1. El sabio preguntó al espíritu de sabiduría (2) así: «¿Cuántas son aquellas personas a las que es necesario considerar como ricas, y cuántas son aquellas que son pobres?»
3. El espíritu de sabiduría respondió (4) así: «Estas son las personas que deben considerarse ricas: (5) uno es quien posee sabiduría perfecta; (6) el segundo, cuyo cuerpo goza de salud y vive sin temor; (7) el tercero, quien se conforma con lo que ha recibido; (8) el cuarto, quien su destino es un auxiliar en la virtud; (9) el quinto, quien goza de buena fama ante los seres sagrados y por las lenguas de los buenos; (10) el sexto, cuya confianza recae en esta religión pura y buena de los adoradores de Mazda; (11) y el séptimo, cuya riqueza proviene de la honestidad.
12. «Y estas son las personas que deben considerarse pobres: (13) uno es aquel con quien no hay sabiduría; (14) el segundo, cuyo cuerpo no está sano; (15) el tercero, quien vive en su miedo, terror [1] y falsedad; (16) el cuarto, quien no gobierna en [ p. 71 ] su propio cuerpo; (17) el quinto, cuyo destino no le ayuda; (18) el sexto, quien es infame a los ojos de los seres sagrados y en las lenguas de los buenos; (19) y el séptimo, quien es anciano, y no tiene hijos ni parientes.»
(70:2) L19 omite «terror». ↩︎