EN el nombre del Dios misericordioso y compasivo.
¡Por la estrella cuando cae, tu camarada no se equivoca, ni se engaña! ¡Ni habla por lujuria! ¡No es más que una inspiración inspirada! [5] Uno poderoso en poder [1] le enseñó, dotado de sano entendimiento, y apareció, estando él en el tramo más elevado.
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Entonces se acercó y flotó sobre él, ¡hasta que estuvo a dos arcos de distancia o aún más cerca! [10] Entonces inspiró a su siervo lo que le inspiró; ¡el corazón no desmiente lo que vio! ¿Qué, discutiréis con él sobre lo que vio?
Y lo vio otra vez, junto al loto, nadie puede pasar; [15] cerca del cual está el jardín de la Morada! Cuando lo cubría el loto, ¿qué lo cubría? La vista no se desvió ni se desvió. Vio entonces el mayor de los signos de su Señor.
¿Habéis considerado a Alá y a la Huza, [20] y al Maná, el otro tercio [2]? ¿Habrá descendencia masculina para Él y descendencia femenina para vosotros? ¡Eso sería una división injusta! No son más que nombres que habéis puesto, vosotros y vuestros padres. Dios no ha enviado ninguna autoridad para ellos. No hacen más que seguir la sospecha y lo que sus almas codician. ¡Y sin embargo, les ha llegado la guía de su Señor!
¿Podrá el hombre tener lo que desea? [25] Pero de Dios es el más allá y el presente!
¡Cuántos ángeles en el cielo! Su intercesión no sirve de nada, salvo después de que Dios haya dado permiso a quien Él quiera y le agrade.
En verdad, quienes no creen en el más allá seguramente nombran a los ángeles con nombres de mujer [3]! —pero no tienen conocimiento de ello; no hacen más que seguir la sospecha, y, en verdad, la sospecha no servirá de nada contra la verdad!
[130] Pero apártate de quien da la espalda a nuestro recuerdo y no desea otra cosa que [p. 253] la vida de este mundo. Ésta es su suma de conocimiento. En verdad, tu Señor sabe mejor quién se ha extraviado de Su camino y sabe mejor quién está bien guiado.
De Dios es lo que está en los cielos y lo que está en la tierra, para recompensar a los que obran mal por lo que han hecho, y recompensar a los que obran bien con el bien. A los que evitan los grandes pecados e iniquidades, excepto las faltas veniales, en verdad, tu Señor es de amplio perdón; Él sabe mejor acerca de vosotros, cuando os creó de la tierra y cuando erais embriones en los vientres de vuestras madres.
No os hagáis, pues, puros; Él sabe mejor quién es el que teme.
¿Has considerado a aquel que vuelve la espalda? ¿Aquel que da poco [35] y luego se detiene [4]? ¿Tiene, pues, el conocimiento de lo invisible, de modo que puede ver?
¿No ha sido informado de lo que hay en las páginas de Moisés y Abraham, que cumplieron su palabra? ¿Que ningún alma cargada soportará la carga de otra? [40] y que el hombre sólo tendrá aquello por lo que se esfuerce; y que su esfuerzo será visto al fin? Entonces será recompensado por ello con la más completa recompensa; y que para tu Señor es el límite; [45] y que es Él quien hace reír y llorar a los hombres; y que es Él quien mata y da vida; y que creó parejas, macho [p. 254] y hembra, de un coágulo cuando es emitido; y que para Él es la próxima producción [5]; y que enriquece y da posesión: [50] y que Él es el Señor de la Estrella-Can [6], y que Él fue quien destruyó a ‘Âd de antaño, y a Thamûd, y no dejó a ninguno de ellos; y el pueblo de Noé antes de ellos,—¡verdaderamente, ellos fueron muy injustos y ultrajantes!
Y las ciudades derribadas [7] las derribó; [55] ¡y las cubrió lo que las cubrió!
¿Cuál entonces de vuestros beneficios del Señor? ¿Disputáis?
Este es un advertidor, uno de los advertidores de antaño!
El día que se acerca se acerca; no hay nadie que lo descubra excepto Dios.
Ante este nuevo discurso, ¿os maravilláis? [60] ¿y reís y no lloráis? ¡Y os divertís mientras tanto!
Pero adorad a Dios y servidle [8].
251:3 El ángel Gabriel, que se apareció dos veces a Mahoma en su forma natural, a saber, en ocasión del «viaje nocturno», al que se refiere este pasaje, y en la primera revelación del Corán. (Véase Introducción, págs. xx y xxxii.) ↩︎
252:1 Véase Introducción, pág. xxvii, y Parte II, pág. 62, nota 1. ↩︎
252:2 Véase Introducción, págs. xii y xiii. ↩︎
253:1 Este pasaje se refiere a un tal El Walîd ibn Mu_g_hâirah, quien, al ser insultado por seguir a Mahoma y abandonar la religión de los Corán, respondió que lo había hecho para escapar de la venganza divina. Entonces un idólatra se ofreció a tomar sobre sí el pecado de El Walîd por cierta suma de dinero. La oferta fue aceptada, y Walîd apostató de El Islam, pagando una parte de la cantidad acordada en ese momento. Más tarde se negó a pagar el saldo con el argumento de que ya había pagado suficiente. ↩︎
254:1 Es decir, la resurrección. ↩︎
254:2 Sirio, o la estrella del Perro, era un objeto de adoración entre los antiguos árabes. ↩︎
254:3 Sodoma, Gomorra, etc. ↩︎
254:4 En este versículo los coránicos, que estuvieron presentes en la primera lectura de este capítulo cuando se habló bien de sus dioses, se postraron en adoración junto con Mahoma. Véase Introducción, p. xxxii. ↩︎