Un llamamiento a la tranquilidad familiar y a la tranquilidad del hogar.
1 Oh Señor, libra mi alma del hombre malvado y malvado,
De lengua inicua y calumniosa, que habla mentira y engaño.
2 Múltiples torceduras son las palabras de la lengua del malvado,
Como entre un pueblo un fuego que quema su belleza.
3 Por eso se deleita en llenar las casas con lengua mentirosa,
para talar los árboles de alegría que prenden fuego a los transgresores,
Involucrar a los hogares en la guerra mediante labios calumniosos.
4 Que Dios quite de los inocentes los labios de los transgresores, llevándolos a la miseria.
¡Y que los huesos de los calumniadores sean esparcidos lejos de los que temen al Señor!
¡En llamas de fuego perezca la lengua calumniosa lejos de los piadosos!
5 Que el Señor guarde el alma tranquila que aborrece a los injustos;
Y que el Señor establezca al hombre que sigue la paz en casa.
6 La salvación del Señor sea para Israel, su siervo, para siempre;
Y perezcan juntos los pecadores delante del Señor;
Pero que los piadosos del Señor hereden las promesas del Señor.