Y luego creé todos los cielos, y fue el tercer día (martes)
1 Al tercer día ordené a la tierra que hiciera crecer árboles grandes y fructíferos, colinas y semillas para sembrar, y planté el Paraíso, lo cerqué y puse como guardianes ángeles llameantes armados, y así creé la renovación.
2 Y llegó la tarde y la mañana del cuarto día.
3 (miércoles). Al cuarto día ordené que hubiera grandes luces en los círculos celestiales.
4 En el primer círculo superior puse las estrellas Kruno, en el segundo Afrodita, en el tercero Aris, en el quinto Zeus, en el sexto Ermis, en el séptimo la luna menor y lo adorné con las estrellas menores.
5 Y en la parte inferior puse el sol para iluminar el día, y la luna y las estrellas para iluminar la noche.
6 El sol debía ir según cada animal (signos del zodíaco), doce, y designé la sucesión de los meses y sus nombres y vidas, sus truenos y sus marcas horarias, cómo debían tener éxito.
7 Y llegó la tarde y la mañana del quinto día.
8 (jueves). El quinto día ordené al mar que produjera peces y aves de muchas variedades, y todos los animales que se arrastran sobre la tierra, que avanzan sobre la tierra sobre cuatro patas y se elevan en el aire, sexo masculino y femenino. , y cada alma respirando el espíritu de vida.
9 Y llegó la tarde y la mañana del día sexto.
10 (viernes). El sexto día ordené a mi sabiduría que creara al hombre a partir de siete consistencias: una, su carne de la tierra; dos, su sangre del rocío; tres, sus ojos del sol; cuatro, sus huesos de piedra; cinco, su inteligencia de la rapidez de los ángeles y de las nubes; seis, sus venas y sus cabellos de la hierba de la tierra; siete, su alma de mi aliento y del viento.
11 Y le di siete naturalezas: a la carne el oído, los ojos a la vista, al alma el olfato, las venas al tacto, la sangre al gusto, los huesos a la resistencia, y a la inteligencia la dulzura.
12 Se me ocurrió un dicho astuto: Creé al hombre de la naturaleza invisible y de la visible, de ambas son su muerte, su vida y su imagen; él conoce la palabra como una cosa creada, pequeña en grandeza y nuevamente grande en pequeñez, y yo Lo puse en la tierra, un segundo ángel, honorable, grande y glorioso, y lo nombré gobernante para gobernar en la tierra y tener mi sabiduría, y no hubo nadie como él en la tierra de todas mis criaturas existentes.
13 Y le puse un nombre, de las cuatro partes que lo componen, del este, del oeste, del sur y del norte, y le puse cuatro estrellas especiales, y le puse por nombre Adán, y le mostré los dos caminos. , la luz y la oscuridad, y le dije:
14 «Esto es bueno y aquello es malo», para que sepa si me ama o me odia, para que quede claro quiénes de su raza me aman.
15 Porque yo he visto su naturaleza, pero él no ha visto su propia naturaleza, por lo que al no ver pecará peor, y dije: «Después del pecado, ¿qué hay sino la muerte?»
16 Y le puse sueño y se durmió. Y tomé de él una costilla, y le creé mujer, para que la muerte le viniera por su mujer, y tomé su última palabra y la llamé madre, es decir, Eva.