© 1959 William S. Sadler
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La falsedad no es una cuestión de técnica narrativa, sino algo premeditado para desnaturalizar la verdad. … La sombra del desvío de un cabello, premeditado con una finalidad desleal, la más mínima deformación o perversión de aquello que es un principio —estas cosas constituyen la falsedad. LU 48:6.33
La familia es la unidad fundamental de fraternidad donde los padres y los hijos aprenden las lecciones de paciencia, altruismo, tolerancia e indulgencia que son tan esenciales para realizar la fraternidad entre todos los hombres. LU 84:7.28
A los escribas y rabinos, en conjunto, se les llamaba fariseos. Ellos se denominaban a sí mismos los «asociados». Eran, en muchos aspectos, el grupo progresista entre todos los judíos, pues habían adoptado muchas enseñanzas que no figuraban claramente en las escrituras hebreas, como la creencia en la resurrección de los muertos, una doctrina que sólo había sido mencionada por Daniel, un profeta reciente. LU 137:7.6
La fe —la afirmación suprema del pensamiento humano— … LU 3:5.9
La palabra «fe» debería representar la relación del individuo con Dios, en lugar de ser la expresión de un credo sobre el que un grupo de mortales ha conseguido ponerse de acuerdo como actitud religiosa común. «¿Tenéis fe? Entonces tenedla por vosotros mismos». LU 99:5.7
La fe une la perspicacia moral al discernimiento concienzudo de los valores, y el sentido evolutivo preexistente del deber completa el linaje de la verdadera religión. La experiencia de la religión produce finalmente la conciencia cierta de Dios y la seguridad indudable de la supervivencia de la personalidad creyente. LU 101:1.6
La razón es el método de la ciencia; la fe es el método de la religión; la lógica es la técnica que intenta utilizar la filosofía. LU 101:2.2
La perspicacia de la fe, o intuición espiritual, es la dotación de la mente cósmica en asociación con el Ajustador del Pensamiento, que es el regalo del Padre al hombre. LU 101:3.2
La creencia alcanza el nivel de la fe cuando motiva la vida y modela la manera de vivir. La aceptación de una enseñanza como verdadera no es la fe; es una simple creencia. La certidumbre y la convicción tampoco son la fe. Un estado mental sólo alcanza los niveles de la fe cuando domina realmente la manera de vivir. La fe es un atributo viviente de la experiencia religiosa personal auténtica. Uno cree en la verdad, admira la belleza y respeta la bondad, pero no las adora; una actitud así de fe salvadora está centrada solamente en Dios, que es la personificación de todas estas cosas e infinitamente más.
La creencia limita y ata siempre; la fe expande y desata. La creencia fija, la fe libera. Pero la fe religiosa viviente es más que una asociación de creencias nobles; es más que un sistema elevado de filosofía; es una experiencia viviente que se interesa por los significados espirituales, los ideales divinos y los valores supremos; conoce a Dios y sirve a los hombres. Las creencias pueden llegar a ser propiedad de un grupo, pero la fe ha de ser personal. Las creencias teológicas se pueden sugerir a un grupo, pero la fe sólo puede surgir en el corazón de la persona religiosa individual.
La fe falsifica su misión de confianza cuando se atreve a negar las realidades y a conferir a sus adeptos un conocimiento ficticio. La fe se vuelve traidora cuando fomenta la traición de la integridad intelectual y desprecia la lealtad a los valores supremos y a los ideales divinos. La fe nunca rehuye el deber de resolver los problemas de la vida mortal. La fe viviente no fomenta el fanatismo, la persecución o la intolerancia.
La fe no encadena la imaginación creadora ni tampoco mantiene prejuicios irrazonables hacia los descubrimientos de la investigación científica. La fe vitaliza la religión y obliga a la persona religiosa a vivir heroicamente la regla de oro. El fervor de la fe está en armonía con el conocimiento, y sus esfuerzos son el preludio de una paz sublime. LU 101:8.1-4
La fe se convierte en la conexión entre la conciencia moral y el concepto espiritual de la realidad duradera. LU 101:9.9
El hombre se vuelve muy pronto consciente de que no está solo en el mundo o en el universo. Se desarrolla una conciencia natural y espontánea de que existen otras mentes en el entorno del individuo. La fe transforma esta experiencia natural en religión, en el reconocimiento de Dios como realidad —como fuente, naturaleza y destino— de las otras mentes. LU 102:4.3
la fe es la técnica de perspicacia de la religión; LU 103:6.7
La fe es el acto de reconocer la validez de la conciencia espiritual —algo que no se puede probar humanamente de otra manera. LU 103:7.13
Por medio de la fe espiritual, el hombre consigue hacerse una idea del amor de Dios, pero pronto descubre que esta fe espiritual no tiene ninguna influencia sobre las leyes ordenadas del universo material. LU 104:2.3
Pero el hombre nunca puede poseer la verdad sin el ejercicio de la fe. Esto es así porque los pensamientos, la sabiduría, la ética y los ideales del hombre nunca se elevarán por encima de su fe, de su esperanza sublime. Y toda verdadera fe de este tipo está basada en una reflexión profunda, en una autocrítica sincera y en una conciencia moral intransigente. La fe es la inspiración de la imaginación creativa impregnada de espíritu.
La fe actúa para liberar las actividades superhumanas de la chispa divina, el germen inmortal que vive dentro de la mente del hombre, y que es el potencial de la supervivencia eterna. LU 132:3.5-6
«Que la paz sea con vosotros. Os alegráis de saber que yo soy la resurrección y la vida, pero esto no os servirá de nada si no nacéis primero del espíritu eterno, llegando a poseer así, por la fe, el don de la vida eterna. Si sois los hijos de mi Padre por la fe, no moriréis nunca, no pereceréis.». LU 193:1.2
La felicidad es el resultado del reconocimiento de la verdad porque ésta puede exteriorizarse; puede vivirse. La decepción y la tristeza acompañan al error porque, como éste no es una realidad, no se puede llevar a cabo en la experiencia. La verdad divina se conoce mejor por su sabor espiritual. LU 2:7.6
La felicidad humana sólo se consigue cuando el deseo egoísta del yo y el impulso altruista del yo superior (del espíritu divino) están coordinados y conciliados mediante la voluntad unificada de la personalidad que integra y supervisa. LU 103:5.5
EL CONCEPTO de la introducción de un espíritu en un objeto inanimado, un animal o un ser humano, es una creencia muy antigua y respetable que ha prevalecido desde el comienzo de la evolución de la religión. Esta doctrina de la posesión por los espíritus no es más ni menos que el fetichismo. LU 88:0.1
La fidelidad es la medida infalible de la honradez humana. Es probable que el que es fiel en las cosas pequeñas, también mostrará fidelidad en todo lo que sea compatible con sus talentos. LU 171:8.11
Los Fieles de los Días —los consejeros paradisiacos de los Altísimos dirigentes de los gobiernos de las constelaciones. LU 15:10.17
En todas las oraciones, recordad que la filiación es un don. Ningún niño tiene que hacer nada para conseguir la condición de hijo o de hija. El hijo terrestre surge a la existencia por voluntad de sus padres. De la misma manera, el hijo de Dios llega a la gracia y a la nueva vida del espíritu por voluntad del Padre que está en los cielos. Por eso, el reino de los cielos —la filiación divina— debe recibirse como lo recibiría un niño pequeño. La rectitud — el desarrollo progresivo del carácter —se adquiere, pero la filiación se recibe por la gracia y a través de la fe. LU 144:4.3
La filosofía es la tentativa del hombre por unificar la experiencia humana. LU 196:3.30
Desde un punto de vista práctico, los filósofos del universo han llegado a la conclusión de que no existe nada que se pueda considerar como un final. LU 115:3.17
En esta cuestión de enfrentarse con el fracaso y de adaptarse a la derrota es donde la visión de gran alcance de la religión ejerce su influencia suprema. El fracaso es simplemente un episodio educativo —una experiencia cultural para adquirir sabiduría— en la experiencia del hombre que busca a Dios y que ha emprendido la aventura eterna de explorar un universo. Para este tipo de hombres, la derrota no es más que una nueva herramienta para alcanzar los niveles superiores de la realidad universal.
La carrera de un hombre que busca a Dios puede resultar un gran éxito a la luz de la eternidad, aunque toda la empresa de la vida temporal pueda parecer un fracaso abrumador, siempre que cada fracaso de la vida produzca la cultura de la sabiduría y el logro espiritual. LU 160:4.15
ENERGÍA es un término que lo incluye todo, y que lo utilizamos para aplicarlo a los reinos espirituales, mentales y materiales. Fuerza lo utilizamos también en términos generales. LU 0:6.2
La fuerza cósmica abarca todas las energías derivadas del Absoluto Incalificado pero que aún no responden a la gravedad del Paraíso. LU 0:6.5
La fuerza primordial. Representa el primer cambio fundamental en la potencia espacial y puede tratarse de una de las funciones del Absoluto Incalificado en el bajo Paraíso. Sabemos que la presencia espacial que sale del bajo Paraíso es modificada de alguna manera por aquella que entra. Pero sin tener en cuenta estas posibles relaciones, la transmutación abiertamente reconocida de la potencia espacial en fuerza primordial es la función diferenciadora primaria de la presencia-tensión de los organizadores de la fuerza vivientes del Paraíso. LU 42:2.7
La fuerza primordial. Representa el primer cambio fundamental en la potencia espacial y puede tratarse de una de las funciones del Absoluto Incalificado en el bajo Paraíso. Sabemos que la presencia espacial que sale del bajo Paraíso es modificada de alguna manera por aquella que entra. Pero sin tener en cuenta estas posibles relaciones, la transmutación abiertamente reconocida de la potencia espacial en fuerza primordial es la función diferenciadora primaria de la presencia-tensión de los organizadores de la fuerza vivientes del Paraíso. LU 42:2.7
La fuerza primordial aparentemente reacciona a la causalidad trascendental en proporción al carácter absoluto. A veces se habla de la fuerza primordial como energía pura: en Uversa nos referimos a ella como SEGREGATA.