El Hijo del Faraón va a matar a su Padre, pero no es admitido. Neftalí y Aser protestan ante Dan y Gad contra la Conspiración.
1 Entonces el hijo de Faraón se levantó esa misma noche y fue al dormitorio de su padre para matarlo a espada. Entonces los guardias de su padre le impidieron entrar donde su padre y le dijeron: «¿Qué mandas, señor?»
2 Y el hijo de Faraón les dijo: «Quiero ver a mi padre, porque voy a recoger la vendimia de mi viña recién plantada».
3 Y los guardias le dijeron: «Tu padre sufre dolores y estuvo despierto toda la noche y ahora descansa, y nos dijo que nadie debía entrar a él, ni siquiera si fuera mi hijo primogénito».
4 Y él, al oír estas cosas, se fue enojado y luego tomó cincuenta arqueros a caballo en total y se fue delante de ellos, como Dan y Gad le habían dicho.
5 Y los hermanos menores, Neftalí y Aser, hablaron a sus hermanos mayores, Dan y Gad, diciendo: «¿Por qué de nuevo hacéis maldad contra vuestro padre Israel y contra vuestro hermano José? Y Dios lo preserva como a la niña de sus ojos. ¡Mira!
6 ¿No vendisteis ni una sola vez a José? y él es hoy rey de toda la tierra de Egipto y dador de alimento.
7 Ahora pues, si de nuevo queréis hacer maldad contra él, él invocará al Altísimo y enviará fuego del cielo y os devorará, y los ángeles de Dios lucharán contra vosotros.
8 Entonces los hermanos mayores se enojaron contra ellos y dijeron: «¿Y moriremos como mujeres? Lejos de ello». Y salieron al encuentro de José y de Asenat.