1 Moisés se apresuró a hacer todo lo que Dios le había ordenado; descendió e hizo las mesas y sus utensilios, el arca, las lámparas, la mesa, el altar de los holocaustos y el altar del incienso, la hombrera, el pectoral, las piedras preciosas, la fuente, las bases y todo lo que le era mostrado. Y ordenó todas las vestiduras de los sacerdotes, los cintos y demás, la mitra, la plancha de oro y la corona santa: hizo también el aceite de la unción de los sacerdotes, y santificó a los sacerdotes mismos. Y cuando todo estuvo consumado, la nube los cubrió a todos.
2 Entonces Moisés clamó al Señor, y Dios le habló desde el tabernáculo, diciendo: Ésta es la ley del altar, mediante la cual me sacrificaréis y oraréis por vuestras almas. Pero en cuanto a lo que habéis de ofrecerme, ofreced de vacas el becerro, la oveja y la cabra; y de las aves, la tórtola y la paloma.
3 Y si hay lepra en vuestra tierra, y el leproso queda limpio, tomarán para el Señor dos polluelos vivos, y madera de cedro, hisopo y escarlata; y vendrá al sacerdote, y matará a uno, y guardará al otro. Y ordenará al leproso conforme a todo lo que yo he mandado en mi ley.
4 Y cuando llegue el momento para vosotros, me santificaréis con una fiesta, y os alegraréis delante de mí en la fiesta de los panes sin levadura, y pondréis pan delante de mí, celebrando una fiesta conmemorativa, porque en aquella ocasión el día que salisteis de la tierra de Egipto.
5 Y en la fiesta de las semanas pondréis pan delante de mí y me haréis una ofrenda por vuestros frutos.
6 Pero la fiesta de las trompetas será una ofrenda para vuestros observadores, porque en ella supervisé mi creación, para que os acordéis del mundo entero. Al principio del año, cuando me los mostréis, contaré el número de los muertos y de los nacidos, y el ayuno de misericordia. Porque ayunaréis a mí por vuestras almas, para que se cumplan las promesas de vuestros padres.
7 Traedme también la fiesta de las Tiendas: tomaréis para mí los frutos agradables de los árboles, ramas de palmera, sauces, cedros y ramas de mirra; y me acordaré de toda la tierra bajo la lluvia. , y se establecerá la medida de las estaciones, y ordenaré las estrellas y ordenaré a las nubes, y sonarán los vientos y correrán los relámpagos, y habrá tormenta de truenos, y esto será por señal perpetua. También las noches producirán rocío, como hablé después del diluvio de la tierra.
8 cuando yo (o él) le di precepto sobre el año de la vida de Noé, y le dije: Estos son los años que ordené después de las semanas en que visité la ciudad de los hombres, en qué momento les mostré (o él) el lugar de nacimiento y el color (o y la serpiente), y yo (o él) dije: Este es el lugar del cual enseñé al primer hombre diciendo: Si no transgredes lo que te ordené, todas las cosas te estarán sujetas. Pero él transgredió mis caminos y se convenció de su esposa, y ella fue engañada por la serpiente. Y entonces fue ordenada la muerte para las generaciones de los hombres.
9 Y además el Señor le mostró (o, Y el Señor dijo además: Yo le mostré) los caminos del paraíso y le dijo: Estos son los caminos que los hombres han perdido al no caminar en ellos, porque han pecado contra mí.
10 Y el Señor le ordenó acerca de la salvación de las almas del pueblo, y dijo: Si siguen mis caminos, no los abandonaré, sino que siempre seré misericordioso con ellos y bendeciré su descendencia y la tierra se apresurará a dar su fruto, y habrá lluvia para que aumenten sus ganancias, y la tierra no será estéril. Sin embargo, en verdad sé que corromperán sus caminos, y yo los abandonaré, y ellos olvidarán los pactos que hice con sus padres. Sin embargo, no los olvidaré para siempre: porque en los últimos días sabrán que a causa de sus pecados su descendencia fue abandonada; porque soy fiel en mis caminos.