© 1959 William S. Sadler
© 1961 Fundación Urantia
Proposición. Los Adanes y las Evas son elevadores biológicos: van a mundos que están en lo más alto del desarrollo evolutivo.
«Durante la dispensación de un Príncipe Planetario, el hombre primitivo alcanza los límites del desarrollo evolucionario natural, y este logro biológico señala al Soberano del Sistema el momento en que corresponde despachar a dicho mundo la segunda orden de filiación, los elevadores biológicos. Estos Hijos, pues hay dos de ellos —el Hijo Material y la Hija Material— generalmente se conocen en un planeta como Adán y Eva.» LU 51:0.1
Proposición. Adán es uno de los siete padres que puede reconocer el hombre mortal.
«Con el paso de los siglos, a través de la amalgamación de su progenie con las razas del hombre, estos mismos Hijos e Hijas Materiales pasan a ser aceptados como los antepasados comunes de la humanidad, los padres comunes de los ahora mezclados descendientes de las razas evolucionarias. El propósito es que los mortales que salen de un mundo habitado tengan la experiencia de reconocer siete padres:
- El padre biológico —el padre en la carne.
- El padre del reino —el Adán Planetario.
- El padre de las esferas —el Soberano del Sistema.
- El Padre Altísimo —el Padre de la Constelación.
- El Padre del universo—el Hijo Creador y gobernante supremo de las creaciones locales.
- Los super-Padres —los Ancianos de los Días que gobiernan el superuniverso.
- El Padre de espíritu, o sea, de Havona —el Padre Universal, que habita en el Paraíso y otorga su espíritu para que viva y trabaje en las mentes de las criaturas más bajas que habitan el universo de los universos.» LU 51:6.6
Proposición. Hace cuarenta mil años, Urantia, en la cima del desarrollo físico, estaba lista para que llegaran los elevadores biológicos.
«A la condición física o biológica de los pueblos de Urantia le hicieron poco efecto la decadencia cultural y pobreza espiritual que resultaron de la caída de Caligastia y de la consiguiente confusión social. La evolución orgánica procedió de prisa, muy a pesar del revés moral y cultural que, tan aceleradamente, siguió a la deslealtad de Caligastia y Daligastia. Hubo un momento en la historia planetaria, hace casi cuarenta mil años, cuando advirtieron los Portadores de Vida en servicio que desde un punto de vista puramente biológico se acercaba al ápice el desarrollo progresivo de las razas de Urantia. Coincidiendo con esta opinión, los síndicos Melquisedek acordaron prontamente unirse a los Portadores de Vida respecto a una petición a los Altísimos de Edentia solicitando que Urantia se sometiera a inspección con miras a la autorización del envío de elevadores biológicos, un Hijo y una Hija Material.» LU 73:0.1
Proposición. Como resultado de la inspección de Tabamantia, Adán y Eva llegaron a este planeta confundido y aislado.
«Tabamantia, supervisor soberano para la serie de mundos decimales o experimentales, vino a inspeccionar el planeta y, después de haber realizado su estudio de progreso racial, recomendó debidamente que a Urantia se le otorgaran Hijos Materiales. Un poco menos de cien años después de esta inspección, Adán y Eva, un Hijo y una Hija Material del sistema local, llegaron y emprendieron la difícil tarea de intentar desenmarañar los asuntos confusos de un planeta que se había atrasado por la rebelión y que, en virtud de una proscripción, había quedado en aislamiento espiritual.» LU 73:0.3
Proposición. Van llevaba proclamando desde hacía tiempo la venida de un Hijo de Dios, elevador racial e instructor de la verdad.
«Durante casi los cien años anteriores a la inspección de Tabamantia, Van y sus asociados, desde su sede en tierras altas de ética y cultura mundial venían predicando el advenimiento de un Hijo de Dios prometido, un elevador de la raza, un maestro de la verdad y el digno sucesor del traidor Caligastia. Aunque la mayoría de los habitantes del mundo de aquellos tiempos no demostró gran interés en esta profecía, los que estaban en contacto inmediato con Van y Amadón tomaron en serio dicha enseñanza y se pusieron a planear el recibimiento mismo del Hijo prometido.» LU 73:2.1
Proposición. Van y Amadón reclutaron a tres mil voluntarios para preparar el hogar de los Adanes esperados.
«De su sede en las tierras altas y de sesenta y una colonias muy dispersas, Van y Amadón reclutaron un cuerpo de más de tres mil obreros dispuestos y entusiastas quienes, en reunión solemne, se comprometieron a esta misión de hacer los preparativos para el Hijo prometido —al menos esperado.» LU 73:2.3
Proposición. Adán se enfrentó a la confusión, la degeneración y el aislamiento; no tenía a nadie que lo aconsejara.
«Fue una tarea abrumadora acometer la misión adánica en el planeta de Urantia, experimental, estigmatizado y aislado por la rebelión. El Hijo y la Hija Materiales no tardaron en tomar conciencia de la dificultad y complejidad de su asignación planetaria. No obstante, emprendieron denodadamente la labor de resolver sus múltiples problemas. Sin embargo, se consternaron bastante, al abordar la obra importantísima de eliminar a los anormales y degenerados de las razas humanas. No hallaban salida alguna del dilema, y tampoco podían consultar con sus superiores de Jerusem ni de Edentia. Se encontraban aislados, afrontando cada día un enredo nuevo y complicado, problemas que parecían insolubles.» LU 75:1.1
Proposición. Adán vino a instituir un gobierno representativo, pero tuvo que contentarse con establecer centros comerciales fronterizos.
«Adán y Eva habían venido a instituir un gobierno representativo en lugar de monárquico, pero no hallaron ningún gobierno digno de aquella denominación en la faz de la tierra entera. Por el momento, Adán abandonó todo esfuerzo para establecer un gobierno representativo, y antes del desplome del régimen edénico, logró establecer casi cien centros comerciales y sociales fronterizos donde individuos fuertes gobernaron en su nombre. La mayoría de estos centros habían sido organizados anteriormente por Van y Amadón.» LU 74:5.7
Proposición. Los seres intermedios secundarios son característicos de las misiones adánicas.
«Los seres intermedios secundarios son característicos de las misiones adánicas. Como ocurre con el séquito corpóreo del Príncipe Planetario, los descendientes de los Hijos e Hijas Materiales son de dos órdenes: sus niños físicos y la orden secundaria de seres intermedios. Estos ministros planetarios materiales pero generalmente invisibles, contribuyen mucho al avance de la civilización y aún a que se sometan las minorías insubordinadas que puedan buscar socavar el desarrollo social y el progreso espiritual.» LU 51:3.6
Proposición. Se eligió la península mediterránea de entre tres lugares seleccionados para el Jardín.
«Se ausentó durante casi tres años la comisión de emplazamiento. Rindió informe favorable respecto a tres posibles emplazamientos: El primero fue una isla en el Golfo Pérsico; el segundo, la ubicación del río que, posteriormente, fue ocupada por el segundo jardín; el tercero, una península larga y angosta —casi una isla— que se proyectaba hacia el oeste desde las riberas orientales del Mar Mediterráneo.
«La comisión, casi por unanimidad, respaldó la tercera selección. Se optó por este sitio, y se tardó dos años en trasladar la sede mundial de la cultura, incluyendo el árbol de la vida, a esta península mediterránea. Con excepción de un solo grupo, todos los que habitaban la península se marcharon pacíficamente cuando llegaron Van y su compañía.» LU 73:3.1
Proposición. El hogar de los elevadores biológicos se llama el Jardín del Edén (que evoca su belleza floral y su esplendor botánico).
«Cuando Hijos Materiales, los elevadores biológicos, comienzan su estadía temporal en un mundo evolucionario, a su lugar de morada suele llamársele el Jardín del Edén porque se caracteriza por la belleza floral y grandiosidad botánica de Edentia, la capital de la constelación. Bien sabía Van de estas costumbres y, como correspondía, dispuso que la península entera se entregara al Jardín.» LU 73:4.1
Proposición. El Jardín proporcionó tierra y hogar a un millón de personas, y tenía el templo del Padre en el centro.
«En el centro de la península de Edén estaba el exquisito templo de piedra del Padre Universal, la capilla sagrada del Jardín. Al norte se estableció la sede administrativa; al sur se construyeron las casas para los obreros y sus familias; al oeste se asignó una porción de terreno para las escuelas propuestas para el sistema educacional del Hijo esperado, mientras que en el «este de Edén» se construyeron los domicilios destinados al Hijo prometido y a su progenie inmediata. Los planos arquitectónicos de Edén asignaban hogares y tierra abundante para un millón de seres humanos.» LU 73:5.1
Proposición. Aunque no estaba terminado cuando llegó Adán, el Jardín era una joya de belleza botánica.
«Si bien casi no había quedado terminada la labor de embellecimiento al llegar Adán, el lugar ya era una joya de belleza botánica; y durante los primeros días de su estadía en Edén todo el Jardín cobró nueva forma y asumió nuevas proporciones de belleza y esplendor. Jamás, antes ni después de este momento, albergó Urantia una exhibición tan hermosa y repleta de horticultura y agricultura.» LU 73:5.8
Proposición. En los mundos normales, el Jardín, juntamente con la sede del Príncipe, se convierte en el centro de la cultura mundial.
«En mundos normales la sede jardín de la raza violeta pasa a ser el segundo centro de la cultura mundial y, juntamente con la ciudad sede del Príncipe Planetario, establece el ritmo para el desarrollo de la civilización. Por siglos coexisten contemporáneamente las escuelas de la ciudad sede del Príncipe Planetario y las escuelas jardín de Adán y Eva. Generalmente no distan mucho entre sí y operan en cooperación armoniosa.» LU 51:6.2
Proposición. Se fomentaba tanto la adoración en público como en privado, y Adán intentó en vano establecer ofrendas de los frutos de la tierra en lugar de sacrificios sangrientos.
«El mediodía era la hora de la adoración pública en Edén; el atardecer era la hora de la adoración familiar. Adán hizo lo que pudo para desalentar el uso de oraciones preestablecidas, enseñando, más bien, que la oración efectiva tiene que ser totalmente personal y que tiene que ser «el deseo del alma»; pero los edenitas continuaron usando las oraciones y formas que heredaron de los tiempos de Dalamatia. Adán también se empeñó en sustituir los sacrificios sangrientos en las ceremonias religiosas por las ofrendas del fruto de la tierra, pero había hecho pocos progresos al respecto antes del trastorno del Jardín.» LU 74:7.21
Proposición. Las leyes del Jardín consistían en los siete mandamientos de Dalamatia.
«Las leyes del Jardín se fundamentaron en los códigos más antiguos de Dalamatia y se promulgaron de conformidad con siete apartados:
- Las leyes de salud y sanidad.
- Las ordenanzas sociales del Jardín.
- El código de intercambio y comercio.
- Las leyes de la honra en los juegos y concursos.
- Las leyes de la vida familiar.
- Los códigos civiles de la regla de oro.
- Los siete mandamientos de régimen moral supremo.» LU 74:7.12
Proposición. Adán intentó enseñar la igualdad de sexos a las razas.
«Adán se esforzó por enseñarles a las razas la igualdad de los sexos. A todos los moradores del Jardín, les dejó profunda huella la forma en que Eva laboró a la vera de su esposo. Adán les enseñó concretamente que la mujer, a partes iguales con el hombre, contribuye a aquellos factores de la vida que se unen para formar un nuevo ser. Hasta ese momento, la humanidad había supuesto que toda la procreación estribaba en los «lomos del padre». Habían considerado a la madre meramente como un mecanismo para nutrir al feto y amamantar al neonato.» LU 74:7.22
Proposición. La «edad de oro» es un mito, pero el Edén fue un hecho.
«La «edad de oro» es un mito, pero Edén fue un hecho, y la civilización del Jardín fue de hecho derrocada. Adán y Eva llevaban ciento diecisiete años en el Jardín cuando, por la impaciencia de Eva y los errores de juicio de Adán, se atrevieron a desviarse del camino ordenado, buscándose el desastre y ocasionando el ruinoso retraso de la progresión del desarrollo de toda Urantia.» LU 74:8.14
Proposición. El «árbol de la ciencia del bien y del mal» quizá sea una figura retórica, pero el “árbol de la vida”, enviado desde Edentia, era real.
«El «árbol de la ciencia del bien y del mal» puede ser una expresión de sentido figurado, una designación simbólica que abarca una multitud de experiencias humanas; en cambio, el «árbol de la vida» no fue mito; fue real y durante mucho tiempo existió en Urantia. Cuando los Altísimos de Edentia aprobaron el nombramiento de Caligastia como Príncipe Planetario de Urantia y a aquellos de los cien ciudadanos de Jerusem como su equipo administrativo, enviaron al planeta, con los Melquisedek, un arbusto de Edentia, y esta planta creció en Urantia convirtiéndose en el árbol de la vida. Esta forma de vida no inteligente es oriunda de las esferas de las sedes centrales de las constelaciones, dándose también en los mundos sedes centrales de los universos locales y superuniversos así como en las esferas de Havona, pero no en las capitales de los sistemas.» LU 73:6.3
Proposición. Después de la rebelión, el árbol de la vida fue capturado por Van para ser llevado a su sede, y le sirvió a él y a Amadón durante ciento cincuenta mil años.
«Durante la época del régimen del Príncipe se cultivaba el árbol en la tierra del patio central y circular del templo del Padre. Al estallar la rebelión, Van y sus asociados volvieron a cultivarlo a partir de su núcleo central en su campamento provisional. Este arbusto de Edentia se trasladó posteriormente a su retiro en las tierras altas, donde les sirvió a Van así como a Amadón durante más de ciento cincuenta mil años.» LU 73:6.5
Proposición. Después de preparar el Jardín para Adán y Eva, Van trasplantó el árbol de la vida al patio del templo del Padre.
«Cuando Van y sus asociados preparaban el Jardín para Adán y Eva, trasplantaron el árbol edentiano al Jardín de Edén, donde se cultivó nuevamente en un patio central y circular de otro templo del Padre. Adán y Eva periódicamente tomaban de su fruto para mantener su forma dual de vida física.» LU 73:6.6
Proposición. Adán y Eva llegaron a Urantia hace 37.848 años, tomando como referencia el año 1934 d.C. Se necesitaron diez días para su rematerialización.
«Arribaron Adán y Eva a Urantia, contando hacia atrás del año 1934, hace 37.848 años. Llegaron, cuando el Jardín estaba en plena flor. Hacia el mediodía y sin previo aviso, se posaron suavemente sobre la superficie del planeta giratorio en las inmediaciones del templo del Padre Universal los dos transportes seráficos, acompañados por el personal de Jerusem encargado de trasladar a los bioelevadores a Urantia. Se llevó a efecto toda la labor de la rematerialización de los cuerpos de Adán y Eva dentro del recinto de esta capilla recién creada. Transcurrieron diez días desde el momento de su llegada hasta que se volvieron a crear en forma humana dual para presentarse como los nuevos soberanos del mundo. Volvieron en sí simultáneamente. Siempre los Hijos e Hijas Materiales prestan servicio juntos. La esencia de su servicio estriba en no estar separados en ningún momento y en ninguna parte. Se concibieron para actuar en parejas; rara vez funcionan solos.»LU 74:0.1
Proposición. Adán y Eva, que tenían asignado el número 14.311, eran miembros del cuerpo superior de Hijos Materiales de Jerusem.
«El Adán y la Eva del planeta de Urantia formaron parte del cuerpo decano de Hijos Materiales en Jerusem; a los dos se les había asignado el mismo número 14.311. Pertenecían a la tercera serie física y medían alrededor de dos metros y medio.» LU 74:1.1
Proposición. La rematerialización restableció a Adán y Eva a su estatus de Jerusem.
«Al llegar a su destino planetario el Hijo y la Hija Materiales son rematerializados bajo la dirección de los Portadores de Vida. Este entero proceso lleva de diez a veintiocho días de tiempo de Urantia. La inconciencia del sueño seráfico continúa a lo largo de este entero período de reconstrucción. Cuando se ha completado el reensamblaje del organismo físico, estos hijos e hijas materiales están en sus nuevos hogares y en sus nuevos mundos para todo propósito tal como eran antes de someterse al proceso de desmaterialización en Jerusem.» LU 51:2.4
Proposición. Los cuerpos de Adán y Eva desprendían una luz débil (el origen del tradicional halo que rodea la cabeza de los santos).
«Despedían los cuerpos de Adán y Eva una luz trémula, pero siempre vestían ropa en conformidad con la costumbre de sus asociados. Si bien usaban muy poca por el día, vestían una capa a partir del atardecer. Data de los días de Adán y Eva el origen de la aureola tradicional que rodea las cabezas de los supuestos hombres sagrados y dignos de alabanzas. Puesto que se opacaban en gran parte las emanaciones de luz de sus cuerpos debido a la ropa, no se distinguía sino el resplandor radiante en torno a su cabeza. Los descendientes de Adansón siempre retrataban de este modo su concepto de los individuos que se tenían por seres extraordinarios en cuanto al desarrollo espiritual.» LU 74:6.5
Proposición. Cuando Adán y Eva despertaron en Urantia, fueron recibidos por Van y Amadón.
«Durmieron Adán y Eva en Jerusem, y despertaron en el templo del Padre en Urantia en presencia de la imponente multitud reunida para recibirlos, se encontraron frente a dos seres de los que mucho habían oído hablar: Van y su fiel asociado Amadón. Fueron estos dos héroes de la secesión de Caligastia los primeros en darles la bienvenida en su nueva residencia jardín.» LU 74:2.1
Proposición. Los corredores se apresuraron a buscar las palomas mensajeras mientras gritaban: «Soltad a los pájaros… el Hijo prometido ha llegado».
«En aquel día hubo gran alborozo y júbilo por todo Edén; se apresuraron los corredores a buscar las palomas mensajeras reunidas de todas partes, mientras voceaban: «Soltad los pájaros que difundan la nueva de que ha llegado el Hijo prometido». Cientos de colonias de creyentes, año tras año, habían mantenido fielmente las reservas de estas palomas de crianza doméstica justamente para tal ocasión.» LU 74:2.3
Proposición. Después de que el Melquisedek entregara el cargo, Van proclamó a Adán y Eva gobernadores de Urantia. Prestaron juramento de fidelidad a los Altísimos y a Miguel de Nebadon.
«El próximo acto fue la entrega del cargo de custodia planetaria a Adán y Eva por el Melquisedek decano, el jefe del consejo de los síndicos en Urantia. El Hijo y la Hija Materiales prestaron juramento de lealtad a los Altísimos de Norlatiadek y a Micael de Nebadon y fueron proclamados gobernantes de Urantia por Van, quien, por este medio, renunció a la autoridad titular que venía desempeñando desde hacía más de ciento cincuenta mil años en virtud de la acción de los síndicos Melquisedek.» LU 74:2.6
Proposición. Gabriel proclamó el segundo juicio y la resurrección de los supervivientes dormidos de la segunda dispensación en Urantia.
«A continuación, se escuchó la proclamación de los arcángeles, y decretó la voz de Gabriel por transmisión el segundo juicio de Urantia y la resurrección de los supervivientes durmientes de la segunda dispensación de gracia y perdón en el planeta 606 de Satania. Ha pasado la dispensación del Príncipe; la edad de Adán, la tercera época planetaria, se inicia entre escenas de grandiosidad sencilla; y los nuevos gobernantes de Urantia comienzan su reinado bajo condiciones aparentemente favorables, a pesar de la confusión mundial ocasionada por la falta de cooperación de su antecesor en cuanto a la autoridad del planeta.» LU 74:2.8
Proposición. Los jefes de los edenitas estaban confundidos; a pesar de la protesta de Van, querían llevar a Adán y Eva al templo para poder adorarles.
«Los extraordinarios sucesos de los seis primeros días de Adán y Eva en la tierra resultaron excesivos para las mentes no preparadas incluso de los mejores hombres del mundo; estaban confundidos; se dejaron llevar por la propuesta de trasladar a la noble pareja al templo del Padre a mediodía a fin de que, ante ellos, todos se inclinaran en respetuosa adoración y se postraran en humilde sumisión. Y esto, lo proyectaron todo los moradores del Jardín, con toda sinceridad.
«Protestó Van. Se encontraba ausente Amadón, por estar a cargo de la guardia de honor que se había quedado con Adán y Eva durante la noche. Se rechazó contundentemente la protesta de Van. Se le dijo que asímismo era demasiado modesto, demasiado recatado; que tampoco él mismo distaba mucho de ser un dios, si no, ¿cómo podía haber vivido tanto tiempo en la tierra, y cómo había causado un acontecimiento tan magno como el advenimiento de Adán? En tanto que los alborotados edenitas estaban a punto de apresarlo y subirlo al montículo para adorarlo, Van se escabulló abriéndose paso entre la muchedumbre y, como podía comunicarse con los seres intermedios, se apresuró a enviar a su jefe con Adán.» LU 74:4.2
Proposición. Transportados por los seres intermedios, Adán y Eva aparecieron en el monte inaugural y, después de dar un discurso solemne, expilcaron que aceptarían todo respeto, pero jamás adoración.
«Casi al amanecer de su séptimo día en la tierra supieron Adán y Eva la alarmante noticia de la propuesta de estos mortales bienintencionados, si bien descarriados; y entonces, mientras que las aves de pasaje aún se preparaban para llevarlos al templo, los seres intermedios, que son capaces de realizar incluso tales cosas, transportaron a Adán y Eva al templo del Padre. Temprano por la mañana de este séptimo día, desde el montículo de su reciente recepción, dio Adán una explicación de las órdenes divinas de la filiación y aclaró a estas mentes terrenales que no se puede adorar sino al Padre y a quien él designe. Puso a las claras Adán que aceptaría cualquier honor y recibiría todo respeto, pero jamás la adoración.» LU 74:4.4
Proposición. Y este fue el origen de la tradición del sábado.
«Éste fue el origen de la tradición del día de descanso del sábado. Desde ese momento en adelante en Edén, el séptimo día se dedicó a la reunión del mediodía en el templo; durante mucho tiempo fue costumbre dedicar este día a la autosuperación. Se dedicaba la mañana al mejoramiento físico, el mediodía al culto espiritual, la tarde, al cultivo de la mente, y las primeras horas de la noche al regocijo social. Lo antedicho nunca fue ley en Edén, sino que fue costumbre mientras prevalecía la administración adánica en la tierra.» LU 74:4.6
Proposición. En los mundos normales, la llegada de Adán inauguraría una edad de inventos, progreso e ilustración intelectual.
«En un planeta ordinario, la llegada del Hijo Material, generalmente, anunciaría el acercamiento de una gran edad de invención, progreso material y esclarecimiento intelectual. La era posterior a Adán constituye la gran edad científica en la mayoría de los mundos, mas éste no era el caso en Urantia. Aunque el planeta estaba poblado de razas físicamente aptas, las tribus languidecían en el abismo del salvajismo y estancamiento moral.» LU 73:1.1
Proposición. Caligastia visitaba frecuentemente el Edén, pero era incapaz de seducir a Adán y Eva directamente. Todavía era Príncipe Planetario titular (no fue depuesto hasta los tiempos en que Miguel estuvo en Urantia).
«Caligastia hizo frecuentes visitas al Jardín y sostuvo muchas conversaciones con Adán y Eva, pero éstos se mostraban inquebrantables ante sus propuestas de componenda y de atajos azarosos. Ante ellos desfilaban suficientes resultados de la rebelión como para producirles una efectiva inmunidad contra toda propuesta e insinuación de esta índole. Tampoco en la prole joven de Adán lograron influir las proposiciones de Daligastia. Y desde luego, no tenían Caligastia ni su asociado el poder para influir en ningún individuo contra la voluntad de éste, y tanto menos para persuadir a los hijos de Adán a obrar mal.
«Conviene tener presente que Caligastia aún era el Príncipe Planetario titular de Urantia, y si bien se había descaminado, no dejaba de ser un Hijo superior del universo local. No llegó a ser depuesto hasta los tiempos de Cristo Micael en Urantia.» LU 75:2.1
Proposición. Después de los primeros cien años de Adán, Serapatatia se convirtió en jefe de los noditas sirios. Tenía ancestros de Dalamatia y de la raza azul.
«Acababa de terminar Adán sus primeros cien años en la tierra cuando Serapatatia, a la muerte de su padre, asumió el mando de la confederación occidental o siria de las tribus noditas. La piel de Serapatatia tenía un tono pardo y era un genial descendiente brillante del antiguo jefe de la comisión sanitaria de Dalamatia que se había casado con un magistral cerebro femenino de la raza azul de aquellos distantes días. A través de las edades esta línea familiar había mantenido autoridad y ejercido gran influencia entre las tribus noditas del oeste.» LU 75:3.1
Proposición. Serapatatia se convirtió en jefe de la comisión edénica de relaciones tribales, y propuso a Eva unos planes para hacer avances raciales inmediatos.
«Pronto Serapatatia se convirtió en el presidente asociado de la comisión edénica sobre las relaciones tribales, y se sentaron muchos planes para una vigorosa continuación de la labor de granjearse el apoyo de las tribus remotas a la causa del Jardín.
«Sostuvo él muchas conversaciones con Adán y Eva —sobre todo con Eva— y trataron de muchos proyectos para mejorar sus procedimientos. Un día, durante una charla con Eva, se le ocurrió a Serapatatia que, mientras aguardaban el advenimiento de grandes cantidades de la raza violeta, sería muy beneficioso si, entre tanto, se pudiera hacer algo para el progreso de las menesterosas tribus expectantes.» LU 75:3.4
Proposición. Serapatatia era honrado, completamente sincero. No tenía intención de estar en el juego de Caligastia.
«Conviene nuevamente hacer hincapié en que Serapatatia fue totalmente honesto y completamente sincero en todo lo que proponía. Jamás sospechó que estaba en el juego de Caligastia y Daligastia.» LU 75:3.6
Proposición. Eva no tenía intención de obrar mal en relación con sus cada vez más frecuentes encuentros confidenciales con Serapatatia.
«Eva nunca tuvo la intención de hacer cualquier cosa que fuera contra los planes de Adán, ni poner en peligro su cargo de confianza planetaria. Conscientes de la tendencia de la mujer a buscar resultados inmediatos más bien que planear a largo plazo para obtener efectos posteriores, los Melquisedek, antes de partir, se habían esmerado en instruir a Eva acerca de los peligros específicos que rodeaban su situación aislada en el planeta y le habían advertido en particular que nunca se alejara de la vera de su consorte, es decir, que no probara métodos personales ni secretos de fomentar sus empresas mutuas. Eva había cumplido escrupulosamente con estas instrucciones durante más de cien años, y no se le ocurrió que acarrearan ningún peligro las visitas cada vez más íntimas y confidenciales que disfrutaba con cierto dirigente nodita llamado Serapatatia. Aconteció todo el asunto de forma tan gradual y natural que la tomó desprevenida.» LU 75:2.4
Proposición. Cano era un líder de los noditas amistosos. Eva consintió en tener una reunión secreta con él, a sugerencia de Serapatatia.
«En secreto se fueron desarrollando estos proyectos durante más de cinco años. Finalmente evolucionaron hasta tal punto que Eva consintió en sostener una conversación secreta con Cano, la mente más brillante y jefe más activo de la colonia cercana de noditas amistosos. Cano simpatizaba mucho con el régimen adánico; de hecho, era el sincero dirigente religioso de los noditas vecinos que estaban a favor de relaciones amistosas con el Jardín.» LU 75:3.7
Proposición. El encuentro fatídico se produjo en el crepúsculo de una tarde otoñal, cerca de la casa de Adán. Cano creía sinceramente en el proyecto de Serapatatia.
«Se produjo el encuentro fatídico durante las horas crepusculares de una tarde otoñal, cerca de la casa de Adán. Eva no había conocido nunca al hermoso y entusiasta Cano —que era en efecto un magnífico espécimen de la supervivencia del físico superior e intelecto destacado de sus remotos progenitores del séquito del Príncipe. Cano también creía sinceramente en la justicia del proyecto de Serapatatia. (La poligamia se solía practicar fuera del Jardín.)» LU 75:3.8
Proposición. Mediante halagos y persuasión personal, Eva fue dirigida inconscientemente a dar el paso fatal.
«Influida por los halagos, el entusiasmo y gran persuasión personal, Eva accedió en el acto a embarcarse en la empresa mucho discutida, a agregar su propio plan de salvación del mundo al designio divino más grande y trascendental. Antes de llegar a hacerse cargo de lo que acontecía, ya había dado el paso fatal. Ya estaba hecho.» LU 75:3.9
Proposición. Eva había accedido a participar en la práctica del bien y el mal.
«Eva había accedido a participar en la práctica del bien y el mal. El bien es la ejecución del designio divino; el pecado es una transgresión deliberada de la voluntad divina; el mal es la mala adaptación de los designios y el mal ajuste de las técnicas que resultan en la discordia universal y la confusión planetaria.» LU 75:4.3
Proposición. La vida celestial del planeta estaba en estado de agitación. Adán supo entonces del plan de Serapatatia de acelerar el mejoramiento del mundo.
«La vida celestial del planeta estaba en estado de agitación. Reconoció Adán que las cosas marchaban mal, y le pidió a Eva que se apartara con él en el Jardín. En este momento, por primera vez, Adán oyó la historia entera del proyecto, que se venía desarrollando durante mucho tiempo, para acelerar el mejoramiento del mundo procediendo por dos direcciones a la vez: la continuación del designio divino a la par que la ejecución de la iniciativa de Serapatatia.» LU 75:4.1
Proposición. Mientras Adán y Eva conversaban en el Jardín alumbrado por la luna, se les informó de que habían transgredido el pacto del Jardín y fallado en su juramento sagrado.
«En tanto que el Hijo e Hija Material conversaban al respecto en el Jardín alumbrado por la luna, «la voz en el Jardín» les reprochó la desobediencia. Fue aquella voz ni más ni menos que la mía anunciando a la pareja edénica que había transgredido el pacto del Jardín; habían desobedecido las instrucciones de los Melquisedek; que había faltado en la ejecución de su juramento de lealtad al soberano del universo.» LU 75:4.2
Proposición. Fue Solonia, el serafín, el que llamó a Adán y Eva en el Jardín y les preguntó: ‘¿Dónde estáis?’.
Conversé con el padre y la madre de la raza violeta aquella noche en el Jardín como me correspondía en virtud de las lamentables circunstancias. Escuché atentamente la narración de cuanto había culminado en la falta de la Madre Eva y les di a ambos asesoría y consejos acerca de la situación inmediata. Siguieron algunos de estos consejos; ignoraron otros. Esta conversación aparece en vuestras crónicas como «el Señor Dios llamó a Adán y Eva en el Huerto y les preguntó: ‘¿Dónde estáis?’». Las generaciones posteriores solían atribuir todo lo insólito y extraordinario, fuera natural o espiritual, directamente a la intervención personal de los Dioses. LU 75:4.8
Proposición. La desilusión de Eva fue patética, pero Adán tenía el corazón roto y sentía verdadera lástima por su consorte descarriada.«
La desilusión de Eva fue verdaderamente patética. Adán discernió todo el trance; y aunque estaba acongojado y abatido, no abrigaba sino compasión y lástima por su consorte descarriada. LU 75:5.1
Proposición. Por miedo a que pudieran separarlo de su consorte, Adán buscó a Laotta y cometió deliberadamente la locura de Eva.
«Al día siguiente del mal paso de Eva y en la desesperación del fracaso, Adán buscó a Laotta, la brillante nodita encargada de las escuelas del oeste del Jardín, y con premeditación cometió el mismo desatino que Eva. Pero no malentendáis. Adán no se engañó; bien sabía qué hacía; optó adrede por compartir el mismo destino que Eva. Amaba a su consorte con afecto supermortal, y no soportaba la posibilidad de una vigilia solitaria en Urantia sin ella.» LU 75:5.2
Proposición. Después de deambular durante treinta días, Adán regresó a casa y comenzó a planear el futuro.
«Los hijos de Adán procuraron reconfortar a su madre azorada mientras que su padre anduvo solo sin rumbo fijo durante treinta días. Al cabo de este plazo se impuso el juicio, retornó Adán a casa y se puso a trazar las líneas de acción para el futuro.» LU 75:5.5
Proposición. Setenta días después de la falta, los síndicos Melquisedek regresaron a Urantia y Adán y Eva supieron que habían fallado.
«Pasó el tiempo, pero Adán no estuvo seguro del carácter de su infracción hasta que transcurrieron setenta días desde la falta de Eva, cuando los síndicos Melquisedek retornaron a Urantia y asumieron jurisdicción sobre los asuntos del mundo. En ese momento supo que habían fracasado.» LU 75:5.8
Proposición. Nunca ganaréis nada intentando eludir el plan divino mediante atajos u otros artificios humanos.
«Jamás en tu ascenso al Paraíso, te ganarás nada intentando impacientemente eludir el designio divino establecido mediante atajos, invenciones personales u otros artificios para facilitar el avance en el camino de la perfección, para la perfección y hacia la perfección eterna.» LU 75:8.5
Proposición. Adán y mil doscientos seguidores leales salieron del Jardín a la búsqueda de un nuevo hogar.
«Sabía Adán que él y Eva habían fracasado; se lo dijo la presencia de los síndicos Melquisedek, aunque aún ignoraba su estado personal y su destino. Sostuvo una reunión que duró la noche entera con mil doscientos seguidores leales que se comprometieron a seguir a su jefe, y al día siguiente a mediodía salieron estos peregrinos de Edén en busca de nuevos hogares. Adán no era amante de la guerra, por tanto optó por dejarles el primer jardín a los noditas sin oposición.» LU 75:6.2
Proposición. Todos los hijos de Adán más jóvenes y dos tercios de los más mayores fueron llevados a Edentia como pupilos de los Altísimos.
«Al tercer día de la partida del Jardín, la caravana edénica fue detenida por la llegada de los transportes seráficos de Jerusem. Por primera vez a Adán y Eva se les informó del destino que tendrían sus hijos. Mientras se quedaban a un lado preparados los transportes, a los hijos que habían llegado a la edad de ser capaz de elegir (los veinte años) se les dio la opción de permanecer en Urantia con sus padres o de convertirse en pupilos de los Altísimos de Norlatiadek. Dos tercios de ellos optaron por irse a Edentia; casi un tercio prefirió quedarse en Urantia con sus padres. Se llevaron todos los hijos menores de edad a Edentia. Nadie podía haber observado la dolorosa despedida de este Hijo e Hija Materiales de sus propios hijos, sin percatarse de que el camino del transgresor es duro. Ahora se encuentra esta prole de Adán y Eva en Edentia; desconocemos qué se dispone hacer con ellos.» LU 75:6.3
Proposición. Gabriel informó a Adán y Eva de que se les había declarado en falta, de que habían violado «el pacto de su cargo de confianza». Les animó saber que no se les había declarado culpables de rebelión.
«Estaba detenida la caravana edénica cuando a Adán y Eva se les informó del carácter de sus transgresiones y se les avisó acerca de su destino. Apareció Gabriel para pronunciar el juicio. He aquí el veredicto: Al Adán y Eva Planetarios se les declara en contumacia; han violado el pacto de su cargo de confianza en calidad de gobernantes de este mundo habitado.
«Si bien estaban abatidos por el sentimiento de culpabilidad, a Adán y Eva les animó sobremanera el anuncio de que sus jueces en Salvington los habían absuelto de todos los cargos de estar en «desacato al gobierno del universo». No se les había declarado culpables de rebelión.» LU 75:7.1
Proposición. La pareja edénica supo que se les había degradado al estatus de mortales del reino.
«A la pareja edénica se le comunicó que se habían degradado al estado de los mortales del reino; que, de ese momento en adelante, habrían de portarse como hombre y mujer de Urantia, con miras al futuro de las razas del mundo como su propio futuro.» LU 75:7.3
Proposición. Adán y Eva sí que cayeron de su estado superior al estatus mortal, pero esto no constituyó la caída del hombre.
«En efecto cayeron Adán y Eva de su estado superior de filiación material hasta el estado inferior de hombre mortal. Pero esto no constituyó la caída del hombre. La raza humana ha sido mejorada a pesar de las consecuencias inmediatas de la falta adánica. Aunque se malogró el designio divino para dar la raza violeta a los pueblos de Urantia, las razas mortales se han beneficiado enormemente de la contribución limitada que hicieron a las razas de Urantia Adán y sus descendientes.» LU 75:8.1
Proposición. El Jardín abandonado fue ocupado más tarde por los noditas del norte durante cuatro mil años, tras los que se hundió en las aguas.
«Después de que Adán se marchó del primer jardín, éste fue ocupado por variedad de noditas, cutitas y suntitas. Más tarde se convirtió en el lugar de residencia de los noditas del norte que se opusieron a cooperar con los adanitas. Después de marcharse Adán del Jardín, la península estuvo más de cuatro mil años infestada con estos noditas de baja categoría, entonces, se sumergió hasta el fondo oriental del Mar Mediterráneo, llevando consigo bajo las aguas toda la península de Edén; esta acción estuvo relacionada con la actividad violenta de los volcanes circundantes y la sumersión del puente terrestre entre Sicilia y África. Coincidiendo con esta vasta sumersión, se elevó grandemente el litoral del Mediterráneo oriental.»LU 73:7.1
Proposición. Al oír que Adán se acercaba, los moradores del segundo jardín huyeron a toda prisa. Adán lo encontró vacío.
«Cuando llegó a los moradores de la tierra del segundo jardín la noticia de que el rey y sumo sacerdote del Jardín de Edén venía marchando hacia ellos, huyeron a las montañas del este. Al llegar Adán, encontró desocupado el entero territorio que deseaba. Aquí en este nuevo emplazamiento, Adán y su séquito se pusieron a trabajar para construir nuevos hogares y establecer un nuevo centro de cultura y religión.» LU 76:1.2
Proposición. Con la ayuda de una muralla defensiva en el norte, los dos ríos formaron una buena defensa natural.
«Conocía Adán este sitio, pues fue uno de los tres escogidos por la comisión encargada de seleccionar emplazamientos para el Jardín propuesto por Van y Amadón. Los dos ríos en sí formaban una buena defensa natural en aquellos tiempos, y a poca distancia del segundo jardín, hacia el norte, el Eufrates y el Tigris se aproximaban de modo que podría construirse a lo largo de noventa kilómetros una muralla defensiva entre los ríos para proteger el territorio al sur.» LU 76:1.3
Proposición. Los Melquisedek informaron a Adán y Eva de que se aceptaba su arrepentimiento y que serían admitidos en las filas de los supervivientes dormidos.
«Al poco tiempo de establecerse el segundo Edén, a Adán y Eva se les informó debidamente que su arrepentimiento era aceptable y que, aunque estaban condenados a sufrir el destino de los mortales de su mundo, indudablemente llegarían a ser aptos para ser admitidos al rango de los supervivientes durmientes de Urantia. Creyeron plenamente este programa divino de la resurrección y rehabilitación que, de forma tan enternecedora, les proclamaron los Melquisedek. Su transgresión había sido un error de juicio y no un pecado de rebelión consciente y deliberada.» LU 76:5.1
Proposición. Caín y Sansa nacieron de camino al segundo jardín. Laotta murió. Eva adoptó a Sansa.
«Nacieron tanto Caín como Sansa antes de que la caravana adánica alcanzara su destino final entre los ríos de la Mesopotamia. Laotta, la madre de Sansa, pereció al nacer su hija; Eva sufrió mucho pero sobrevivió, debido a su fortaleza superior. Eva amamantó a Sansa, la hija de Laotta, y la crió con Caín. Sansa llegó a ser mujer de gran capacidad. Se casó con Sargán, el jefe de las razas azules del norte, y contribuyó al progreso de los hombres azules de aquellos tiempos.» LU 76:0.2
Proposición. Abel nació dos años después que Caín. Abel se convirtió en pastor, y Caín en granjero.
«Menos de dos años después de nacer Caín, nació Abel, el primer hijo de Adán y Eva que nació en el segundo jardín. Al cumplir Abel los doce años de edad, optó por ser pastor; Caín había elegido la agricultura.» LU 76:2.1
Proposición. Abel hacía ofrendas de animales, y Caín de los frutos del campo. Las ofrendas de Abel estaban más favorecidas, y por ese motivo se burlaba de Caín.
«Ahora bien, en aquellos tiempos se acostumbraba hacer al sacerdocio ofrendas de lo que había disponible. Los pastores daban de sus rebaños, los labriegos, de los frutos de los campos; de acuerdo con esta costumbre, Caín y Abel hacían asímismo ofrendas periódicas a los sacerdotes. Muchas veces habían disputado los dos jóvenes sobre los méritos relativos de sus vocaciones, y Abel no tardó en advertir que se manifestaba preferencia por sus sacrificios de animales. En vano recurrió Caín a las tradiciones del primer Edén, a la antigua preferencia por los frutos de los campos. Mas esto, no lo permitía Abel, y se burlaba de su frustrado hermano mayor.» LU 76:2.2
Proposición. Abel nunca dejaba de recordar a Caín que Adán no era su padre. Caín alimentó un odio creciente hacia su hermano.
«Nunca se llevaron bien los dos jóvenes, y este asunto de los sacrificios contribuyó más al creciente odio que se tenían. Sabía Abel que era hijo de Adán así como de Eva y nunca dejó de recalcarle a Caín que Adán no era su padre. Caín no era de pura cepa violeta puesto que su padre era de la raza nodita que más tarde se había mezclado con el hombre azul y rojo y con la cepa andónica aborigen. Todo lo antedicho, sumado a la herencia belicosa natural de Caín, hizo que éste abrigara un odio hacia su hermano menor que aumentaba sin tregua.» LU 76:2.4
Proposición. A la edad de dieciocho y veinte, las burlas de Abel enfurecieron tanto a Caín que este mató a su hermano.
«Los muchachos tenían dieciocho y veinte años respectivamente cuando se resolvió finalmente la tensión entre ellos; un día, las mofas de Abel enfurecieron a su belicoso hermano hasta tal grado que Caín, sobrecogido por su ira, lo mató.» LU 76:2.5
Proposición. Cain huyó a la tierra de Nod y se casó con Remona. Se convirtió en un líder nodita y vivió en paz con los adanitas.
«Entonces, salió Caín para la tierra de Nod, al este del segundo Edén. Llegó a ser un gran dirigente de un grupo de los consanguíneos de su padre y, hasta cierto punto, sí cumplió con los vaticinios de Serapatatia, pues promovió en efecto la paz entre esta división de los noditas y los adanitas durante su vida entera. Caín se casó con Remona, su prima distante, y su primogénito, Enoc, llegó a ser el jefe de los noditas elamitas. Durante cientos de años los elamitas y los adanitas continuaron viviendo en paz.» LU 76:2.9
Proposición. Adán y Eva fueron los fundaderos de los pueblos violeta, la novena raza humana. Ni Eva ni las razas evolutivas sin mezclar sufrían los dolores del parto.
«Fueron Adán y Eva los fundadores de la raza violeta del hombre, la novena raza humana que apareció en Urantia. Tenían Adán y su prole ojos azules, y se caracterizaban los pueblos violetas por la piel blanca y pelo claro—dorado, rojo y castaño.
«No sufrió Eva dolores de parto; tampoco los sufrieron las primeras razas evolucionarias. Sufrieron las punzadas del parto únicamente las razas mezcladas que habían sido producidas por la unión del hombre evolucionario con los noditas y, posteriormente con los adanitas.» LU 76:4.1
Proposición. La progenie de Adán era mucho más resistente a las enfermedades que las razas de Urantia.
«Las células del cuerpo de los Hijos Materiales y de su progenie son mucho más resistentes a las enfermedades que las de los seres evolutivos indígenas del planeta. Las células del cuerpo de las razas nativas son afines a los organismos microscópicos y ultramicroscópicos vivientes del reino que producen enfermedades. Estos hechos explican por qué los pueblos de Urantia tienen que hacer un gran esfuerzo en el campo científico para resistir a tantos trastornos físicos. Seríais mucho más resistentes a las enfermedades, si vuestras razas llevaran más de la sangre adánica.» LU 76:4.7
Proposición. Adansón, el primer hijo de Adán, fundó un centro de la raza violeta al norte del segundo jardín. El segundo hijo, Evasón, se convirtió en un líder y administrador magistral.
«Los gobernantes civiles de los adanitas fueron, por herencia, los hijos del primer jardín. El primer hijo de Adán, Adansón (Adam ben Adam), fundó un centro secundario de la raza violeta al norte del segundo Edén. El segundo hijo de Adán, Evasón, se convirtió en magistral dirigente y administrador; él fue el gran asistente de su padre. No vivió Evasón tanto tiempo como Adán, y el hijo mayor de aquél, Jansad, llegó a ser el sucesor de Adán como jefe de las tribus adanitas.» LU 76:3.3
Proposición. Los adanitas sobresalían en cultura (arte, literatura y manufactura). Produjeron el tercer alfabeto y mejoraron la arquitectura.
«Los adanitas aventajaron sobremanera a los pueblos circunvecinos en logros culturales y desarrollo intelectual. Produjeron el tercer alfabeto y, por otro lado, sentaron los cimientos de gran parte de lo que fue precursor del arte moderno, las ciencias y la literatura. Aquí en las tierras entre el Tigris y el Eufrates, mantuvieron las artes de la escritura, la siderurgia, la alfarería y la tejeduría, y produjeron una especie de arquitectura que no fue superada durante miles de años.» LU 76:3.8
Proposición. Adán eligió dejar en Urantia la mayor cantidad posible de su plasma vital. Los tipos más altos de mujeres evolutivas engendraron 1.570 niños superiores, que fundaron la poderosa raza andita.
«Tras haberse establecido en el segundo jardín junto al Eufrates, Adán optó por dejar atrás tanto plasma vital como le fuera posible para beneficiar el mundo después de su muerte. Como corresponde, se convirtió Eva en jefa de la comisión de doce miembros sobre el perfeccionamiento de las razas; antes de morir Adán, esta comisión había seleccionado a 1.682 mujeres del tipo superior en Urantia, y éstas fueron impregnadas con el plasma vital de Adán. Todos sus hijos llegaron a la madurez excepto 112, de modo que el mundo, de esta forma, fue beneficiado por la adición de 1.570 hombres y mujeres superiores. Si bien estas madres candidatas fueron seleccionadas de todas las tribus circundantes y representaban la mayoría de las razas de la tierra, fue escogida la mayoría de los elementos superiores de los noditas, y constituyeron las semillas de la poderosa raza andita. Estos hijos nacieron y se criaron en el contorno tribal de su madre respectiva.» LU 76:4.8
«Duró 530 años la vida de Adán; murió de lo que se podría denominar la vejez. Sencillamente se desgastó su mecanismo físico; el proceso de desintegración paulatinamente le fue ganando terreno al proceso de reparación, y llegó el inevitable final. Hacía diecinueve años que había muerto Eva por debilitación del corazón. Ambos fueron sepultados en el centro del templo del servicio divino que se había construido de acuerdo con sus proyectos poco tiempo después de terminar de completarse los muros de la colonia. De aquí se originó la práctica de enterrar a los hombres y mujeres notablemente piadosos debajo del piso de los templos de adoración.» LU 76:5.5
Proposición. Adán conocía la resurrección dispensacional, pero la promesa de Miguel implicaba que podría ser antes.
«Adán conocía el designio divino de la resurrección que se produjo simultáneamente con su llegada al planeta, y creía que él y su consorte probablemente serían repersonalizados en relación con el advenimiento de la siguiente orden de la filiación. Ignoraba que estuviera a punto de aparecer en Urantia Micael, el soberano de este universo; confiaba en que el siguiente Hijo que viniera sería de la orden Avonal. Así y todo, a Adán y Eva, siempre les fue reconfortante reflexionar sobre el único mensaje personal que jamás recibieran de Micael, a pesar de que les fuera un poco difícil de comprender. Este mensaje, entre otras expresiones de amistad y consuelo, decía: «He considerado las circunstancias de vuestra falta, y he recordado que el deseo de vuestro corazón siempre fue leal a la voluntad de mi Padre, y seréis llamados del abrazo del sueño mortal, al llegar yo a Urantia, si los Hijos subordinados de mi reino no os llaman antes de este momento».» LU 76:5.3
Proposición. Adán y Eva tenían una gran fe en las promesas de supervivencia que les hicieron los Melquisedek.
«Adán y Eva fueron a su descanso mortal con fuerte fe en las promesas que les habían hecho los Melquisedek en el sentido de que, en algún momento, despertarían del sueño de la muerte para reanudar la vida en los mundos de estancia, mundos que conocían muy bien de sus días anteriores a su misión en la carne material de la raza violeta sobre Urantia.» LU 76:6.1
Proposición. Al tercer día después de morir, Adán y Eva se repersonalizaron con 1.316 de sus asociados, en la resurrección especial número veintiséis.
«No descansaron mucho tiempo en el olvido del sueño inconsciente de los mortales del reino. Al tercer día de la muerte de Adán, el segundo día después de su reverente entierro, las órdenes de Lanaforge, sostenidas por el Altísimo de Edentia y aprobadas por el Unión de los Días en Salvington, actuando de parte de Micael, fueron puestas en manos de Gabriel, dirigiendo el acto especial de pasar lista de los distinguidos supervivientes de la contumacia adánica en Urantia. Y de acuerdo con este mandato de resurrección especial, el número veintiséis de la serie de Urantia, Adán y Eva fueron repersonalizados y reensamblados en las salas de resurrección de los mundos de estancia de Satania juntamente con 1.316 de sus asociados en la experiencia del primer jardín. Muchas otras almas leales ya habían sido trasladadas al llegar Adán, cuando se realizó una adjudicación dispensacional tanto de los supervivientes durmientes como de los ascendentes calificados vivientes.» LU 76:6.2
Proposición. Así termina la historia planetaria de Adán y Eva; una historia de pruebas, tragedias y triunfos.
«Así, pues, termina la historia del Adán y Eva Planetarios de Urantia, una historia de pruebas, tragedias y triunfos, por lo menos un triunfo personal para vuestro Hijo y vuestra Hija Materiales bienintencionados pero engañados, e indudablemente, a la postre, una historia de triunfo final para su mundo y sus habitantes perturbados por la rebelión y acosados por el mal.» LU 76:6.4
Proposición. Adán y Eva aceleraron el progreso biológico, pero su cultura sublime se diluyó pronto. Es el pueblo el que hace la civilización; la civilización no hace al pueblo.
«A fin de cuentas, Adán y Eva hicieron una poderosa contribución al desarrollo más rápido de la civilización y al progreso biológico acelerado de la raza humana. Dejaron una gran cultura en la tierra, pero no fue posible que esta civilización tan avanzada sobreviviera en la estela de la dilución prematura y sumersión ulterior de la herencia adánica. El pueblo hace la civilización; la civilización no hace al pueblo.» LU 76:6.4