Sobre la promesa de los grandes cinco días y medio.
1 DIOS dijo a Adán: «Yo he ordenado en esta tierra días y años, y tú y tu descendencia habitaréis y caminaréis en ella, hasta que se cumplan los días y los años; cuando enviaré la Palabra que te creó, y contra la cual has transgredido, la Palabra que te hizo salir del jardín y que te levantó cuando estabas caído».
2 «Sí, la Palabra que nuevamente te salvará cuando se cumplan los cinco días y medio».
3 Pero cuando Adán oyó estas palabras de Dios, y de los grandes cinco días y medio, no entendió el significado de ellas.
4 Porque Adán pensaba que sólo le faltarían cinco días y medio hasta el fin del mundo.
5 Y Adán lloró y oró a Dios para que se lo explicara.
6 Entonces Dios, en su misericordia para con Adán, que había sido hecho a su imagen y semejanza, le explicó que eran 5.000 y 500 años; y cómo Uno vendría entonces y lo salvaría a él y a su descendencia.
7 Pero Dios había hecho antes este pacto con nuestro padre Adán en los mismos términos, antes de que él saliera del jardín, cuando estaba junto al árbol del que Eva tomó el fruto y se lo dio a comer.
8 Nuestro padre Adán, cuando salió del jardín, pasó junto a aquel árbol y vio cómo Dios le había cambiado la apariencia a otra forma y cómo se secó.
9 Y al acercarse Adán, tuvo miedo, tembló y cayó; pero Dios en su misericordia lo levantó y luego hizo este pacto con él.
10 Y nuevamente, cuando Adán estaba a la puerta del jardín y vio al querubín con una espada de fuego resplandeciente en su mano, y el querubín se enojó y le frunció el ceño, tanto Adán como Eva tuvieron miedo de él, y pensó que quería matarlos. Entonces ellos cayeron sobre sus rostros y temblaron de miedo.
11 Pero él tuvo compasión de ellos y les mostró misericordia; y apartándose de ellos subió al cielo, y oró al Señor, y dijo:
12 «Señor, tú me enviaste a vigilar a la puerta del huerto con una espada de fuego».
13 «Pero cuando tus siervos Adán y Eva me vieron, cayeron de bruces y quedaron como muertos. Oh mi Señor, ¿qué haremos con tus siervos?»
14 Entonces Dios se compadeció de ellos, les mostró misericordia y envió a su ángel para que cuidara el jardín.
15 Y la Palabra del Señor vino a Adán y a Eva y los resucitó.
16 Y el Señor dijo a Adán: «Te dije que al cabo de cinco días y medio enviaré mi Palabra y te salvaré».
17 «Fortalece, pues, tu corazón y permanece en la Cueva de los Tesoros, de la que antes te he hablado».
18 Y cuando Adán escuchó esta palabra de Dios, se consoló con lo que Dios le había dicho. Porque Él le había dicho cómo lo salvaría.