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Lo que sigue es el primer intento que se ha hecho, desde la aparición del excelente esbozo de Munk [1], de presentar en forma coherente una Historia de la filosofía en el Islam. Por lo tanto, este trabajo mío puede considerarse como una nueva iniciación, no como la culminación de tal tarea. No podía saber todo lo que otros habían hecho en cuanto a estudios preliminares en este campo; y cuando supe de la existencia de dicho material, no siempre estaba a mi disposición. En cuanto a la ayuda con los manuscritos, sólo en casos excepcionales estaba a mi disposición.
En conformidad con las condiciones que tenía que cumplir, en el siguiente relato me he abstenido de citar mis fuentes. Pero todo lo que haya podido tomar, casi palabra por palabra o sin comprobarlo, lo he marcado en referencias a pie de página. Por lo demás, lamento profundamente no poder indicar debidamente en este momento cuánto debo, en lo que respecta a la apreciación de las fuentes, a hombres como Dieterici, de Goeje, Goldziher, Houtsma, Aug. Müller, Munk, Nöldeke, Renan, Snouck Hurgronje, van Vloten y muchos, muchos otros.
Desde que terminé este volumen, apareció una interesante monografía sobre Ibn Sina [2], que amplía aún más su estudio [viii] sobre la historia anterior de la filosofía en el Islam. Sin embargo, no da lugar a ninguna ocasión para alterar sustancialmente mi concepción del tema.
Para todos los detalles bibliográficos remito al lector a «die Orientalische Bibliographie», «Geschichte der Arabischen Litteratur» de Brockelmann y «Grundriss der Geschichte der Philosophie» de Ueberweg—Heinze, II8, pág. 213 ss. En la transcripción de nombres árabes he tenido más en cuenta la tradición y la pronunciación alemana que la coherencia. Nótese solamente que z debe pronunciarse como una s suave, y th como el sonido inglés correspondiente [3]. En el Índice de nombres personales, los acentos significan longitud.
En la medida de lo posible, me he limitado al Islam. Por este motivo, Ibn Gebirol y Maimónides han recibido sólo una atención pasajera, mientras que otros pensadores judíos han sido completamente omitidos, aunque, desde el punto de vista filosófico, pertenecen a la escuela musulmana. Sin embargo, esto no implica una gran pérdida, ya que mucho se ha escrito sobre los filósofos judíos, mientras que los pensadores musulmanes han sido tristemente descuidados hasta ahora.
Groningen (Países Bajos).
T. J. DE BOER.