1 En aquel tiempo los hijos de Israel necesitaban un rey en su justo. Y se reunieron con Samuel y le dijeron: He aquí, ahora estás viejo, y tus hijos no andan en los caminos del Señor; Ahora, pues, nombra sobre nosotros un rey que juzgue entre nosotros, porque se ha cumplido la palabra que Moisés habló a nuestros padres en el desierto, diciendo: Ciertamente nombrarás sobre ti un príncipe de tus hermanos.
2 Y cuando Samuel oyó hablar del reino, se entristeció mucho en su corazón y dijo: He aquí, ahora veo que ya no hay para nosotros (o todavía no) un tiempo de reino perpetuo, ni de edificación del casa de Jehová nuestro Dios, por cuanto éstos desean rey antes de tiempo. Y ahora, si el Señor lo rechaza del todo (o incluso si el Señor así lo quiere), me parece que no se puede establecer un rey.
3 Y el Señor le dijo aquella noche: No te entristezcas, porque les enviaré un ataque que los arrasará, y él mismo será arrasado después. Ahora bien, el que venga a ti mañana a la hora sexta, éste reinará sobre ellos.
4 Y al día siguiente, Saúl, hijo de Cis, venía del monte Efrén en busca de las asnas de su padre; y cuando llegó a Armathem, entró para pedirle a Samuel las asnas. Ahora bien, caminaba junto a Baam, y Saúl le dijo: ¿Dónde está el que ve? Porque en aquel tiempo un profeta se llamaba Vidente. Y Samuel le dijo: Yo soy el que ve. Y él dijo: ¿Puedes hablarme de las asnas de mi padre? porque están perdidos.
5 Y Samuel le dijo: Relájate conmigo hoy y mañana te diré lo que viniste a preguntar. Y Samuel dijo al Señor: Dirige, oh Señor, a tu pueblo, y revélame lo que has determinado acerca de ellos. Y Saúl reposó aquel día con Samuel y se levantó por la mañana. Y Samuel le dijo: He aquí, conoce que Jehová te ha escogido para ser príncipe sobre su pueblo en este tiempo, y ha levantado tus caminos, y tu tiempo será ordenado.
6 Y Saúl dijo a Samuel: ¿Quién soy yo, y cuál es la casa de mi padre, para que mi señor me hable así? Porque no entiendo lo que dices, porque soy joven. Y Samuel dijo a Saúl: ¿Quién permitirá que tu palabra se cumpla por sí sola, para que vivas muchos días? pero considera esto, que tus palabras serán semejantes a las palabras de un profeta, cuyo nombre será Hieremias.
7 Y mientras Saúl se iba ese día, el pueblo vino a Samuel, diciendo: Danos un rey como nos prometiste. Y él les dijo: He aquí, el rey vendrá a vosotros dentro de tres días. Y he aquí vino Saúl. Y le sucedieron todas las señales que Samuel le había contado. ¿No están escritas estas cosas en el libro de los Reyes?