En conexión con el renacimiento de la adoración de Istar, los sacerdotes babilónicos volvieron otra vez a la observación de las estrellas; la astrología experimentó su último gran renacimiento en Mesopotamia, los adivinos se pusieron de moda, y el clero degeneró durante siglos cada vez más. [1] Los adivinos cuentan todavía con el favor de los crédulos. [2]