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«Ya no hay que vivir.»—Esta historia la contó el Maestro en Jetavana, sobre un hermano obstinado. Los incidentes de este nacimiento, ocurrido en la época del Buda Kassapa, se relatarán en el Décimo Libro del Mahā-Mittavindaka Jātaka [^143].
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Entonces el Bodhisatta pronunció esta estrofa:
Ya no es necesario vivir en palacios insulares.
De cristal, de plata o de gemas brillantes,
Ahora estás investido con un casco de piedra;
Y su tortura nunca cesará.
Hasta que todos tus pecados sean purificados y la vida termine.
Diciendo esto, el Bodhisatta regresó a su morada entre los Devas. Y Mittavindaka, tras ponerse ese tocado, sufrió un doloroso tormento hasta que su pecado se extinguió y falleció para recibir un destino acorde con sus merecimientos.
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Terminada su lección, el Maestro identificó el Nacimiento, diciendo: «Este Hermano voluntarioso era el Mittavindaka de aquellos días, y yo mismo el Rey de los Devas».