© 2005 Xavier Francisco
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Introducción de Xavier Francisco
El documento 15 es un documento de carácter muy descriptivo donde los reveladores, más concretamente un Censor Universal procedente de Uversa, muestran la organización física, administrativa y espiritual de los superuniversos, poniendo énfasis evidentemente en el de Orvonton.
El documento consta de 14 puntos, yendo de una exposición de las propiedades físicas del nivel espacial de los superuniversos hasta llegar a explicar los diferentes tipos de personalidades regentes en los superuniversos y sus divisiones. Así pues, este resumen está organizado siguiendo cada uno de los puntos del documento.
Esta parte narra la posición de los diferentes superuniversos en relación a Havona. Los superuniversos trazan una órbita elíptica alrededor del universo central con su semieje mayor en la dirección norte-sur, dejando así el este y el oeste como los puntos más cercanos al universo central. Además indica la posición actual de los diferentes superuniversos.
Actualmente Urantia se encuentra en las afueras de Nebadon, que a su vez se encuentra en la periferia de Orvonton. Es posible que Urantia se encuentre en la periferia de Orvonton que apunta hacia el norte.
En este punto encontramos las diferentes divisiones de un superuniverso, el número de elementos menores que los componen y sus regentes o administradores:
En esta parte se muestra la visión del superuniverso de Orvonton desde Urantia, haciendo hincapié en las limitaciones para su observación. La Vía Láctea es el centro del superuniverso. Nuestros astrónomos han observado 8 de los 10 sectores mayores de Orvonton. El núcleo del sistema físico al que pertenece el sistema solar es el centro de la antigua nebulosa de Andronover, una nebulosa antaño espiral, ahora ligeramente deformada en forma globular debido al acercamiento de otra nebulosa. Urantia ocupa una posición central en uno de los brazos de esta espiral deformada.
Las limitaciones en la observación de las estrellas en Urantia se deben a las rotaciones de los diferentes cuerpos y divisiones estelares:
La formación de los sistemas físicos no se debe al azar, sino que obedece a un plan inteligente. Las nebulosas son originadas por los organizadores paradisíacos de la fuerza. Estas nebulosas no están relacionadas con ninguna división administrativa. Pueden dar material para uno o varios universos locales. No todas las nebulosas espirales se encargan de producir soles; en este momento quedan pocas activas en Orvonton.
La Vía Láctea está compuesta por antiguas nebulosas pero la mayoría no han perdido su forma original debido a los diferentes accidentes gravitatorios ocurridos a lo largo del tiempo.
La masa de los soles y los planetas se origina en las nebulosas y los directores de poder poco hacen de forma directa (exceptuando las esferas arquitectónicas).
Atendiendo a su origen, los soles y planetas pueden ser de 10 tipos:
Exceptuando las esferas arquitectónicas, las esferas del espacio tienen un origen evolutivo en el sentido de que no han sido llevadas a la existencia por acción directa de la voluntad divina. Las esferas del espacio pueden clasificarse como sigue:
Las esferas arquitectónicas son mundos hechos a medida, con su sol que emite luz sin calor. El calor lo reciben de las diferentes corrientes de energía que circulan por su superficie.
En las sedes de los superuniversos el tiempo está uniformado. Un día de Orvonton equivale a 30 días de Urantia. El año de Orvonton dura 100 días del superuniverso, lo que supone aproximadamente 8 de nuestros años.
Los mundos sede están basados en arquetipos paradisíacos. Éstos son los que nosotros visitaremos en nuestra carrera hacia el Paraíso:
Estas esferas regulan la energía y el poder de su ámbito.
Los centros de poder y los controladores físicos dirigen y controlan parcialmente los 30 sistemas energéticos de la gravedad. Son seres inteligentes pero carentes de voluntad.
La energía tiene una velocidad que varía según la masa que se encuentra en su camino y según los criterios de estos controladores energéticos. Los objetos calientes o cargados reducen también la velocidad de la energía. La gravedad acabaría convirtiendo toda la energía en masa si no fuese por los controladores de energía, o porque la masa tiende a desintegrarse en condiciones extremas.
Los siguientes circuitos paradisíacos impregnan los 7 superuniversos:
Tenemos además otra serie de circuitos y de actividades en los superuniversos, como son:
Los universos locales son admitidos en los consejos de los Ancianos de los Días cuando se han establecido en luz y vida. Nebadon ni siquiera está estabilizado físicamente.
Los superuniversos están aislados los unos de los otros, y esto será así hasta que el Supremo se manifieste por completo y tome el gobierno de los superuniversos.
La asamblea deliberante del super universo está limitada al mundo sede. Este consejo legislativo o consultivo está compuesto de siete cámaras, y todos los universos locales admitidos a los consejos superuniversales eligen un representante nativo para cada una de ellas.
En la sede de los superuniversos se ejecutan las sentencias de extinción de las criaturas, y sólo allí. Estas sentencias no son apelables.
En cuanto a los sectores mayores, su gobierno está relacionado con el estado intelectual. Por ello, la formación que se imparte en los satélites que rodean a su sede es de tipo intelectual también.
Los gobiernos de los sectores menores se ocupan principalmente del control y estabilización físicos.
Las sedes de los sistemas locales son las únicas que no tienen representantes de la Trinidad.
Cada uno de los superuniversos es la expresión de un objetivo. Orvonton, nuestro superuniverso, es una demostración universal del amor y de la misericordia.
Nuestro mundo, Urantia, es el mundo número 606 de Satania, que contiene un total de 619 mundos habitados, y 200 mundos más en condiciones de estarlo algún día. Satania es el sistema número 24 de la constelación de Norlatiadek, que a su vez es la número 70 del universo local de Nebadon, a su vez el número 84 del sector menor de Ensa, número 3 del sector mayor de Splandon, número 5 de Orvonton. El número de censo de Urantia en el gran universo es el 5.334.482.337.666.
Muchos lectores estuvieron de acuerdo en identificar el superuniverso Orvonton con la Vía Láctea, junto con algunos cúmulos estelares más. El superuniverso de Orvonton está creciendo todavía, por lo que está muy lejos de su estabilización física. Puesto que ésta llega cuando todo el superuniverso se establece en luz y vida, cabe deducir que la estabilización física es un logro de los seres humanos.
Cuando el superuniverso se complete aumentará su tamaño, que actualmente se nos antoja muy pequeño; seguro que albergará más soles y planetas a medida que pase el tiempo.
Existe una gran desproporción entre la gravedad absoluta empleada en los superuniversos y Havona (5%), comparada con la que estaría destinada al espacio exterior. Esto no significa necesariamente que el espacio exterior necesite del 95% restante actual. La creación no ha empezado su acto final. Queda mucho por escribir en la obra de la creación.
El Libro emplea en ocasiones el término «galaxia», a veces identificándola con «superuniverso» (en este documento llega a hablar de la «séptima galaxia»). Se cree que el hablar de superuniversos y de galaxias indistintamente está hecho con toda intención por parte de los reveladores. Por otro lado, es muy difícil hacer encajar los datos aportados por el Libro con la ciencia actual.
Podríamos decir como conclusión que el universo es inmenso y que está distribuido por un lado físicamente y por otra administrativamente, tal y como sucede análogamente en la Tierra. Pero aun así, a pesar de su inmensidad, nos encontramos al principio de la Creación. En la eternidad nos espera a todos un puesto de trabajo, muy probablemente en la creación inacabada del espacio exterior.
Hay un propósito establecido de antemano en la creación. Los siete superuniversos serán el reino del Supremo; el espacio exterior será el reino del Último. ¿Cuál será el reino de Dios Absoluto?
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