El diablo intenta provocar un incendio.
1 ENTONCES Adán y Eva tuvieron miedo y se detuvieron. Y Adán le dijo a Eva: «¿Qué es ese fuego junto a nuestra cueva? No hacemos nada en él para provocar este incendio».
2 «No tenemos pan para cocer allí, ni caldo para cocinar allí. En cuanto a este incendio, no sabemos nada parecido, ni sabemos cómo llamarlo».
3 «Pero desde que Dios envió al querubín con una espada de fuego que centelleaba y refulgía en su mano, por cuyo miedo caímos y éramos como cadáveres, no hemos visto algo parecido».
4 «Pero ahora, oh Eva, he aquí, este es el mismo fuego que estaba en la mano del querubín, el que Dios envió para guardar la cueva en la que habitamos».
5 «Oh Eva, es porque Dios está enojado con nosotros y nos echará de allí».
6 «Oh Eva, hemos transgredido nuevamente Su mandamiento en esa cueva, por lo que Él envió este fuego para quemarla alrededor, y para impedirnos entrar en ella».
7 «Si esto es realmente así, oh Eva, ¿dónde habitaremos? ¿Y de dónde huiremos delante del rostro del Señor? Puesto que en cuanto al huerto no nos permitirá habitar en él, y nos ha privado de sus bienes; pero Él nos ha colocado en esta cueva, en la que hemos soportado oscuridad, pruebas y penalidades, hasta que al fin encontramos allí consuelo».
8 «Pero ahora que nos ha sacado a otra tierra, ¿quién sabe lo que pueda pasar en ella? ¿Y quién sabe si la oscuridad de esa tierra puede ser mucho mayor que la oscuridad de esta tierra?
9 «¿Quién sabe lo que pueda suceder en esa tierra de día o de noche? ¿Y quién sabe si será lejano o cercano, oh Eva? Donde Dios quiera ponernos, puede que sea lejos del jardín, ¡oh Eva! ¿O donde Dios nos impedirá contemplarle, porque hemos transgredido su mandamiento y porque le hemos hecho peticiones en todo tiempo?
10 «Oh Eva, si Dios nos lleva a otra tierra extraña que ésta, en la que encontremos consuelo, debe ser para dar muerte a nuestras almas y borrar nuestro nombre de la faz de la tierra».
11 «Oh Eva, si nos alejamos más del jardín y de Dios, ¿dónde lo encontraremos nuevamente y le pediremos que nos dé oro, incienso, mirra y algún fruto de la higuera?»
12 «¿Dónde lo encontraremos para consolarnos por segunda vez? ¿Dónde le encontraremos para que piense en nosotros en cuanto al pacto que ha hecho a favor nuestro?
13 Entonces Adán no dijo más. Y siguieron mirando, él y Eva, hacia la cueva, y hacia el fuego que ardía a su alrededor.
14 Pero ese fuego era de Satanás. Porque había recogido árboles y hierbas secas, los había llevado y llevado a la cueva, y les había prendido fuego para consumir la cueva y todo lo que había en ella.
15 Para que Adán y Eva quedaran sumidos en la tristeza, y él les cortara la confianza en Dios y les hiciera negarle.
16 Pero por la misericordia de Dios no pudo quemar la cueva, porque Dios envió su ángel alrededor de la cueva para protegerla de tal fuego, hasta que se apagara.
17 Y este fuego duró desde el mediodía hasta el amanecer. Ese fue el cuadragésimo quinto día.