1 Y aconteció que después de siete días tuve un sueño de noche:
2 Y he aquí, se levantó del mar un viento que movía todas sus olas.
3 Y miré, y he aquí, aquel hombre se hacía fuerte con los millares del cielo; y cuando volvía su rostro para mirar, temblaban todas las cosas que se veían debajo de él.
4 Y cada vez que la voz salía de su boca, todos los que oían su voz se quemaban, como desfallece la tierra cuando siente el fuego.
5 Y después de esto miré, y he aquí, se había reunido una multitud de hombres, sin número, de los cuatro vientos del cielo, para dominar al hombre que había salido del mar.
6 Pero yo miré y he aquí que él había esculpido una gran montaña y voló sobre ella.
7 Pero quise ver la región o el lugar donde estaba esculpida la colina, pero no pude.
8 Y después de esto miré y he aquí que todos los que se habían reunido para someterlo tuvieron mucho miedo y, sin embargo, se atrevieron a luchar.
9 Y he aquí, al ver la violencia de la multitud que venía, no alzó la mano, ni empuñó espada, ni instrumento alguno de guerra.
10 Pero sólo yo vi que de su boca lanzaba como una ráfaga de fuego, y de sus labios un aliento de fuego, y de su lengua expulsaba chispas y tempestades.
11 Y estaban todos mezclados; la explosión de fuego, el aliento de fuego y la gran tempestad; y cayó con violencia sobre la multitud que estaba preparada para pelear, y los quemó a todos, de modo que de repente de una multitud innumerable no se percibió nada, sino sólo polvo y olor a humo: cuando vi esto tuve miedo.
12 Después vi al mismo hombre descender del monte y llamar a otra multitud pacífica.
13 Y vino a él mucha gente, de la cual algunos se alegraron, otros se entristecieron, algunos fueron atados y otros trajeron de los que eran ofrecidos. Entonces enfermé de gran miedo, y desperté, y dicho,
14 Tú has mostrado a tu siervo estas maravillas desde el principio y me has tenido por digno de recibir mi oración.
15 Muéstrame ahora todavía la interpretación de este sueño.
16 Pues, tal como lo concibo en mi entendimiento, ¡ay de los que quedarán en aquellos días, y mucho más ay de los que no queden atrás!
17 Porque los que quedaron estaban afligidos.
18 Ahora entiendo lo que está guardado en los últimos días, lo que les sucederá a ellos y a los que quedarán atrás.
19 Por eso se ven en grandes peligros y en muchas necesidades, como lo anuncian estos sueños.
20 Pero es más fácil para el que está en peligro llegar a estas cosas, que pasar como una nube fuera del mundo y no ver las cosas que sucederán en los últimos días. Y él me respondió y dijo:
21 Yo te mostraré la interpretación de la visión y te abriré lo que me pides.
22 Lo que dijiste de los que quedaron atrás, esta es la interpretación:
23 El que soporta el peligro en aquel tiempo se conserva a sí mismo; los que caen en peligro son los que tienen obras y fe en el Todopoderoso.
24 Sepan, pues, que los que quedan atrás son más bienaventurados que los que mueren.
25 Este es el significado de la visión: Mientras viste a un hombre que subía de en medio del mar,
26 Éste es aquel a quien el Dios Altísimo ha reservado un gran tiempo, el cual por sí mismo librará a su criatura y ordenará a las que quedan atrás.
27 Y mientras viste que de su boca salía una ráfaga de viento, fuego y tormenta;
28 Y que no empuñaba espada ni ningún instrumento de guerra, sino que su irrupción destruyó a toda la multitud que venía a someterlo; esta es la interpretación:
29 He aquí, vienen días en que el Altísimo comenzará a librar a los que están sobre la tierra.
30 Y vendrá para asombro de los habitantes de la tierra.
31 Y uno se comprometerá a luchar contra otro, una ciudad contra otra, un lugar contra otro, un pueblo contra otro, y un reino contra otro.
32 Y llegará el tiempo en que sucederán estas cosas, y se realizarán las señales que antes te he mostrado, y entonces será declarado mi Hijo, a quien viste como un hombre ascendiendo.
33 Y cuando todo el pueblo oiga su voz, cada uno en su propia tierra abandonará la batalla que tienen unos contra otros.
34 Y se reunirá una multitud innumerable, como tú los viste, dispuesta a venir y vencerlo peleando.
35 Pero él estará sobre la cima del monte Sión.
36 Y vendrá Sión, y será mostrada a todos los hombres, preparada y edificada, como viste la colina esculpida sin manos.
37 Y este mi Hijo reprenderá los malvados inventos de aquellas naciones, que por su mala vida cayeron en la tempestad;
38 Y les expondrá sus malos pensamientos y los tormentos con que comenzarán a ser atormentados, que son como una llama, y los destruirá sin trabajo según la ley que es como yo.
39 Y mientras viste que reunió consigo otra multitud pacífica;
40 Estas son las diez tribus que fueron llevadas prisioneras de su propia tierra en tiempos del rey Osea, a quienes Salmanasar, rey de Asiria, llevó cautivos, y los llevó a través de las aguas, y así llegaron a otra tierra.
41 Pero ellos decidieron entre ellos dejar la multitud de los paganos e ir a un país más lejano, donde nunca habitó la humanidad.
42 Para que allí pudieran guardar sus estatutos, que nunca guardaron en su propia tierra.
43 Y entraron en el Éufrates por las estrechas del río.
44 Porque el Altísimo les hizo señales y detuvo el diluvio hasta que pasaron.
45 Porque a través de aquella tierra había un largo camino por recorrer, es decir, de año y medio; y la misma región se llama Arsareth.
46 Entonces habitaron allí hasta el fin; y ahora cuando comiencen a venir,
47 El Altísimo detendrá de nuevo las fuentes del río para que puedan pasar. Por eso viste a la multitud en paz.
48 Pero los que quedarán de tu pueblo serán los que se encuentren dentro de mis fronteras.
49 Ahora, cuando destruya la multitud de las naciones reunidas, defenderá a su pueblo que quede.
50 Y entonces les mostrará grandes maravillas.
51 Entonces dije: Oh Señor, que gobiernas, muéstrame esto: ¿Por qué he visto al hombre que sube de en medio del mar?
52 Y me dijo: Así como tú no puedes buscar ni conocer las cosas que están en las profundidades del mar, así tampoco ningún hombre en la tierra puede ver a mi Hijo, ni a los que están con él, sino en el hora del día.
53 Esta es la interpretación del sueño que viste y por el cual aquí sólo te iluminas.
54 Porque abandonaste tu camino y aplicaste tu diligencia a mi ley y la buscaste.
55 Has ordenado tu vida con sabiduría y has llamado a la inteligencia tu madre.
56 Por eso te he mostrado los tesoros del Altísimo: después de otros tres días te hablaré otras cosas y te declararé cosas poderosas y maravillosas.
57 Entonces salí al campo, alabando y dando gracias al Altísimo por las maravillas que había hecho a tiempo;
58 Y porque él gobierna lo mismo y las cosas que caen en su tiempo, y estuve allí sentado tres días.