El altar del incienso medía un codo de largo, un codo de ancho y dos codos de alto, como se dice: «Harás un altar para quemar incienso; lo harás de madera de acacia. Su longitud será de un codo y su anchura de un codo; será cuadrado, y su altura de dos codos; sus cuernos serán de lo mismo». [^780] Estaba recubierto de oro, como se dice: «Lo recubrirás de oro». [^781] Este altar tenía tres nombres: el altar del incienso, el altar de oro y el altar interior. El altar de los holocaustos medía cinco codos de largo, cinco codos de ancho y tres codos de alto, como se dice: «Y él
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Hizo el altar del holocausto de madera de acacia: cinco codos tenía de largo, cinco codos de ancho; era cuadrado; y tres codos de alto. [^782] Palabras del rabino Meier. El rabino José le dijo: «Al oír lo que se dice cinco por cinco, ¿no sabemos que es cuadrado? ¿Qué significa decir cuadrado?». «Es superfluo, salvo para la identificación al pronunciar una decisión de igualdad. Aquí se dice cuadrado, y allí cuadrado». «¿A qué cuadrado se refiere allí?». «Que su altura sea el doble de su ancho, incluso el cuadrado mencionado aquí significa que su altura es el doble de su ancho». El rabino Maier le respondió: «Si es según tus palabras, se deduce que el altar es más alto que las cortinas». El rabino Josh le respondió: “¿Y no se ha dicho ya: ‘Y las cortinas del atrio, y la cortina para la puerta del atrio, que está junto al tabernáculo, y junto al altar alrededor’?”. [^783] Así como el tabernáculo tenía diez codos de ancho, el altar de los holocaustos tenía diez codos de ancho. Una línea pintada lo ceñía por la mitad para dividir la sangre (rociada) arriba y la sangre (rociada) abajo. La línea pintada hacia abajo tenía cinco codos. El cimiento era de un codo. Tres codos eran el perímetro, y el circuito era de un codo, y allí ponían la sangre rociada abajo. La línea pintada hacia arriba tenía cinco codos: un codo los cuernos, tres codos el perímetro y un codo el circuito. Y allí ponían la sangre que se rociaba arriba. Y la sangre que se rociaba sobre la línea pintada hacia abajo, si se ponía sobre el perímetro pintado. La línea hacia arriba era inútil. Y la sangre que se rociaba sobre la línea pintada, si se aplicaba sobre ella hacia abajo, era inútil. El altar que Moisés hizo en el desierto tenía diez codos de altura, el de Salomón también, el de los hijos del cautiverio y el preparado para el futuro. El altar de los holocaustos [ p. 352 ] estaba situado en medio del atrio, con su ascenso al sur, la fuente al oeste, el matadero al norte y todos los israelitas al este, como se dice: «Y toda la congregación se acercó y se presentó ante el Señor». [^784] Este altar tenía tres nombres: el altar de los holocaustos, el altar de bronce y el altar exterior.