitar la extinción. La gran prueba del idealismo es mantener una preparación militar efectiva y abstenerse de realizar actos de ataque de expansión militar.
«Nunca puede sobrevivir el idealismo en un planeta evolutivo si los idealistas de cada generación se permiten ser exterminados a manos de las órdenes más viles de la humanidad. He aquí la gran prueba del idealismo: ¿Puede una sociedad avanzada mantener un estado de preparación militar que la proteja de los ataques de sus vecinos amantes de la guerra, sin sucumbir a la tentación de emplear este poderío militar en operaciones ofensivas contra otros pueblos a fin de la ventaja egoista o el engrandecimiento nacional? La supervivencia nacional exige el estado de preparación militar y sólo el idealismo religioso puede impedir que se prostituya la preparación convirtiéndose en agresión. Sólo el amor, la hermandad, pueden impedir que los fuertes opriman a los débiles.» LU 71:4.17
Proposición. El gran problema del Estado es regular la sociedad sin volverse parásito o tiráno.
«El estado ideal acomete la regulación de la conducta social sólo lo bastante para eliminar la violencia de la competencia individual y para impedir la injusticia en la iniciativa personal. He aquí el gran problema del estado: ¿Cómo se puede garantizar la paz y tranquilidad de la industria, pagar los impuestos para mantener el poder del estado y, al mismo tiempo, impedir que la gravación fiscal entorpezca la industria y que el estado se convierta en parásito o tirano?»LU 71:5.2
Proposición. El Estado evoluciona nivel a nivel a través de una docena de etapas.
Vean: LU 71:8.2
Proposición. La sociedad no ha progresado muy lejos cuando permite la ociosidad y tolera la pobreza.
«Ninguna sociedad ha progresado mucho permitiendo la ociosidad o tolerando la miseria. Pero jamás podrán eliminarse la miseria y la dependencia si las cepas defectuosas y degeneradas son mantenidas gratis y se les permite reproducirse sin restricciones.» LU 71:3.8
Proposición. El programa progresivo de una civilización en avance abarca muchos factores.
«El programa progresivo de una civilización en expansión abarca:
- La preservación de las libertades individuales.
- La protección del hogar.
- La promoción de la seguridad económica.
- La prevención de las enfermedades.
- La educación obligatoria.
- El empleo obligatorio.
- El aprovechamiento del tiempo libre.
- La atención a los infortunados.
- El mejoramiento de la raza.
- La promoción de las ciencias y las artes.
- La promoción de la filosofía —la sabiduría.
- El aumento de la compenetración cósmica —la espiritualidad.» LU 71:4.2
Proposición. Las naciones de Urantia están envueltas en la gigantesca lucha entre el militarismo nacionalista y los peligros del industrialismo.
«Las naciones de Urantia ya han entablado la gigantesca lucha entre el militarismo nacionalista y el industrialismo, y en muchos aspectos, este conflicto es análogo a la lucha secular entre el pastor-cazador y el labriego. Pero si el industrialismo ha de triunfar sobre el militarismo, tiene que evitar los peligros que lo acechan. Los peligros de la industria incipiente en Urantia son:
- La fuerte tendencia al materialismo, la ceguera espiritual.
- El culto al poder de las riquezas, la deformación de los valores.
- Los vicios del lujo, la inmadurez cultural.
- Los cada vez mayores peligros de la indolencia, la insensibilidad al servicio.
- El desarrollo de una indeseable debilidad racial, el deterioro biológico.
- La amenaza de la esclavitud industrial generalizada, el estancamiento de la personalidad. El trabajo ennoblece pero la monotonía entorpece.» LU 70:2.11
Proposición. A no ser que el afán de lucro sea superado por el afán de servicio, está condenado. La competición despiadada es destructiva de incluso aquello que busca mantener.
«Hoy por hoy la economía motivada por el lucro está destinada al fracaso, a no ser que los motivos de lucro puedan ser superados por motivos de servicio. La competición despiadada que se basa en el egoísmo de miras estrechas, a la larga, destruye aquello que procura mantener. La motivación egoísta y exclusiva de lucro es incompatible con los ideales cristianos —mucho más incompatible con las enseñanzas de Jesús.» LU 71:6.1
Proposición. El afán de lucro no debería suprimirse, hasta que los hombres estén en posesión de motivos altruistas superiores.
«El motivo del lucro en las actividades económicas es enteramente vil y totalmente indigno en un orden avanzado de sociedad; no obstante, es un factor indispensable durante las fases tempranas de la civilización. No se ha de quitar el motivo del lucro a los hombres hasta que cuenten con sólidos tipos superiores de motivos desprovistos de fines lucrativos para el empeño económico y el servicio social —el afán trascendente de la sabiduría superlativa, la hermandad fascinante y la excelencia del logro espiritual…» LU 71:6.3
Proposición. El desarrollo de la industria exigió que hubiera leyes, y la propiedad privada necesitó que hubiera gobierno.
«Tan pronto el hombre resolvió parcialmente el problema de ganarse la vida, se confrontó con la tarea de regular las relaciones humanas. El desarrollo de la industria exigía ley, orden y adaptación social; la propiedad privada requería gobierno.» LU 70:0.1
Proposición. El comunismo primitivo no igualó a los hombres por abajo, pero sí premió la ociosidad. Fracasó porque era contrario a cuatro impulsos humanos básicos. Vean: LU 69:9.2
Proposición. La propiedad privada aumentó la libertad y ensalzó la estabilidad. Las máquinas mejoradas están liberando a los hombres del trabajo duro de la esclavitud.
«La propiedad privada trajo consigo más libertad y estabilidad; no obstante, a la propiedad privada de la tierra no se le confirió el aval social hasta después de fracasar el control y la dirección comunales, y pronto fue seguida por una sucesión de esclavos, siervos y clases sin tierras. Sin embargo la maquinaria gradualmente va libertando al hombre del arduo trabajo de esclavo.» LU 69:9.16
4 Proposición. Los derechos sobre la propiedad son puramente sociales, pero todas las bondades de la civilización han surgido en torno a la propiedad privada de los bienes.
> «El derecho de la propiedad no es absoluto; es puramente social. Pero todo gobierno, ley, orden, derechos civiles, libertades sociales, convenciones, paz y felicidad, tal como ahora los disfrutan los pueblos modernos, han surgido en torno a la propiedad privada de los bienes.» LU 69:9.17
Proposición. El orden social presente no es necesariamente correcto, y mucho menos sagrado. Pero deberíamos movernos lentamente a la hora de hacer cambios. Lo que tenemos es mejor que cualquier cosa que conocieran nuestros ancestros.
«El orden social presente no es forzosamente correcto —no es ni divino ni sagrado— pero la humanidad hará bien en instituir los cambios en forma lenta. Lo que tenéis supera con mucho a todos los sistemas que conocieron vuestros antepasados. Cuando cambiéis el orden social, no os olvidéis de cambiarlo por otro mejor. No os dejéis persuadir de experimentar con las fórmulas descartadas de vuestros antecesores ¡Avanzad, no retrocedáis! ¡Que continúe la evolución! ¡No deis un paso a atrás!» LU 69:9.18
Proposición. La esclavitud fue un misericordioso paso adelante en el tratamiento a los prisioneros de guerra. Incluso los hebreos “destruían completamente” a sus enemigos.
«La esclavitud fue un paso hacia adelante en cuanto al trato misericordioso de los prisioneros de guerra. La emboscada a Hai, con la matanza al por mayor de hombres, mujeres y niños, en la cual se le perdonó la vida sólo al rey para complacerle la vanidad al conquistador, es un cuadro fidedigno de las salvajes matanzas que practicaron hasta los pueblos presuntamente más civilizados. El asalto a Og, el rey de Basán, fue igual de brutal y efectiva. Los hebreos «destruyeron por completo» a sus enemigos, apoderándose de toda su propiedad como botín. A todas las ciudades se les impusieron tributos so pena de la «destrucción de todo varón». Sin embargo, hace mucho tiempo habían comenzado a practicar la adopción de los cautivos superiores, por aquellas tribus contemporáneas, que tenían menos egoísmo tribal.»LU 69:8.3
Proposición. La esclavitud fue indispensable en el desarrollo de la civilizacion; empujó a gente atrasada y perezosa a trabajar, y proporcionó de ese modo riqueza y ocio para que avanzaran los pueblos superiores.
«La esclavitud fue un eslabón indispensable en la cadena de la civilización humana. Fue el puente por el cual la sociedad pasó del caos y la indolencia al orden y las actividades civilizadas; obligó a los pueblos atrasados y perezosos a trabajar y así proporcionar la riqueza y tiempo libre para el progreso social de sus superiores.» LU 69:8.6
Proposición. Cada cien años, los 24 supervisores de Jerusem envían a uno de ellos a actuar como gobernador general de Urantia.
«Cada cien años del tiempo de Urantia, el cuerpo de Jerusem de veinticuatro supervisores planetarios designa a uno de sus miembros para que resida en vuestro mundo y actúe como su representante ejecutivo, como gobernador general residente. Durante los tiempos de preparación de estos relatos fue reemplazado este oficial ejecutivo sucediendo el gobernador número veinte al número diecinueve. El nombre del supervisor planetario actual se os oculta porque el hombre mortal tiende a venerar, aun a deificar, a sus compatriotas extraordinarios y sus superiores superhumanos.» LU 114:3.1
Proposición. El gobernador general no tiene autoridad personal; actúa en nombre de los veinticuatro consejeros.
«El gobernador general residente no tiene autoridad personal en la gestión de los asuntos del mundo excepto como representante de los veinticuatro consejeros en Jerusem. Actúa como coordinador de la administración superhumana y es el jefe respetado y líder universalmente reconocido de los seres celestiales que funcionan en Urantia. Todas las órdenes de las huestes angélicas lo consideran su director coordinador, mientras que los seres intermedios unidos, desde la partida de 1-2-3 el primero en ingresar al grupo de los veinticuatro consejeros, realmente consideran a los sucesivos gobernadores generales como sus padres planetarios.» LU 114:3.2
Proposición. El observador Altísimo tiene el poder de tomar en sus manos la autoridad en tiempos de crisis, y lo ha hecho treinta y tres veces.
«Un observador Altísimo tiene el poder de tomar en sus manos el gobierno planetario si así lo considera en tiempos de grave crisis planetaria, y los registros indican que esto ha ocurrido treinta y tres veces en la historia de Urantia. En tales momentos, el observador Altísimo funciona como regente Altísimo, ejerciendo autoridad incuestionable sobre todos los ministros y administradores residentes en el planeta a excepción solamente de la organización divisional de los arcángeles.» LU 114:4.4
Proposición. El gabinete del gobernador general consta de doce serafines, los jefes de los grupos angélicos especiales.
«El gabinete administrativo mismo del gobernador general consiste en doce serafines, los jefes interinos de los doce grupos de los ángeles especiales que actúan como directores superhumanos inmediatos del progreso y estabilidad planetarios.» LU 114:5.6
Proposición. El cuerpo de reserva del destino está compuesto de personas seleccionadas por los administradores superhumanos para ayudar en la dirección de los asuntos del mundo.
«El cuerpo de reserva del destino consiste en hombres y mujeres vivientes que han sido admitidos al servicio especial de la administración superhumana de los asuntos del mundo. Este cuerpo está constituido de hombres y mujeres de cada generación que son elegidos por los directores de espíritu del reino para asistir en la conducta del ministerio de misericordia y sabiduría a los hijos del tiempo en los mundos evolucionarios. Es práctica general en la conducta de los asuntos de los planes de ascensión, comenzar esta utilización vinculatoria de las criaturas volitivas mortales inmediatamente en el momento en que éstas sean competentes y confiables para asumir tales responsabilidades. Consiguientemente, en cuanto aparecen hombres y mujeres en el escenario de la acción temporal con suficiente capacidad mental, adecuado estado moral y espiritualidad según los requisitos, rápidamente son asignados al grupo celestial apropiado de personalidades planetarias en calidad de asistentes mortales de enlace humano.» LU 114:7.1
Proposición. Los reservistas actúan inconscientemente como conservadores de información planetaria esencial.
«Los reservistas actúan inconscientemente como conservadores de la información planetaria esencial. Muchas veces, cuando un reservista muere, se realiza una transferencia de ciertos datos importantes de la mente del reservista que fallece a un sucesor más joven mediante la vinculación de dos Ajustadores del Pensamiento. Los Ajustadores indudablemente funcionan de muchas otras maneras desconocidas para nosotros en relación con estos cuerpos de reservistas.»LU 114:7.10