El traductor se ha atrevido a titular «Palabra sobre la ley superior» la siguiente composición, que pretende adelantarse a su tiempo; y no ha temido el peligro de colisionar con formas tan desagradables como la «Cultura Superior». Los principios que justifican el nombre son los siguientes:
El autor afirma que la felicidad y la miseria están igualmente divididas y distribuidas en el mundo.
Él hace del autocultivo, con el debido respeto a los demás, el único y suficiente objeto de la vida humana.
Sugiere que los afectos, las simpatías y el «don divino de la Piedad» son los mayores goces del hombre.
Aboga por la suspensión del juicio, con la debida sospecha de «Hechos, la más ociosa de las supersticiones».
Finalmente, aunque destructivo para la apariencia, es esencialmente reconstructivo.
Para otros detalles sobre el Poema y el Poeta, el lector curioso se remite al final del volumen.
F. B.
VIENA., noviembre de 1880.
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