1 En aquel tiempo también Finees se acostó para morir, y el Señor le dijo: He aquí, has sobrepasado los 120 años que estaban prescritos para todos los hombres. Y ahora levántate y vete de aquí y habita en el monte Danaben y permanece allí muchos años, y yo le daré órdenes a mi águila y ella te alimentará allí, y no descenderás más a los hombres hasta que llegue el tiempo y seas probado en el tiempo. Y entonces cerrarás el cielo, y a tu palabra se abrirá. Y después serás alzado al lugar donde fueron alzados los que fueron antes de ti, y allí estarás hasta que me acuerde del mundo. Y entonces os traeré y probaréis lo que es la muerte.
2 Y Finees subió e hizo todo lo que el Señor le ordenó. Y en los días que lo nombró sacerdote, lo ungió en Silo.
3 Y en aquel tiempo, cuando él subió, aconteció que los hijos de Israel, mientras celebraban la pascua, ordenaron a los hijos de Benjamín, diciendo: Subid y tomad mujeres por la fuerza porque no podemos daros a vosotros nuestras hijas, porque juramos en el tiempo de nuestra ira; y no es posible que una tribu perezca de Israel. Y los hijos de Benjamín subieron y tomaron mujeres y se edificaron Gabaón, y comenzaron a habitar allí.
4 Mientras tanto los hijos de Israel estaban tranquilos, en aquellos días no tenían príncipe y cada uno hacía lo que bien le parecía.
5 Estos son los mandamientos, los juicios, los testimonios y las manifestaciones que hubo en los días de los jueces de Israel, antes de que reinara un rey sobre ellos.