Adán lamenta el cambio de condiciones. Adán y Eva entran a la Cueva de los Tesoros.
1 PERO Adán y Eva lloraron por haber salido del jardín, su primera morada.
2 Y, en efecto, cuando Adán miró su carne, que había sido alterada, lloró amargamente, él y Eva, por lo que habían hecho. Y caminaron y descendieron suavemente hacia la Cueva de los Tesoros.
3 Y cuando llegaron allí, Adán lloró sobre sí mismo y dijo a Eva: «¡Mira esta cueva que será nuestra prisión en este mundo y un lugar de castigo!»
4 «¿Qué es comparado con el jardín? ¿Cuál es su estrechez comparada con el espacio del otro?
5 «¿Qué es esta roca, al lado de esas arboledas? ¿Qué es la oscuridad de esta caverna comparada con la luz del jardín?
6 «¿Qué es este saliente de roca para protegernos, comparado con la misericordia del Señor que nos cubrió con su sombra?»
7 «¿Cuál es el suelo de esta cueva en comparación con la tierra del jardín? Esta tierra, sembrada de piedras; ¿Y eso, plantado de deliciosos árboles frutales?
8 Y Adán dijo a Eva: «Mira tus ojos y los míos, que antes vieron ángeles en el cielo alabando; y ellos también, sin cesar».
9 «Pero ahora ya no vemos como antes: nuestros ojos se han hecho de carne; no pueden ver de la misma manera que antes».
10 Adán volvió a decir a Eva: «¿Qué es nuestro cuerpo hoy, comparado con lo que era en el pasado, cuando vivíamos en el jardín?»
11 Después de esto, a Adán no le gustó entrar en la cueva, debajo de la roca que sobresalía; ni jamás habría entrado en él.
12 Pero él se sometió a las órdenes de Dios; y se dijo a sí mismo: «Si no entro en la cueva, volveré a ser un transgresor».