1 Mientras todavía iba por el camino, mi corazón estaba perplejo dentro de mí y mi mente estaba distraída. Y dije en mi corazón: [«¿Qué mala acción es esta que está haciendo mi padre? ¿No es más bien el dios de sus dioses, ya que ellos surgen a través de sus cinceles y tornos y de su sabiduría, y no es más bien apropiado que adoren a mi padre, ya que son su obra? ¿Qué es este engaño de mi padre en sus obras?] He aquí, Merumath cayó y no pudo levantarse en su propio templo, ni yo solo pude moverlo hasta que vino mi padre, y los dos lo movimos; y como éramos demasiado débiles, se le cayó la cabeza y él (es decir, mi padre) la puso sobre otra piedra de otro dios, que había hecho sin cabeza. Y fueron despedazados del asno los otros cinco dioses, los cuales no podían ni ayudarse a sí mismos, ni herir al asno, porque éste los había despedazado; ni sus pedazos subieron del río». Y dije en mi corazón: «Si esto es así, ¿cómo puede Merumath, el dios de mi padre, teniendo la cabeza de otra piedra, y siendo él mismo hecho de otra piedra, rescatar a un hombre, o escuchar la oración de un hombre y recompensarlo?»