Adán y Eva se desmayan al salir del Jardín. Dios envía su palabra para animarlos.
1 PERO cuando nuestro padre Adán y Eva salieron del jardín, pisaron la tierra con sus pies, sin saber que pisaban.
2 Y cuando llegaron a la entrada de la puerta del huerto y vieron la amplia tierra extendida ante ellos, cubierta de piedras grandes y pequeñas y de arena, tuvieron miedo y temblaron, y cayeron de bruces, del miedo que les sobrevino; y estaban como muertos.
3 Porque, mientras hasta entonces habían estado en la tierra del jardín, bellamente plantada con toda clase de árboles, ahora se veían a sí mismos en una tierra extraña, que no conocían y que nunca habían visto.
4 Y porque en aquel momento estaban llenos de la gracia de una naturaleza luminosa y no tenían el corazón vuelto hacia las cosas terrenas.
5 Por eso Dios tuvo compasión de ellos; y cuando los vio caídos ante la puerta del jardín, envió Su Palabra al padre Adán y a Eva, y los levantó de su estado caído.