1 Os juro que en el cielo los ángeles se acordarán de vosotros para siempre ante la gloria del Grande, y vuestros nombres están escritos delante de la gloria del Grande.
2 Ten esperanza; porque antes fuisteis avergonzados por el mal y la aflicción; pero ahora brillaréis como las luces del cielo, brillaréis y seréis vistos, y se os abrirán las puertas del cielo.
3 Y en tu clamor, clama por juicio, y se te aparecerá; porque toda vuestra tribulación recaerá sobre los gobernantes y sobre todos los que ayudaron a los que os saquearon.
4 Tened esperanza y no desechéis vuestras esperanzas, porque gozaréis de gran alegría como los ángeles del cielo.
5 ¿Qué estaréis obligados a hacer? No tendréis que esconderos en el día del gran juicio y no seréis hallados pecadores, y el juicio eterno estará lejos de vosotros por todas las generaciones del mundo.
6 Y ahora, justos, no temáis cuando veáis a los pecadores fortalecerse y prosperar en sus caminos; no seáis compañeros de ellos, sino manteneos alejados de su violencia; porque seréis compañeros de las huestes del cielo.
7 Y aunque vosotros, pecadores, decís: «Todos nuestros pecados no serán investigados ni escritos», sin embargo escribirán todos vuestros pecados cada día.
8 Y ahora os muestro que la luz y las tinieblas, de día y de noche, ven todos vuestros pecados.
9 No seáis impíos en vuestros corazones, ni mientas, ni alteréis las palabras de rectitud, ni acuséis de mentir las palabras del Santo Grande, ni toméis en cuenta a vuestros ídolos; porque todas vuestras mentiras y toda vuestra impiedad no resultan en justicia sino en gran pecado.
10 Y ahora conozco este misterio: que los pecadores alterarán y pervertirán de muchas maneras las palabras de justicia, hablarán malas palabras, mentirán, practicarán grandes engaños y escribirán libros sobre sus palabras.
11 Pero cuando escriban fielmente todas mis palabras en sus idiomas, y no cambien ni minimicen mis palabras, sino que las escriban todas fielmente, todo lo que primero testifiqué acerca de ellos.
12 Entonces conozco otro misterio: que los libros serán dados a los justos y a los sabios para que sean motivo de alegría, de rectitud y de mucha sabiduría.
13 Y a ellos se les darán los libros, creerán en ellos y se alegrarán con ellos, y entonces todos los justos que hayan aprendido en ellos todos los caminos de la rectitud serán recompensados.