1 Todo lo que está en los cielos y todo lo que está en la tierra glorifica a Alá, y Él es el Poderoso, el Sabio.
2 Él es Quien hizo que los de la Gente del Libro que no creyeron salieran de sus casas al primer destierro. No esperabais que salieran, pues ellos pensaban que sus fortalezas les protegerían de Alá. Pero Alá les llegó desde un lugar del que no temían y sembró el terror en sus corazones, de modo que destruyeron sus casas con sus propias manos y con las manos de los creyentes. ¡Aprended, pues, una lección, vosotros que tenéis ojos!
3 Y si Alá no hubiera decretado la emigración para ellos, ciertamente los habría castigado en la vida, y en la Otra Vida les tocará el castigo del Fuego.
4 Esto es porque se opusieron a Dios y a Su Mensajero; y quien se oponga a Dios, ciertamente Dios es severo en el castigo.
5 Todo lo que habéis cortado palmeras o dejado en pie sobre sus raíces, fue con el permiso de Alá, para confundir a los malvados.
6 Y lo que Alá dio como botín a Su Mensajero de ellos, no lo usasteis para montar a caballo ni a camello, sino que Alá concede a Su Mensajero el dominio sobre quien Él quiere. Alá es Poderoso sobre todas las cosas.
7 Lo que Alá da como botín a Su Mensajero de entre los habitantes de las ciudades, es para Alá y para Su Mensajero y para los parientes cercanos y los huérfanos y los necesitados y los viajeros, para que no sea un bien de comercio entre los ricos de entre vosotros. Y todo lo que el Mensajero os dé, tomadlo. Y de lo que os prohíba, absteneos. Y temed a Alá. ¡Verdaderamente! Alá es severo en el castigo.
8 Y (es) para los pobres fugitivos que han sido expulsados de sus hogares y sus pertenencias, que buscan el favor de Alá y ayudan a Alá y a Su mensajero. Ésos son los leales.
9 Los que entraron en la ciudad y la fe antes de ellos aman a quienes huyen hacia ellos en busca de refugio, y no encuentran en sus pechos necesidad de lo que se les ha dado, sino que prefieren (a los fugitivos) por encima de ellos mismos aunque la pobreza se convierta en su suerte. Y quienes se salvan de su propia avaricia, esos son los que tienen éxito.
10 Y los que llegaron después de ellos dicen: ¡Señor nuestro! Perdónanos a nosotros y a nuestros hermanos que nos precedieron en la fe, y no pongas en nuestros corazones ningún rencor hacia los creyentes. ¡Señor nuestro! Tú eres Misericordioso, Misericordioso.
11 ¿No has observado a los hipócritas, que dicen a sus hermanos que no creen entre la Gente del Libro: Si sois expulsados, ciertamente os acompañaremos y no obedeceremos a nadie contra vosotros, y si sois atacados os ayudaremos. Y Alá es testigo de que son, en verdad, mentirosos.
12 (Porque) en verdad, si son expulsados, no salen con ellos, y en verdad, si son atacados, no los ayudan, y en verdad, si los hubieran ayudado, se habrían dado la vuelta y habrían huido, y entonces no habrían sido victoriosos.
13 Sois más temibles que Alá. Eso es porque son gente que no entiende.
14 No lucharán contra vosotros en grupo, salvo en aldeas fortificadas o detrás de murallas. Su adversidad entre ellos es muy grande. Pensáis en ellos como un todo, mientras que sus corazones están separados. Eso es porque son un pueblo que no tiene sentido.
15 A semejanza de aquellos (que sufrieron) poco tiempo antes que ellos, prueban los efectos nocivos de su propia conducta, y el suyo es un castigo doloroso.
16 (Y los hipócritas están) a semejanza del demonio cuando le dice al hombre que no crea, y cuando éste no cree, dice: ¡He aquí que estoy libre de ti! ¡He aquí que temo a Alá, el Señor del universo!
17 Y la consecuencia para ambos será que estarán en el Fuego, allí permanecerán. Tal es la recompensa de los malhechores.
18 ¡Oh, creyentes! Observad vuestras obligaciones hacia Dios. Y que cada alma se fije en lo que ha enviado antes para el día siguiente. Y observad vuestras obligaciones hacia Dios. Dios está bien informado de lo que hacéis.
19 Y no seáis como aquellos que olvidaron a Dios, por lo que Él les hizo olvidar sus almas. Ésos son los malhechores.
20 No son iguales los dueños del Fuego y los dueños del Jardín. Los dueños del Jardín, ellos son los victoriosos.
21 Si hubiéramos hecho descender este Corán sobre una montaña, tú (¡Oh Muhammad!) ciertamente lo habrías visto humillado, desgarrado por el temor de Alá. Tales similitudes acuñamos para los hombres para que tal vez reflexionen.
22 Él es Alá, fuera de Quien no hay otro Dios, el Conocedor de lo Invisible y lo Visible. Él es el Compasivo, el Misericordioso.
23 Él es Alá, fuera de Quien no hay otro dios, el Señor Soberano, el Santo, la Paz, el Guardián de la Fe, el Guardián, el Majestuoso, el Convincente, el Soberbio. Glorificado sea Alá de todo lo que Le atribuyen como asociado.
24 Él es Alá, el Creador, el Formador de la nada, el Formador. Suyos son los nombres más bellos. Todo lo que hay en los cielos y en la tierra Le glorifica. Él es el Poderoso, el Sabio.