1 Y cuando se hizo de día, los hijos de Israel se conmovieron mucho y dijeron: Subamos y investiguemos el pecado cometido, para que la iniquidad sea quitada de nosotros. Y ellos hablaron así, y dijeron: Preguntemos primero al Señor y sepamos si entregará a nuestros hermanos en nuestras manos. Y si no, dejémoslo de lado. Y Finees les dijo: Ofrezcamos la Demostración y la Verdad. Y el Señor les respondió y dijo: Subid, que yo los entregaré en vuestras manos. Pero él los engañó para poder cumplir su palabra.
2 Y subieron a la batalla y llegaron a la ciudad de Benjamín y enviaron mensajeros diciendo: Envíanos a los hombres que han hecho esta maldad y te perdonaremos, pero pagaremos a cada uno por su maldad. Y el pueblo de Benjamín endureció su corazón y dijo al pueblo de Israel: ¿Por qué debemos entregaros a nuestros hermanos? Si no los perdonáis, incluso lucharemos contra vosotros. Y el pueblo de Benjamín salió contra los hijos de Israel y los persiguió, y los hijos de Israel cayeron delante de ellos y derrotaron a 45.000 hombres.
3 Y el corazón del pueblo se entristeció mucho, y vinieron llorando y lamentándose a Silo y dijeron: He aquí, el Señor nos ha entregado delante de los habitantes de Noba. Consultemos ahora al Señor quién de nosotros ha pecado. Y consultaron al Señor y él les dijo: Si queréis, subid y peleéis, y serán entregados en vuestras manos; y entonces se os dirá por qué os postrasteis ante ellos. Y al segundo día se fueron a pelear contra ellos. Y los hijos de Benjamín salieron y persiguieron a Israel y derrotaron a 46.000 hombres.
4 Y el corazón del pueblo se derritió por completo y dijeron: ¿Ha querido Dios engañar a su pueblo? ¿O ha ordenado que, a causa del mal cometido, caigan tanto los inocentes como los que hacen el mal? Y hablando así, se postraron delante del arca del pacto de Jehová, y rasgaron sus vestidos y pusieron ceniza sobre sus cabezas, ellos y Finees hijo del sacerdote Eleazar, el cual oró y dijo: ¿Cuál es este engaño con que has cometido? ¿Nos engañaste, oh Señor? Si te parece justo lo que han hecho los hijos de Benjamín, ¿por qué no nos lo dijiste para que lo consideráramos? Pero si no te agradó, ¿por qué nos permitiste caer ante ellos?