Los celos vencen a Caín. Causa problemas en la familia. Cómo se planeó el primer asesinato.
1 ENTONCES Adán dijo a Eva: «He aquí, los niños han crecido; debemos pensar en encontrarles esposas».
2 Entonces Eva respondió: «¿Cómo podemos hacerlo?»
3 Entonces Adán le dijo: «Uniremos a la hermana de Abel con Caín, y a la hermana de Caín con Abel».
4 Entonces Eva le dijo a Adán: «No me gusta Caín porque es duro de corazón; pero déjenlos esperar hasta que ofrezcamos al Señor por ellos».
5 Y Adán no dijo más.
6 Mientras tanto, Satanás vino a Caín en la figura de un hombre del campo, y le dijo: «He aquí, Adán y Eva han consultado juntos sobre el matrimonio de ustedes dos; y han convenido en casar contigo a la hermana de Abel, y a tu hermana con él.
7 «Pero si no fuera porque te amo, no te habría dicho esto. Sin embargo, si sigues mi consejo y me escuchas, te traeré el día de tu boda hermosos vestidos, oro y plata en abundancia, y mis parientes te atenderán».
8 Entonces Caín dijo con alegría: «¿Dónde están tus parientes?»
9 Y Satanás respondió: «Mis parientes están en un jardín en el norte, donde una vez quise llevar a tu padre Adán; pero no aceptó mi oferta».
10 «Pero tú, si recibes mis palabras y vienes a mí después de tu boda, descansarás de la miseria en la que te encuentras; y descansarás y serás mejor que tu padre Adán».
11 Ante estas palabras de Satanás, Caín abrió sus oídos y se inclinó hacia su discurso.
12 Y no se quedó en el campo, sino que fue donde Eva, su madre, y la golpeó, la maldijo y le dijo: «¿Por qué vas a tomar a mi hermana para casarla con mi hermano? Estoy muerto«»»
13 Pero su madre lo tranquilizó y lo envió al campo donde había estado.
14 Cuando Adán llegó, ella le contó lo que Caín había hecho.
15 Pero Adán se entristeció y guardó silencio y no dijo una palabra.
16 Al día siguiente, Adán dijo a Caín su hijo: Toma de tus ovejas, jóvenes y buenas, y ofrécelas a tu Dios; y hablaré a tu hermano para que haga una ofrenda de trigo a su Dios».
17 Ambos escucharon a su padre Adán, tomaron sus ofrendas y las ofrecieron en el monte junto al altar.
18 Pero Caín se mostró altivo con su hermano, lo arrojó del altar y no le permitió ofrecer su ofrenda sobre el altar; sino que él ofreció lo suyo con corazón orgulloso, lleno de astucia y fraude.
19 Pero Abel levantó piedras que estaban cerca y sobre ellas ofreció su ofrenda con un corazón humilde y libre de engaño.
20 Caín estaba entonces de pie junto al altar en el que había ofrecido su ofrenda; y clamó a Dios para que aceptara su ofrenda; pero Dios no lo aceptó de él; tampoco descendió fuego divino para consumir su ofrenda.
21 Pero él se quedó de pie frente al altar, enojado y enojado, mirando hacia su hermano Abel, para ver si Dios aceptaba o no su ofrenda.
22 Y Abel oró a Dios para que aceptara su ofrenda. Entonces descendió un fuego divino y consumió su ofrenda. Y olió Dios el dulce olor de su ofrenda; porque Abel lo amaba y se regocijaba en él.
23 Y como Dios estaba muy complacido con él, le envió un ángel de luz en forma de hombre que había participado de su ofrenda, porque había olido el dulce olor de su ofrenda, y consolaron a Abel y fortalecieron su corazón.
24 Pero Caín estaba mirando todo lo que sucedía durante la ofrenda de su hermano y se enojó por ello.
25 Entonces abrió su boca y blasfemó contra Dios porque no había aceptado su ofrenda.
26 Pero Dios dijo a Caín: «¿Por qué está triste tu rostro? Sé justo para que pueda aceptar tu ofrenda. No en contra» De mí has murmurado, pero contra ti mismo.
27 Y Dios dijo esto a Caín en reprensión, y porque lo aborrecía a él y a su ofrenda.
28 Caín descendió del altar, cambiado de color y con el rostro afligido, y fue donde su padre y su madre y les contó todo lo que le había sucedido. Y Adán se entristeció mucho porque Dios no había aceptado la ofrenda de Caín.
29 Pero Abel descendió gozoso y con el corazón alegre, y contó a su padre y a su madre cómo Dios había aceptado su ofrenda. Y ellos se alegraron y besaron su rostro.
30 Y Abel dijo a su padre: «Como Caín me echó del altar y no me permitió ofrecer mi ofrenda sobre él, me hice un altar y ofrecí mi ofrenda sobre él».
31 Pero cuando Adán oyó esto, se entristeció mucho, porque era el altar que había construido al principio y sobre el cual había ofrecido sus propias ofrendas.
32 En cuanto a Caín, estaba tan malhumorado y enojado que fue al campo, donde Satanás vino a él y le dijo: «Ya que tu hermano Abel se ha refugiado en tu padre Adán, porque lo echaste de allí, el altar, besaron su rostro y se alegraron por él mucho más que por ti».
33 Cuando Caín escuchó estas palabras de Satanás, se llenó de ira; y no dejó que nadie lo supiera. Pero él estaba esperando para matar a su hermano, hasta que lo llevó a la cueva y luego le dijo:
34 «¡Oh hermano, el país es tan hermoso, y hay en él árboles tan hermosos y placenteros, y encantadores a la vista! Pero hermano, nunca has estado un día en el campo para disfrutar de él».
35 «Hoy, oh hermano mío, desearía mucho que vinieras conmigo al campo para divertirte y bendecir nuestros campos y nuestros rebaños, porque eres justo y te amo mucho, oh. ¡mi hermano! pero tú te has alejado de mí».
36 Entonces Abel accedió a ir con su hermano Caín al campo.
37 Pero antes de salir, Caín dijo a Abel: «Espérame hasta que traiga un bastón, a causa de las fieras».
38 Entonces Abel se quedó esperando en su inocencia. Pero Caín, el delantero, cogió un bastón y salió.
39 Y Caín y su hermano Abel comenzaron a caminar por el camino; Caín hablándole y consolándole, para hacerle olvidar todo.