1 Allí mis ojos vieron un valle profundo con bocas abiertas, y todos los habitantes de la tierra, del mar y de las islas le traerán regalos, presentes y muestras de homenaje, pero ese valle profundo no se llenará.
2 Y sus manos cometen actos ilegales, y los pecadores devoran a todos los que oprimen ilegalmente; sin embargo, los pecadores serán destruidos ante la faz del Señor de los espíritus, y serán desterrados de la faz de su tierra, y perecerá por los siglos de los siglos.
3 Porque vi a todos los ángeles del castigo morando (allí) y preparando todos los instrumentos de Satanás.
4 Y le pregunté al ángel de paz que iba conmigo: «¿Para quién están preparando estos Instrumentos?»
5 Y me dijo: «Estos los preparan para los reyes y los poderosos de esta tierra, para que así sean destruidos».
6 «Y después de esto, el Justo y Elegido hará aparecer la casa de su congregación: de ahora en adelante ya no serán obstaculizados en el nombre del Señor de los Espíritus».
7 «Y estos montes no serán como la tierra ante su justicia, sino que los collados serán como fuentes de agua, y los justos descansarán de la opresión de los pecadores».