Caligastia tenía tendencia a impacientarse ante la autoridad, a ofenderse ligeramente ante todo tipo de supervisión. [1]
Un Consejero Divino habla con autoridad indiscutible. Él ha disfrutado muchas veces del placer supremo de permanecer en la presencia personal inmediata del Padre Universal, y sabe de lo que habla. [2] Jesús hablaba con una confianza indudable y enseñaba con una autoridad absoluta. [3] No hay ninguna división de autoridad; nunca hay oposición entre el poder y el propósito divinos. [4] No debemos olvidar, al entender muchos sucesos de la vida de Jesús, que la autoridad era la contraseña de toda la sociedad judía. [5]