Quinta aparición de Satanás a Adán y Eva.
1 DESPUÉS de esto, Satanás llamó a sus huestes, las cuales vinieron a él y le dijeron:
2 «Oh, Señor nuestro, ¿qué harás?»
3 Entonces les dijo: «Vosotros sabéis que este Adán, a quien Dios creó del polvo, es el que ha tomado nuestro reino. Venid, reunámonos y matémoslo; o arrojarles una piedra a él y a Eva, y aplastarlos debajo de ella».
4 Cuando las huestes de Satanás oyeron estas palabras, llegaron a la parte de la montaña donde Adán y Eva dormían.
5 Entonces Satanás y sus huestes tomaron una roca enorme, ancha, plana y sin defecto, pensando para sí: «Si hubiera un agujero en la roca, al caer sobre ellos, el agujero en la roca podría caer sobre ellos, y así escaparían y no morirían».
6 Entonces dijo a sus ejércitos: «Tomen esta piedra y tírenla sobre ellos, para que no ruede de ellos a otra parte. Y cuando lo hayáis arrojado, huid y no os detengáis.
7 E hicieron lo que él les ordenó. Pero cuando la roca cayó de la montaña sobre Adán y Eva, Dios ordenó que se convirtiera en una especie de cobertizo sobre ellos, que no les hiciera daño. Y así fue por orden de Dios.
8 Pero cuando la roca cayó, toda la tierra tembló con ella, y. Fue sacudido por el tamaño de la roca.
9 Y mientras temblaba y se estremecía, Adán y Eva despertaron del sueño y se encontraron bajo una roca como un cobertizo. Pero ellos no sabían cómo era; porque cuando se durmieron estaban bajo el cielo, y no debajo de un cobertizo; y cuando lo vieron, tuvieron miedo.
10 Entonces Adán dijo a Eva: «¿Por qué se ha inclinado la montaña y la tierra ha temblado y temblado por nuestra causa? ¿Y por qué esta roca se ha extendido sobre nosotros como una tienda de campaña?
11 «¿Dios tiene la intención de atormentarnos y encerrarnos en esta prisión? ¿O cerrará la tierra sobre nosotros?
12 «Él está enojado con nosotros por haber salido de la cueva sin su orden; y por haberlo hecho por nuestra propia voluntad, sin consultarle, cuando salimos de la cueva y llegamos a este lugar».
13 Entonces Eva dijo: «Si en verdad la tierra tembló por nuestra causa, y esta roca forma una tienda sobre nosotros a causa de nuestra transgresión, ¡ay de nosotros, oh Adán, porque nuestro castigo será largo!».
14 «Pero levántate y ruega a Dios que nos haga saber acerca de esto y qué es esta roca que está extendida sobre nosotros como una tienda».
15 Entonces Adán se levantó y oró ante el Señor para que le avisara de esta situación difícil. Y Adán permaneció así orando hasta la mañana.