© 1959 William S. Sadler
© 1961 Fundación Urantia
Proposición. Las escrituras hebreas presentaban el reino del cielo como una realidad presente y una esperanza futura.
«En relación con la declaración del sermón de Jesús, debe notarse que en todas las escrituras hebreas había un concepto dual del reino del cielo. Los profetas presentaban el reino de Dios como:
- Una realidad presente; y como
- Una esperanza futura —cuando el reino se realizaría en su plenitud en el momento en que apareciese el Mesías. Éste es el concepto de reino que enseñaba Juan el Bautista.
Desde el principio, Jesús y los apóstoles enseñaron ambos conceptos. Había otras dos ideas del reino que es bueno recordar:- El concepto posterior judío de un reino mundial trascendental de origen sobrenatural y de inauguración milagrosa.
- Las enseñanzas persas que ilustraban el establecimiento al fin del mundo, de un reino divino como logro del triunfo del bien sobre el mal.» LU 170:1.1
Proposición. El concepto del reino llegó a abarcar cuatro grupos de ideas.
«Poco antes del advenimiento de Jesús en la tierra, los judíos combinaron y confundieron todas estas ideas del reino en su concepto apocalíptico del advenimiento del Mesías para establecer la era del triunfo de los judíos, la edad eterna del gobierno supremo de Dios sobre la tierra, el nuevo mundo, la era en la que la humanidad toda adoraría a Yahvé. Al escoger y utilizar este concepto del reino del cielo, Jesús eligió apropiarse de la herencia más vital y culminante tanto de la religión judía como de la persa.
«El reino del cielo, tal como ha sido comprendido e interpretado erróneamente durante todos los siglos de la era cristiana, comprende cuatro grupos distintos de ideas:
«1. El concepto de los judíos.
«2. El concepto de los persas.
«3. El concepto de la experiencia personal de Jesús: «el reino del cielo dentro de vosotros».
«4. Los conceptos compuestos y confusos que los fundadores y promulgadores del cristianismo han tratado de imponer al mundo.» LU 170:1.7
Proposición. La secular confusión respecto al reino se debió a tres factores.
«Los siglos de confusión que sobrevinieron, respecto del significado del término «reino del cielo», se debieron a tres factores:
«1. La confusión ocasionada por la observación de la idea de «reino» tal como fue pasando a través de las varias fases progresivas de su modificación por parte de Jesús y de sus apóstoles.
«2. La confusión que inevitablemente estaba asociada con el transplante del cristianismo primitivo de suelo judío a suelo gentil.
«3. La confusión inherente al hecho de que el cristianismo se transformó en una religión organizada sobre la idea central de la persona de Jesús; el evangelio del reino se tornó más y más una religión sobre él.» LU 170:1.14
Proposición. Jesús declaró que aceptar el reino traería siete dones de vida y libertad.
«El Maestro aclaró que el reino del cielo debe comenzar con el concepto dual de la verdad de la paternidad de Dios y el hecho correlacionado de la hermandad de los hombres, y debe centrarse en esto. La aceptación de esta enseñanza, aclaró Jesús, liberaría al hombre de su larga esclavitud de miedo animal y al mismo tiempo enriquecería el vivir humano con los siguientes dones de la nueva vida de libertad espiritual:
«1. La posesión de un nuevo valor y mayor poder espiritual. El evangelio del reino iba a liberar al hombre e inspirarlo para que se atreviera a albergar la esperanza de vida eterna.
«2. El evangelio llevaba un mensaje de nueva confianza y verdadero consuelo para todos los hombres, aun los pobres.
«3. En sí mismo era una nueva norma de valores morales, una nueva vara de ética para medir la conducta humana. Ilustraba el ideal del nuevo orden de la sociedad humana que resultaría de él.
«4. Enseñaba la preeminencia de lo espiritual en comparación con lo material; glorificaba las realidades espirituales y exaltaba los ideales sobrehumanos.
«5. Este nuevo evangelio presentaba el alcance espiritual como meta auténtica del vivir. La vida humana recibía una nueva dotación de valor moral y dignidad divina.
«6. Jesús enseñó que las realidades eternas eran el resultado (la recompensa) del esfuerzo recto en la tierra. La estadía mortal del hombre en la tierra adquirió nuevo significado como consecuencia del reconocimiento de un destino noble.
«7. El nuevo evangelio afirmaba que la salvación humana es la revelación de un propósito divino de largo alcance que debe ser satisfecho y realizado en el destino futuro del servicio sin fin de los hijos salvados de Dios.» LU 170:2.1
Proposición. Aunque Jesús presentó aspectos variados del reino, sus últimas palabras siempre era: «El reino está dentro de vosotros».
«En momentos distintos y en circunstancias diversas parece que Jesús pudiese haber presentado numerosos conceptos del «reino» en sus enseñanzas públicas, pero a sus apóstoles siempre enseñó que el reino comprende la experiencia personal del hombre en relación con sus semejantes en la tierra y con el Padre en el cielo. En relación con el reino, sus últimas palabras siempre fueron: «el reino está dentro de vosotros».» LU 170:1.13
Proposición. Jesús no dio nunca una definición precisa del reino, pero sí sugirió cinco épocas.
«Jesús nunca ofreció una definición precisa del reino. En cierto momento hablaba de una fase del reino, en otro momento conversaba de un aspecto diferente de la hermandad del reino de Dios en el corazón de los hombres. En el curso de este sermón del sábado por la tarde Jesús mencionó no menos de cinco fases, o épocas, del reino, y éstas fueron:
«1. Como parte de la vida espiritual, la experiencia personal e interior de la comunidad del creyente individual con Dios el Padre.
«2. La hermandad en crecimiento de los creyentes del evangelio, los aspectos sociales de moral más elevada y de ética más noble que resultan del reinado del espíritu de Dios en el corazón de los creyentes individuales.
«3. La hermandad supermortal de los seres espirituales invisibles que prevalece en la tierra y en el cielo, el reino sobrehumano de Dios.
«4. La perspectiva de una satisfacción más completa de la voluntad de Dios, el avance hacia el amanecer de un nuevo orden social en relación con un vivir espiritual mejorado —la próxima etapa del hombre.
«5. El reino en su plenitud, la era espiritual futura de luz y vida en la tierra.» LU 170:4.1
Proposición. El Maestro presentó cinco características cardinales del evangelio del reino.
«En esta ocasión, el Maestro hizo hincapié sobre los siguientes cinco puntos como representación de las características cardinales del evangelio del reino:
«1. La preeminencia del individuo.
«2. La voluntad como factor determinante en la experiencia del hombre.
«3. La comunidad espiritual con Dios el Padre.
«4. Las satisfacciones supremas del servicio amoroso del hombre.
«5. La trascendencia en la personalidad humana de lo espiritual sobre lo material.» LU 170:4.8
Proposición. Los hijos del reino por la fe tienen vida eterna, con la cual ascienden los universos y encuentran a Dios en el Paraíso.
«Ahora pues debéis prestar oído a mis palabras, para no cometer nuevamente el error de oír mis enseñanzas con la mente mientras vuestro corazón no comprende el significado. Desde el comienzo de mi estadía como uno de vosotros, os enseñé que mi único propósito era revelar a mi Padre en el cielo a sus hijos en la tierra. He vivido el autootorgamiento revelador de Dios para que vosotros pudieseis experimentar la carrera del que conoce a Dios. He revelado a Dios, como vuestro Padre en el cielo; os he revelado a vosotros, como hijos de Dios en la tierra. Es un hecho de que Dios os ama a vosotors, a sus hijos. Por la fe en mi palabra, este hecho se torna una verdad eterna y viva en vuestro corazón. Cuando, por la fe viva, os tornéis divinamente conscientes de Dios, naceréis del espíritu como hijos de la luz y de la vida, aun la vida eterna en la cual ascenderéis al universo de los universos y alcanzaréis la experiencia de encontrar a Dios el Padre en el Paraíso.»LU 193:0.3
Proposición. El evangelio del reino es: La realidad de la paternidad de Dios y la hermandad del hombre. El evangelio se ocupa del amor del Padre y del servicio de sus hijos.
«Os advierto que recordéis siempre que vuestra misión entre los hombres es la proclamación del evangelio del reino —la realidad de la paternidad de Dios y la verdad de la filiación del hombre. Proclamad toda la verdad de la buena nueva, no tan sólo una parte del evangelio salvador. Vuestro mensaje no ha de cambiar por mi experiencia de resurrección. La filiación con Dios por la fe sigue siendo la verdad salvadora del evangelio del reino. Debéis salir predicando el amor de Dios y el servicio al hombre. Lo que el mundo necesita más que nada saber es: los hombres son hijos de Dios, y por la fe pueden en verdad realizar, y diariamente experimentar, esta verdad ennoblecedora. Mi autootorgamiento debe ayudar a todos los hombres a conocer que ellos son hijos de Dios, pero ese conocimiento no es suficiente si personalmente no captan por la fe la verdad salvadora de que ellos son los hijos de espíritu vivientes del Padre eterno. El evangelio del reino comprende el amor del Padre y el servicio de sus hijos en la tierra.» LU 193:0.4
Proposición. La hermandad del hombre, al ser universal, revela no solo cualidades de cada relación, sino también cualidades del todo.
«El amor mismo de Dios por el individuo crea la familia divina de todos los individuos, la fraternidad universal de los hijos del libre albedrío del Padre del Paraíso. Y esta fraternidad, siendo universal, es una relación de totalidad. La fraternidad, cuando es universal, no revela la relación con un individual, sino la relación con los todos. La fraternidad es una realidad de lo total y por lo tanto revela cualidades de la totalidad, en contradicción con las cualidades de la parte.» LU 12:7.10
Proposición. Hermandad significa que la parte se aprovecha o sufre en relación con el todo.
«La fraternidad constituye un hecho de relación entre todas las personalidades en la existencia universal. Ninguna persona puede evadir los beneficios o las sanciones que puedan sobrevenirle como resultado de una relación con otras personas. La parte se beneficia o sufre en relación con el todo. El buen esfuerzo de cada hombre beneficia a todos los hombres; el error o el mal de cada hombre aumenta las tribulaciones de todos los hombres. Según se mueve la parte, así se mueve el todo. Según es el progreso de la totalidad, así el progreso de la parte. Las velocidades relativas de la parte y el todo determinan si la parte se atrasa por la inercia del todo o si adelanta por el impulso de la fraternidad cósmica.» LU 12:7.11
Proposición. Dios debe siempre encontrar primero al hombre para que el hombre pueda más tarde encontrar a Dios.
«La conciencia mortal procede del hecho, al significado, y luego al valor. La conciencia del Creador procede del pensamiento-valor, a través de la palabra-significado, al hecho de la acción. Dios siempre debe actuar para romper el impase de la unidad no cualificada inherente a la infinidad existencial. La Deidad debe proporcionar siempre el universo que funciona como modelo, las personalidades perfectas, la verdad, belleza y bondad originales que anhelan todas las creaciones subdeidades. Dios debe siempre encontrar primero al hombre para que el hombre pueda más tarde encontrar a Dios. Siempre debe haber un Padre Universal antes de que pueda haber filiación universal y consiguiente hermandad universal.» LU 118:5.3
Proposición. Dijo Jesús: «Os envío, no para que améis las almas de los hombres, sino más bien para que améis a los hombres».
«Que la paz sea con vosotros. Durante una semana entera he permanecido aquí con la esperanza de poder aparecer nuevamente cuando estuvierais todos vosotros presentes, para que escuchéis una vez más la misión de ir al mundo y predicar este evangelio del reino. Nuevamente os digo: Así como el Padre me envió al mundo, así os envío yo. Así como yo he revelado al Padre, así revelaréis vosotros el amor divino, no sólo con palabras, sino en vuestra vida diaria. Os envío, no para que améis las almas de los hombres, sino más bien para que améis a los hombres. No debéis proclamar simplemente las felicidades del cielo, sino también mostrar en vuestra experiencia diaria esas realidades espirituales de la vida divina, puesto que vosotros ya tenéis vida eterna, como don de Dios, por medio de la fe. Cuando tengáis fe, cuando el poder de lo alto, el Espíritu de la Verdad, venga sobre vosotros, no ocultaréis vuestra luz aquí tras puertas cerradas. Haréis que toda la humanidad conozca el amor y la misericordia de Dios. Por el temor huís ahora de los hechos de una experiencia desagradable, pero cuando hayáis sido bautizados con el Espíritu de la Verdad, iréis hacia adelante, gallarda y jubilosamente para encontrar las nuevas experiencias de proclamar la buena nueva de la vida eterna en el reino de Dios.» LU 191:5.3
Proposición. Nuestra misión para el mundo se basa en el hecho de la vida de Jesús y en la verdad de nuestra filiación con Dios.
«Podréis quedaros aquí y en Galilea por una corta temporada mientras os recobráis del golpe de la transición de la falsa seguridad de la autoridad del tradicionalismo, al nuevo orden de la autoridad de los hechos, de la verdad y la fe en las realidades supremas de la experiencia viva. Vuestra misión en el mundo se basa en el hecho de que yo viví una vida reveladora de Dios entre vosotros; en la verdad de que vosotros y todos los demás hombres, son hijos de Dios; y consistirá en la vida que vosotros viviréis entre los hombres —la experiencia real y viviente de amar a los hombres y servirlos, aun como yo os he amado y servido a vosotros. Dejad que la fe revele al mundo vuestra luz; dejad que la revelación de la verdad abra los ojos cegados por la tradición; dejad que vuestro servicio amante destruya efectivamente el prejuicio engendrado por la ignorancia. Acercándoos así a vuestros semejantes en compasiva comprensión y con devoción altruista, los conduciréis al conocimiento salvador del amor del Padre.» LU 191:5.3
6.Proposición. Los judíos exaltaron la bondad, los griegos la belleza, los hindúes la devoción, los ascéticos la reverencia, los romanos la lealtad; pero Jesús requiere una vida de servicio amante.
> «Los judíos alabaron la bondad; los griegos exaltaron la belleza; los hindúes predican la devoción; los lejanos ascetas predican la reverencia; los romanos exigen lealtad; pero yo requiero de mis discípulos vida, aun una vida de servicio amante para vuestros hermanos en la carne.» LU 191:5.3
Proposición. Las llaves del reino son: sinceridad y más sinceridad.
«Las llaves del reino de los cielos son: sinceridad, más sinceridad, y más sinceridad. Todos los hombres poseen estas llaves. Los hombres las usan —avanzan en estado espiritual— mediante decisiones, más decisiones y más decisiones. La elección moral más elevada es la elección del valor más alto posible, y siempre —en cualquier esfera, en todas ellas— eso consiste en elegir hacer la voluntad de Dios. Si el hombre así hace esa selección, es grande, aunque sea el ciudadano más humilde de Jerusem o aun el más bajo de los mortales en Urantia.» LU 39:4.14
Proposición. Al elegir encontrar a Dios, el hombre ejerce una elección superfinita.
«La volición, el acto de elegir, debe funcionar dentro del marco universal que se ha actualizado en respuesta a una elección previa y más elevada. La entera gama de la voluntad humana está estrictamente limitada por lo finito, excepto en un detalle: cuando el hombre elige encontrar a Dios y ser como él, dicha elección es superfinita; sólo la eternidad podrá revelar si esta elección es también super-absonita.» LU 118:6.7
Proposición. Jesús enseñó un concepto doble del reino: uno en este mundo, el otro en el cielo.
«Esa tarde, el Maestro les enseñó claramente un nuevo concepto de la doble naturaleza del reino, al ilustrar las siguientes dos fases:
« «Primero. El reino de Dios en este mundo, el supremo deseo de hacer la voluntad de Dios, el amor altruista del hombre que rinde los buenos frutos de una mejor conducta ética y moral.
« «Segundo. El reino de Dios en el cielo, la meta de los creyentes mortales, el estado en el que el amor por Dios se ha perfeccionado, y se cumple la voluntad de Dios más divinamente».» LU 170:2.17
Proposición. Jesús enseñó dos elementos esenciales para entrar en el reino: fe sincera y hambre de verdad.
«Jesús enseñó que, por la fe, el creyente entra ahora al reino. En los varios discursos enseñó que dos cosas son esenciales para ingresar al reino por la fe:
«1. La fe, la sinceridad. Venir como un niñito, para recibir el don de la filiación como un regalo; someterse a hacer, sin preguntas, la voluntad del Padre, y con una genuina y plena confianza en la sabiduría del Padre; entrar al reino, libre de prejuicios y preconceptos; tener la mente abierta y dispuesta a aprender como un niño pequeño.
«2. El hambre de la verdad. La sed de rectitud, un cambio de la actitud mental, la adquisición de la motivación para ser como Dios y para encontrar a Dios.» LU 170:2.20
«Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.» Heb 11:1
«No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.» Jn 14:1
«Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.» Jn 1:12
«Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios.» Efe 2:8
«Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe.» Heb 12:2
Proposición. Jesús establece el nuevo camino viviente: él era la verdad en el conocimiento de que los hombres serán libres.
«El Hijo autootorgador vive y muere para la elevación espiritual de las razas mortales de un mundo. Establece el «camino nuevo y viviente»; su vida es una encarnación de la verdad paradisiaca en la carne mortal, esa misma verdad —aún el Espíritu de la Verdad— por cuyo conocimiento los hombres serán libres.» LU 52:5.4
Proposición. En Urantia, el nuevo camino viviente significa que los mortales pueden ir a los mundos mansión tras la muerte.
«En Urantia el establecimiento de este «camino nuevo viviente» fue asunto de hecho así como también de verdad. Por el aislamiento de Urantia en la rebelión de Lucifer se había suspendido el procedimiento por el cual los mortales pueden pasar, cuando mueren, directamente a las orillas de los mundos de estancia. Antes de los días de Cristo Micael en Urantia todas las almas dormían hasta las resurrecciones dispensionales o milenarias especiales. Aun Moisés no tuvo el permiso para ir al otro lado hasta la ocasión de una resurrección especial, pues el Príncipe Planetario caído, Caligastia, estaba en contra de dicha liberación. Pero desde el día de Pentecostés, los mortales de Urantia nuevamente pueden proceder directamente a las esferas morontiales.» LU 52:5.5
Proposición. «A través de muchas tribulaciones… entrarían en el reino». Jesús pasó por la gran prueba del hombre civilizado: tener poder y rechazar usarlo para propósitos egoístas.
«Jesús eligió establecer el reino del cielo en el corazón de la humanidad por métodos naturales, comunes, difíciles y esforzados, los mismos procedimientos que tendrían que seguir en el futuro sus hijos terrenales para ampliar y expandir ese reino celestial. Porque bien sabía el Hijo del Hombre que sería «a través de muchas tribulaciones que muchos de los hijos de todas las edades entrarían en el reino». Jesús estaba pasando ahora por la gran prueba del hombre civilizado, la de tener el poder y negarse continua y firmemente a utilizarlo para fines puramente egoístas o personales.» LU 136:8.6
Proposición. La perspicacia del amor genera el anhelo de verdad, belleza y bondad; y el hombre se glorifica en su abrazo.
«La vida de algunos hombres es demasiado grande y noble para descender al nivel bajo del ser puramente exitoso. El animal debe adaptarse al medio ambiente, pero el hombre religioso transciende su medio y de esta manera escapa a las limitaciones del mundo material presente, mediante su visión del amor divino. Este concepto de amor genera en el alma del hombre ese esfuerzo superanimal por encontrar la verdad, la belleza y la bondad. Y cuando los encuentra, su abrazo lo glorifica a él; lo consume el deseo de vivirlos en su vida, de hacer la rectitud.» LU 196:3.32
Proposición. Hay dos técnicas para elegir la voluntad del Padre:
«Esta elección de la voluntad del Padre es el hallazgo espiritual del Padre espíritu por el hombre mortal, aunque deba pasar una edad antes de que el hijo criatura pueda verdaderamente encontrarse de hecho ante la presencia de Dios en el Paraíso. Esta elección no consiste tanto en la negación de la voluntad de la criatura: «Que se haga no mi voluntad sino la tuya»; sino que consiste en la afirmación positiva de la criatura: «Es mi voluntad que se haga tu voluntad». Y si se hace esta elección, tarde o temprano el hijo que eligió a Dios hallará una unión interior (fusión) con el fragmento residente de Dios, mientras que este mismo hijo en perfeccionamiento encontrará suprema satisfacción de la personalidad en la comunión adoradora de la personalidad del hombre y la personalidad de su Hacedor, dos personalidades cuyos atributos creativos se unen eternamente y autovolitivamente en una mutualidad de expresión —el nacimiento de otra unión eterna de la voluntad del hombre y la voluntad de Dios.» LU 111:5.6
Proposición. Dios Supremo se está convirtiendo en la manifestación finita más elevada de la voluntad total de Dios.
«En la medida en que nosotros hagamos la voluntad de Dios en cualquiera de las estaciones universales en las que vivamos nuestra existencia, en esa misma medida el potencial todopoderoso del Supremo se acercará un paso más al actual. La voluntad de Dios es el propósito de la Primera Fuente y Centro tal como está potencializado en los tres Absolutos, personalizado en el Hijo Eterno, conjuntado para la acción universal en el Espíritu Infinito y eternizado en los modelos perdurables del Paraíso. Y Dios el Supremo está tornándose la manifestación finita más elevada de la voluntad total de Dios.» LU 117:0.1
Proposición. La religión de Jesús proporcionó finalidad de salvación, puesto que proporcionó los siete elementos esenciales principales.
«Las enseñanzas de Jesús constituyeron la primera religión urantiana que comprendió tan plenamente una coordinación armoniosa de conocimiento, sabiduría, fe, verdad y amor, tan completa y simultáneamente como para proveer tranquilidad temporal, certidumbre intelectual, esclarecimiento moral, estabilidad filosófica, sensibilidad ética, conciencia de Dios y la seguridad positiva de la supervivencia personal. La fe de Jesús trazó el camino a la finalidad de la salvación humana, a lo último de la obtención mortal del universo, puesto que proveyó:
«1. La salvación a partir de las cadenas materiales en la comprensión personal de la filiación de Dios, que es espíritu.
«2. La salvación a partir de la esclavitud intelectual: el hombre conocerá la verdad y la verdad lo hará libre.
«3. La salvación a partir de la ceguera espiritual, la comprensión humana de la fraternidad de los seres mortales y el conocimiento morontial de la hermandad de todas las criaturas universales; el descubrimiento por medio del servicio de la realidad espiritual y la revelación —a través del ministerio— de la bondad de los valores espirituales.
«4. La salvación a partir de la condición incompleta del yo mediante la obtención de los niveles espirituales del universo y a través de la comprensión final de la armonía de Havona y de la perfección del Paraíso.
«5. La salvación a partir del yo, la liberación de las limitaciones de la autoconciencia a través de la obtención de los niveles cósmicos de la mente Suprema y por coordinación con los logros de todos los demás seres autoconscientes.
«6. La salvación a partir del tiempo, la obtención de una vida eterna de progresión sin fin en el reconocimiento de Dios y al servicio de Dios.
«7. La salvación a partir de lo finito, la unión perfeccionada con la Deidad en el Supremo y a través de él, mediante la cual la criatura intenta el descubrimiento trascendental del Último en los niveles posfinales de lo absonito.» LU 101:6.8
Proposición. Las enseñanzas de Jesús despojaron finalmente a la religión de la superstición, la magia, la mitología y el dogmatismo.
«La paternidad mágica y mitológica de la religión natural no invalida la realidad y verdad de las religiones revelatorias posteriores y el profundo evangelio salvador de la religión de Jesús. La vida de Jesús y sus enseñanzas finalmente libraron a la religión de las supersticiones de la magia, las ilusiones de la mitología, y la esclavitud del dogmatismo tradicional. Pero esta primitiva magia y mitología prepararon efectivamente el terreno para una religión superior y más reciente, suponiendo la existencia y realidad de valores y seres supermateriales.» LU 103:9.4
Proposición. La gente común le escuchaba con deleite.
«La gente común escuchaba a Jesús con deleite, y nuevamente responderán ellos a la presentación de su vida humana sincera de motivación religiosa consagrada, si estas verdades se proclaman nuevamente al mundo. El pueblo lo escuchaba con deleite, porque él era uno de ellos, un laico sin pretensiones; en efecto, el maestro religioso más grande del mundo fue laico.» LU 196:1.4
Proposición. Jesús no compartió el punto de vista pesimista de Pablo acerca de la humanidad. Veía a los hombres más débiles que malvados.
«Jesús guió a los hombres a que se sintieran en el mundo como en su propia casa; los liberó de la esclavitud de los tabús y les enseñó que el mundo no es fundamentalmente malo. No anhelaba escapar de su vida terrenal; dominó la técnica de hacer la voluntad del Padre aceptablemente mientras estaba en la carne. Alcanzó una vida religiosa idealista en medio de un mundo realista. Jesús no compartía la opinión pesimista de Pablo sobre la humanidad. El Maestro consideraba a los hombres como hijos de Dios y anticipaba un futuro magnífico y eterno para los que eligieran la sobrevivencia. No era un escéptico moral; consideraba al hombre en forma positiva, no negativa. Veía a la mayoría de los hombres más como débiles que como malvados, más confundidos que depravados. Pero fuera cual fuese su estado, ellos eran hijos de Dios y sus hermanos.» LU 196:2.9
Proposición. Jesús avisó a sus seguidores de los peligros de cambiar el evangelio por una religión acerca de él.
«Jesús se esforzó en hacer entender a sus apóstoles la diferencia entre sus enseñanzas y su vida entre ellos y las enseñanzas que subsecuentemente podrían surgir sobre él. Dijo Jesús «Mi reino y el evangelio asociado con éste deben constituir el tema de vuestro mensaje. No os desviéis, predicando sobre mí y sobre mis enseñanzas. Proclamad el evangelio del reino y describid mi revelación del Padre en el cielo pero no os extraviéis por los senderos de crear leyendas y construir un culto que tenga que ver con creencias y enseñanzas sobre mis creencias y enseñanzas». Pero nuevamente no comprendieron ellos por qué hablaba así, y nadie se atrevió a preguntarle por qué les enseñaba de este modo.» LU 138:6.3
Proposición. Pedro comenzó el proceso sutil de cambiar la religión de Jesús por una nueva religión acerca de Jesús.
«Así pues, bajo el vigoroso liderazgo de Pedro y antes de que el Maestro ascendiera al Padre, sus bien intencionados representantes comenzaron el sutil proceso de una transformación paulatina y certera de la religión de Jesús a una nueva forma modificada de religión sobre Jesús.» LU 192:4.8
««Al daros este nuevo mandamiento, no aflijo vuestra alma con una nueva carga; más bien os traigo nuevo gozo y hago posible para vosotros la experiencia de un nuevo goce al conocer las delicias de donar el afecto de vuestro corazón a vuestros semejantes. Estoy a punto de experimentar la felicidad suprema, aun soportando exteriormente gran congoja, en el acto de donar mi afecto a vosotros y vuestros semejantes.
« «Cuando os invito a amaros unos a los otros, así como yo os he amado, os presento la medida suprema del verdadero afecto, porque el hombre no puede tener mayor amor que éste: el dar la vida por sus amigos. Y vosotros sois mis amigos; seguiréis siendo mis amigos si tan sólo estáis dispuestos a hacer lo que yo os he enseñado. Me habéis llamado Maestro, pero yo no os llamo siervos. Si tan sólo amáis unos a los otros tal como yo os amo, seréis mis amigos, y yo os hablaré por siempre de lo que el Padre me revela.» LU 180:1.2