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CAPÍTULO IV, Versículo 18.—Pero quien se rebele contra Dios y Su Apóstol, y transgreda Sus límites, Él lo hará entrar en el fuego, y permanecerá allí para siempre; y para él es un dolor vergonzoso.
Capítulo IX, Versículo 69.—Dios ha prometido a los hipócritas, hombres y mujeres, y a los incrédulos, el fuego del infierno, donde habitarán para siempre; ¡les basta! Dios los maldecirá, y lo suyo será una aflicción duradera.
Capítulo X, Versículo 28.—Pero, en cuanto a los que han merecido el mal, la recompensa del mal es similar a eso; la humillación los cubrirá; no tendrán a nadie que los defienda contra Dios; como si sus rostros estuvieran velados con la profunda oscuridad de la noche; estos son los Compañeros del Fuego, y morarán en él por siempre.
Capítulo XI., Versículo 120.—«Seguramente llenaré el infierno con genios y toda la humanidad.»
Capítulo XIV., Versículo 19.—Entonces pidieron una salida; y todo tirano rebelde quedó defraudado. Detrás de tal persona está el Infierno, y se le dará a beber pus líquido. (20) Intentará tragarlo, pero no podrá tragarlo; y la muerte vendrá [p. 41] sobre él desde todas partes, y sin embargo no morirá; y detrás de él habrá un dolor riguroso.
Capítulo XV, Versículo 44.—Tiene siete puertas; en cada puerta hay un grupo separado de ellos.
Capítulo XVIII, Versículo 28.—Pero di: «La verdad viene de vuestro Señor; el que quiera, crea; y el que quiera, no crea.» En verdad, hemos preparado para los malhechores un fuego, cuyas sábanas los envolverán; y si claman por ayuda, serán socorridos con agua como bronce fundido, que les quemará el rostro; ¡una mala bebida y un mal lecho!
Capítulo XXII, Versículo 20.—Estos son dos disputadores que disputan acerca de su Señor, pero a los que no creen, para ellos se les cortarán vestiduras de fuego, se les derramará sobre la cabeza agua hirviendo, con la que se disolverá lo que haya en sus vientres y también sus pieles, y para ellos habrá mazas de hierro. Siempre que deseen salir de allí, a través del dolor, se les enviará de nuevo a él; «¡Y probad el tormento del fuego!»
Capítulo XXXV., Versículo 32.—Pero a los que no creen, para ellos está el fuego del infierno; no se les decretará que mueran, ni se les aliviará nada del tormento; así recompensamos a todo incrédulo.
Capítulo XXXVII, Versículo 60.—¿Es mejor eso como entretenimiento, o el árbol infernal de las Regiones Infernales? En verdad, lo hemos convertido en una prueba para los injustos. En verdad, es un árbol que surge del fondo del Infierno; su espata es como las cabezas de los demonios; en verdad, comerán [p. 42] de él, y llenarán sus vientres con él. (65) Luego tendrán sobre él una mezcla de agua hirviendo; entonces, en verdad, su retorno será al Infierno.
Capítulo LXX., Versículo 15.—¡Sí, en verdad, es una llama que arrastra por el cuero cabelludo! ¡Llamará a los que se retiraron y dieron la espalda, y a los que acumularon y atesoraron!
Capítulo LXXVIII, Versículo 24.—En verdad, el infierno es una emboscada, una recompensa para los ultrajantes, que permanecerán allí por siglos. No probarán allí frío ni beberán, (25) sino sólo agua hirviendo y pus: ¡una recompensa adecuada!