© 1959 William S. Sadler
© 1961 Fundación Urantia
La potencia espacial es una pre-realidad; es el ámbito del Absoluto Incalificado y sólo es sensible a la atracción personal del Padre Universal, a pesar de que es aparentemente modificable por la presencia de los Organizadores Maestros Primarios de la Fuerza. LU 42:2.5
El nivel absoluto está desprovisto de principio, de fin, de tiempo y de espacio. Por ejemplo, en el Paraíso, el tiempo y el espacio no existen; el estado espacio-temporal del Paraíso es absoluto. Las Deidades del Paraíso alcanzan existencialmente este nivel por medio de la Trinidad, pero este tercer nivel de expresión unificadora de la Deidad no está unificado por completo experiencialmente. Los valores y los significados absolutos del Paraíso se manifiestan en cualquier momento, lugar y manera en que funciona el nivel absoluto de la Deidad. LU 0:1.13
La Isla eterna está compuesta de una sola forma de materialización —de sistemas estacionarios de realidad. Esta sustancia tangible del Paraíso es una organización homogénea de potencia espacial que no se encuentra en ninguna otra parte de todo el extenso universo de universos. Ha recibido muchos nombres en diferentes universos, y los Melquisedeks de Nebadon la han llamado desde hace mucho tiempo absolutum. Esta materia fuente del Paraíso no está muerta ni viva; es la expresión original no espiritual de la Fuente-Centro Primera; es el Paraíso, y el Paraíso no tiene copias. LU 11:2.9
Los filósofos cometen su error más grave cuando se extravían en el sofisma de la abstracción, en la práctica de enfocar la atención sobre un aspecto de la realidad, y luego declarar que ese aspecto aislado constituye la verdad total. LU 2:7.5
Recordad siempre que el Espíritu Infinito es el Actor Conjunto; tanto el Padre como el Hijo actúan en él y a través de él; está presente no sólo como él mismo, sino también como Padre y como Hijo, y como Padre-Hijo. En reconocimiento de este hecho y por muchas razones adicionales, a la presencia espiritual del Espíritu Infinito se la califica a menudo de «el espíritu de Dios». LU 8:5.5
El Actor Conjunto es la personalidad mental y espiritual, la fuente de la inteligencia, de la razón y de la mente universal. LU 0:5.5
Desde el punto de vista temporal, lo Manifestado es lo que era y lo que es; lo Potencial es lo que está surgiendo y lo que será; lo Original es lo que es. Desde el punto de vista de la eternidad, las diferencias entre lo Original, lo Manifestado y lo Potencial no son tan evidentes. Estas cualidades trinas no se distinguen así en los niveles de eternidad del Paraíso. En la eternidad, todo es —sólo que todo aún no ha sido revelado en el tiempo y el espacio. LU 115:3.11
La adoración —el ámbito espiritual de la realidad relacionado con la experiencia religiosa, la comprensión personal de la confraternidad divina, el reconocimiento de los valores espirituales, la seguridad de la supervivencia eterna, la ascensión desde el estado de servidores de Dios hasta la alegría y la libertad de los hijos de Dios. Es la perspicacia más elevada de la mente cósmica, la forma reverencial y adoradora del discernimiento cósmico. LU 16:6.8
La adoración es el privilegio más elevado y el deber primero de todas las inteligencias creadas. La adoración es el acto consciente y gozoso de reconocer y de admitir la verdad y el hecho de las relaciones íntimas y personales entre los Creadores y sus criaturas. La calidad de la adoración está determinada por la profundidad de la percepción de la criatura; y a medida que progresa el conocimiento del carácter infinito de los Dioses, el acto de adorar se vuelve cada vez más global hasta que alcanza finalmente la gloria de la delicia experiencial más elevada y del placer más exquisito que conocen los seres creados. LU 27:7.1
La adoración es la alegría suprema de la existencia en el Paraíso; es el entretenimiento refrescante del Paraíso. Aquello que el entretenimiento hace por vuestra mente agotada en la Tierra, la adoración lo hará por vuestra alma perfeccionada en el Paraíso. La forma de adorar en el Paraíso se encuentra totalmente más allá de la comprensión de los mortales, pero podéis empezar a apreciar su espíritu incluso aquí abajo en Urantia, porque los espíritus de los Dioses residen ahora mismo en vosotros, se ciernen sobre vosotros y os incitan a la verdadera adoración. LU 27:7.5
La adoración, la búsqueda sincera de los valores divinos y el amor de todo corazón al divino Dador de los Valores. LU 16:8.14
La adoración es el distintivo de la candidatura a la ascensión espiritual. LU 36:5.11
La adoración —la contemplación de lo espiritual— debe alternar con el servicio, el contacto con la realidad material. LU 143:7.3
La adoración tiene el propósito de anticiparse a la vida mejor del futuro, y luego reflejar estas nuevas significaciones espirituales sobre la vida presente. La oración es un sostén espiritual, pero la adoración es divinamente creativa.
La adoración es la técnica de buscar en el Uno la inspiración para servir a la multitud. La adoración es la vara que mide el grado en que el alma se ha desprendido del universo material, y se ha adherido de manera simultánea y segura a las realidades espirituales de toda la creación.
La oración es recordarse a sí mismo —un pensamiento sublime; la adoración es olvidarse de sí mismo— un superpensamiento. La adoración es una atención sin esfuerzo, el verdadero descanso ideal del alma, una forma de ejercicio espiritual sosegado.
La adoración es el acto de un fragmento que se identifica con el Todo, lo finito con lo Infinito, el hijo con el Padre, el tiempo en la operación de ajustarse al ritmo de la eternidad. La adoración es el acto de la comunión personal del hijo con el Padre divino, la aceptación de unas actitudes vivificantes, creativas, fraternales y románticas por parte del alma-espíritu del hombre. LU 143:7.5-8
La verdadera adoración religiosa no es un monólogo inútil en el que uno se engaña a sí mismo. La adoración es una comunión personal con lo que es divinamente real, con lo que es la fuente misma de la realidad. Mediante la adoración, el hombre aspira a ser mejor, y por medio de ella, alcanza finalmente lo mejor. LU 196:3.22
La afectación es el esfuerzo ridículo de los ignorantes por parecer sabios, el intento del alma estéril por parecer rica. LU 48:7.17
En Jerusem, los ascendentes de estos mundos aislados ocupan un sector residencial propio y se les conoce con el nombre de agondontarios, lo que significa criaturas volitivas evolutivas que pueden creer sin ver, perseverar cuando están aisladas y vencer dificultades insuperables incluso estando solas. LU 50:7.2
El Ajustador del Pensamiento es la ventana cósmica a través de la cual la criatura finita puede vislumbrar, por la fe, las certidumbres y divinidades de la Deidad ilimitada, el Padre Universal. LU 103:0.1
El Ajustador es el que crea, dentro del hombre, ese anhelo insaciable y ese ansia incesante de ser semejante a Dios, de alcanzar el Paraíso, y allí, delante de la persona real de la Deidad, de adorar a la fuente infinita de este don divino. El Ajustador es la presencia viviente que conecta realmente al hijo mortal con su Padre Paradisiaco y le acerca cada vez más al Padre. El Ajustador es para nosotros aquello que nivela de manera compensatoria la enorme tensión universal creada por la distancia que separa al hombre de Dios, y por el grado de parcialidad del hombre en contraste con la universalidad del Padre eterno.
El Ajustador es una esencia absoluta de un ser infinito, encarcelada en la mente de una criatura finita que, dependiendo de la elección de dicho mortal, puede consumar finalmente esta unión temporal entre Dios y el hombre y hacer verdaderamente real una nueva clase de ser para un servicio universal sin fin. El Ajustador es la realidad universal divina que convierte en un hecho la verdad de que Dios es el Padre del hombre. El Ajustador es la brújula cósmica infalible del hombre, que orienta siempre e infaliblemente el alma hacia Dios. LU 107:0.5-6
Los Ajustadores son la realidad del amor del Padre, encarnado en el alma de los hombres; son la verdadera promesa de la carrera eterna del hombre, encarcelada dentro de la mente mortal; son la esencia de la personalidad finalitaria perfeccionada del hombre, que éste puede saborear de antemano en el tiempo a medida que domina progresivamente la técnica divina de lograr vivir la voluntad del Padre, paso a paso, a través de la ascensión de un universo tras otro, hasta que alcanza realmente la presencia divina de su Padre Paradisiaco. LU 107:0.2
Al igual que sus numerosos asociados no revelados, los Ajustadores son de una divinidad pura y sin mezcla, partes incalificadas y no atenuadas de la Deidad; son de Dios y, en la medida en que podemos discernirlo, son Dios. LU 107:1.2
El Ajustador es la posibilidad que tiene el hombre de lograr la eternidad; el hombre es la posibilidad que tiene el Ajustador de lograr la personalidad. LU 107:6.2
Los Ajustadores del Pensamiento no son personalidades, pero son entidades reales; están verdadera y perfectamente individualizados, aunque nunca están realmente personalizados mientras residen en los mortales. Los Ajustadores del Pensamiento no son verdaderas personalidades; son verdaderas realidades, unas realidades del tipo más puro que se conoce en el universo de universos —son la presencia divina. LU 107:7.1
El Ajustador es la fuente, dentro de vosotros, del logro espiritual y la esperanza de adquirir un carácter divino. Es el poder, el privilegio y la posibilidad de la supervivencia, que os distingue por completo y para siempre de las criaturas simplemente animales. Es el estímulo espiritual del pensamiento, verdaderamente interno y superior, en contraste con los estímulos físicos y externos que llegan hasta la mente a través del mecanismo de la energía nerviosa del cuerpo material.
Estos fieles guardianes de la carrera futura hacen infaliblemente una copia de cada creación mental en un duplicado espiritual; así os van recreando de manera lenta y segura tal como sois realmente (sólo en espíritu) para la resurrección en los mundos de supervivencia. Todas estas exquisitas recreaciones espirituales se conservan en la realidad emergente de vuestra alma evolutiva e inmortal, de vuestro yo morontial. Estas realidades están efectivamente ahí, a pesar de que el Ajustador raras veces puede ensalzar lo suficiente estas creaciones duplicadas como para mostrarlas a la luz de la conciencia.
Al igual que vosotros sois los padres humanos, el Ajustador es el padre divino de vuestro verdadero yo, vuestro yo superior y progresivo, vuestro mejor yo morontial y vuestro futuro yo espiritual. Este alma morontial evolutiva es la que disciernen los jueces y los censores cuando decretan vuestra supervivencia y os elevan a los nuevos mundos y a una existencia sin fin en unión eterna con vuestro fiel asociado —Dios, el Ajustador.
Los Ajustadores son los progenitores eternos, los originales divinos, de vuestra alma inmortal en evolución; son el impulso incesante que conduce al hombre a intentar dominar la existencia material actual a la luz de la futura carrera espiritual. Los Monitores son los prisioneros de una esperanza imperecedera, las fuentes de una progresión perpetua. ¡Y cuánto disfrutan comunicándose con sus sujetos a través de unos canales más o menos directos! ¡Cuánto se regocijan cuando pueden prescindir de los símbolos y de otros métodos indirectos, y transmitir sus mensajes directamente al intelecto de sus asociados humanos! LU 108:6.4-7
La evolución material os ha proporcionado una máquina viviente, vuestro cuerpo; el Padre mismo os ha dotado de la realidad espiritual más pura que se conoce en el universo, vuestro Ajustador del Pensamiento. Pero la mente ha sido puesta en vuestras manos, sometida a vuestras propias decisiones, y es a través de la mente como vivís o morís. Con esta mente y dentro de esta mente es donde tomáis las decisiones morales que os permiten volveros semejantes al Ajustador, es decir semejantes a Dios. LU 111:1.4
La mente es vuestro buque, el Ajustador es vuestro piloto, la voluntad humana es el capitán. El dueño del navío mortal debería tener la sabiduría de confiar en el piloto divino para que guíe su alma ascendente hacia los puertos morontiales de la supervivencia eterna. LU 111:1.9
El alma. El alma del hombre es una adquisición experiencial. A medida que una criatura mortal elige «hacer la voluntad del Padre que está en los cielos», el espíritu interno se convierte en el padre de una nueva realidad en la experiencia humana. La mente mortal y material es la madre de esta misma realidad emergente. La sustancia de esta nueva realidad no es material ni espiritual —es morontial. Es el alma emergente e inmortal que está destinada a sobrevivir a la muerte física y a empezar la ascensión al Paraíso. LU 0:5.10
La personalidad humana se identifica con la mente y el espíritu, unidos por la vida en una relación funcional en un cuerpo material. Esta relación funcional entre la mente y el espíritu no da como resultado una combinación de las cualidades o atributos de la mente y del espíritu, sino más bien un valor universal enteramente nuevo, original y único, con una duración potencialmente eterna: el alma. LU 111:2.3
«El alma es la parte del hombre que refleja su yo, discierne la verdad y percibe el espíritu, y que eleva para siempre al ser humano por encima del nivel del mundo animal. La conciencia de sí, en sí misma y por sí misma, no es el alma. La autoconciencia moral es la verdadera autorrealización humana y constituye el fundamento del alma humana. El alma es esa parte del hombre que representa el valor potencial de supervivencia de la experiencia humana. La elección moral y la consecución espiritual, la capacidad para conocer a Dios y el impulso de ser semejante a él, son las características del alma. El alma del hombre no puede existir sin pensamiento moral y sin actividad espiritual. Un alma estancada es un alma moribunda. Pero el alma del hombre es distinta al espíritu divino que reside dentro de la mente. El espíritu divino llega al mismo tiempo que la mente humana efectúa su primera actividad moral, y en esa ocasión es cuando nace el alma.» LU 133:6.5
El alma morontial de un mortal evolutivo es realmente la hija de la acción del Padre Universal a través del Ajustador, y la hija de la reacción cósmica del Ser Supremo, la Madre Universal. LU 117:6.5
El altruismo —el servicio a los semejantes— ¿es deseable? Entonces la experiencia de la vida debe proporcionar situaciones donde se encuentren desigualdades sociales. LU 3:5.7
La Primera Era del Universo [^1] es la primera era factual, pero detrás de ella está el concepto de una Era Cero, una era anterior a los tiempos de (eterno) Havona. Los artículos hacen uso de este Concepto Cero sin utilizar realmente el término «Edad Cero». Hablan del «alba de la eternidad», un hipotético estado de cosas anterior a la aparición del Infinito; Espíritu y universo central. Es este estado de cosas lo que proponemos llamar Edad Cero. (Pensar en la Edad Cero es algo así como pensar en la marca cero de una regla. En realidad, no medimos nada con esta marca, pero sí muestra dónde comienza la primera pulgada).
La ambición es peligrosa hasta que no se socializa plenamente. No habréis adquirido realmente una virtud hasta que vuestros actos no os hagan dignos de ella. LU 48:7.19
El amor es el secreto de las asociaciones beneficiosas entre personalidades. LU 12:9.2
Aunque este término conlleva el concepto más elevado que tiene el hombre sobre las relaciones humanas de respeto y de devoción, designa con tanta frecuencia tantas cosas de las relaciones humanas, que es completamente innoble y totalmente inadecuado que sean conocidas con una palabra que se utiliza también para indicar el afecto incomparable del Dios viviente por sus criaturas del universo. LU 2:5.11
Dios es amor, pero el amor no es Dios. La mayor manifestación del amor divino por los seres mortales se puede observar en la concesión de los Ajustadores del Pensamiento, pero vuestra mayor revelación del amor del Padre se puede contemplar en la vida de donación de su Hijo Miguel cuando vivió en la Tierra la vida espiritual ideal. El Ajustador interior es el que individualiza el amor de Dios para cada alma humana. LU 2:5.10
La belleza universal es el reconocimiento del reflejo de la Isla del Paraíso en la creación material, mientras que la verdad eterna es el ministerio especial de los Hijos Paradisíacos que no sólo se donan a las razas mortales, sino que incluso derraman su Espíritu de la Verdad sobre todos los pueblos. La bondad divina se manifiesta más plenamente en el ministerio amoroso de las múltiples personalidades del Espíritu Infinito. Pero el amor, la suma total de estas tres cualidades, es la percepción que el hombre tiene de Dios como su Padre espiritual. LU 56:10.17
El amor es el deseo de hacer el bien a los demás. LU 56:10.21
Podéis descubrir mejor los valores de vuestros compañeros descubriendo sus motivaciones. Si alguien os irrita, os produce sentimientos de rencor, deberíais tratar de discernir con simpatía su punto de vista, las razones de su comportamiento censurable. En cuanto comprendéis a vuestro prójimo, os volvéis tolerantes, y esta tolerancia se convierte en amistad y madura en amor. LU 100:4.4
…Si tan sólo pudierais conocer a vuestros semejantes, terminaríais por enamoraros de ellos.
No podéis amar realmente a vuestros compañeros con un simple acto de voluntad. El amor sólo nace de una comprensión completa de los móviles y sentimientos de vuestros semejantes. Amar hoy a todos los hombres no es tan importante como aprender cada día a amar a un ser humano más. Si cada día o cada semana lográis comprender a uno más de vuestros compañeros, y si éste es el límite de vuestra capacidad, entonces estáis sin duda haciendo sociable y espiritualizando realmente vuestra personalidad. El amor es contagioso, y cuando la devoción humana es inteligente y sabia, el amor es más contagioso que el odio. Pero sólo el amor auténtico y desinteresado es verdaderamente contagioso. Si tan sólo cada mortal pudiera convertirse en un foco de afecto dinámico, este virus benigno del amor pronto impregnaría la corriente de emoción sentimental de la humanidad hasta tal punto que toda la civilización quedaría envuelta en el amor, y ésta sería la realización de la fraternidad de los hombres. LU 100:4.5-6
El amor de un padre no tiene necesidad de mimar, y no perdona el mal, pero siempre se opone al cinismo. El amor paternal tiene una única finalidad, y siempre busca lo mejor que hay en el hombre; ésta es la actitud de un verdadero padre. LU 140:5.12
El amor paternal se complace en devolver el bien por el mal —en hacer el bien como pago a la injusticia. LU 140:5.24
En el verdadero sentido de la palabra, el amor implica una estima mutua entre personalidades completas, LU 112:2.7
Si aprendéis a amar solamente a aquellos que os aman, estáis destinados a vivir una vida limitada y mediocre. Es cierto que el amor humano puede ser recíproco, pero el amor divino es extrovertido en toda su búsqueda de la satisfacción. Cuanto menos amor hay en la naturaleza de una criatura, más grande es su necesidad de amor, y más intenta el amor divino satisfacer esa necesidad. El amor nunca es egoísta, y no puede ser dirigido hacia uno mismo. El amor divino no puede estar encerrado en sí mismo; necesita darse generosamente. LU 156:5.11
«Vuestra incapacidad o vuestra mala disposición para perdonar a vuestros semejantes es la medida de vuestra inmadurez, de vuestro fracaso en alcanzar el nivel adulto de compasión, de comprensión y de amor. Vuestros rencores y vuestras ideas de venganza son directamente proporcionales a vuestra ignorancia de la naturaleza interior y de los verdaderos anhelos de vuestros hijos y de vuestros semejantes. El amor es la manifestación exterior del impulso de vida interior y divino. Está basado en la comprensión, alimentado por el servicio desinteresado y perfeccionado con la sabiduría». LU 174:1.5
El amor es realmente contagioso y eternamente creativo. La muerte de Jesús en la cruz ejemplifica un amor que es lo suficientemente fuerte y divino como para perdonar el pecado y absorber toda maldad. Jesús reveló a este mundo una calidad de rectitud superior a la justicia —el simple concepto técnico del bien y del mal. El amor divino no se limita a perdonar las ofensas; las absorbe y las destruye realmente. El perdón del amor trasciende totalmente el perdón de la misericordia. La misericordia pone a un lado la culpabilidad del mal; pero el amor destruye para siempre el pecado y todas las debilidades que resultan de él. LU 188:5.2
El verdadero amor no transige con el odio ni lo perdona, lo destruye. El amor de Jesús nunca se siente satisfecho con el simple perdón. El amor del Maestro implica la rehabilitación, la supervivencia eterna. LU 188:5.2
Nadie puede tener un amor más grande que éste: el de estar dispuesto a dar su vida por sus amigos LU 188:5.7
El amor es la motivación más elevada que el hombre puede utilizar en su ascensión por el universo. Pero el amor, cuando está despojado de la verdad, la belleza y la bondad, sólo es un sentimiento, una deformación filosófica, una ilusión psíquica, un engaño espiritual. El amor ha de ser siempre definido de nuevo en los niveles sucesivos de la evolución morontial y espiritual. LU 196:3.29
«Las huestes angélicas son una orden distinta de seres creados; son enteramente diferentes a la orden material de criaturas mortales, y funcionan como un grupo distinto de inteligencias del universo. Los ángeles no pertenecen al grupo de criaturas llamadas en las Escrituras «los Hijos de Dios»; no son tampoco los espíritus glorificados de los mortales que han continuado progresando a través de las mansiones de las alturas. Los ángeles son una creación directa, y no se reproducen. Las huestes angélicas solamente tienen un parentesco espiritual con la raza humana. A medida que el hombre progresa en el viaje hacia el Padre que está en el Paraíso, pasa en un momento dado por un estado de existencia semejante al de los ángeles, pero el hombre mortal nunca se convierte en un ángel».
«Los ángeles no mueren nunca, como mueren los hombres. Los ángeles son inmortales, a menos que se impliquen en el pecado, como hicieron algunos de ellos con los engaños de Lucifer. Los ángeles son los servidores espirituales en el cielo, y no son infinitamente sabios ni todopoderosos. Pero todos los ángeles leales son realmente puros y santos». LU 167:7.2
El día de Satania equivale a tres días del tiempo de Urantia, menos una hora, cuatro minutos y quince segundos, siendo ésta la duración de la rotación axial de Jerusem. El año del sistema consta de cien días de Jerusem. LU 46:1.2
El año de Nebadon consiste en un segmento del tiempo del recorrido del universo en relación con el circuito de Uversa, y equivale a cien días del tiempo oficial del universo, unos cinco años del tiempo de Urantia. LU 33:6.7
A partir de este día, la palabra ‘apóstol’ fue empleada para diferenciar a la familia elegida de consejeros de Jesús de la vasta multitud de discípulos creyentes que le siguieron posteriormente. LU 137:1.7
El amor de lo bello y la apreciación creciente del toque artístico que existe en todas las manifestaciones creativas en todos los niveles de la realidad. LU 56:10.7
La armonía es la tónica del universo central, y en el Paraíso prevalece un orden perceptible. LU 27:4.2
Juan el Revelador tuvo una visión de la llegada de una clase de mortales que avanzaban desde el séptimo mundo de las mansiones hasta su primer cielo, hasta las glorias de Jerusem. Dejó escrito: «Y vi como un mar de cristal mezclado con fuego; y a aquellos que habían logrado vencer a la bestia que al principio estaba en ellos y en la imagen que subsistía a través de los mundos de las mansiones y finalmente en la última marca y huella, que se hallaban en el mar de cristal, con las arpas de Dios, y cantando la canción de la liberación del temor y de la muerte humanos». (A todos estos mundos llegan las comunicaciones perfeccionadas del espacio; y estas comunicaciones las podéis recibir en cualquier parte si lleváis el «arpa de Dios», un aparato morontial que compensa la incapacidad para adaptar directamente el mecanismo sensorial morontial inmaduro a la recepción de las comunicaciones espaciales). LU 47:10.2
El arquetipo es un diseño maestro a partir del cual se realizan las copias. El Paraíso Eterno es el absoluto de los arquetipos; el Hijo Eterno es el arquetipo de la personalidad; el Padre Universal es el antecesor-fuente directo de los dos. Pero el Paraíso no confiere arquetipos y el Hijo no puede otorgar la personalidad. LU 0:6.13
Pero un arquetipo es un arquetipo y permanece siendo un arquetipo; sólo las copias se multiplican. LU 0:6.10
El arte surge del intento del hombre por huir de la falta de belleza de su entorno material; es un gesto hacia el nivel morontial. LU 196:3.30
Por eso el materialismo, el ateísmo, es el colmo de la fealdad, la cúspide de la antítesis finita de lo bello. LU 56:10.4
En la Tierra vivirán durante mucho tiempo esos individuos tímidos, miedosos e indecisos que preferirán obtener de esta manera sus consuelos religiosos, aunque al ligar su suerte con las religiones de autoridad, comprometen la soberanía de su personalidad, degradan la dignidad de la autoestima, y renuncian por completo al derecho de participar en la más emocionante e inspiradora de todas las experiencias humanas posibles: la búsqueda personal de la verdad, el regocijo de afrontar los peligros del descubrimiento intelectual, la determinación de explorar las realidades de la experiencia religiosa personal, la satisfacción suprema de experimentar el triunfo personal de conseguir realmente la victoria de la fe espiritual sobre las dudas intelectuales, una victoria que se gana honradamente durante la aventura suprema de toda la existencia humana —el hombre a la búsqueda de Dios, por sí mismo y como tal hombre, y que lo encuentra. LU 155:5.10