Enoc instruye a sus hijos de labios de Dios y les entrega la letra de este libro.
1 Y ahora, hijos míos, reflexionad en vuestros corazones y prestad atención a las palabras de vuestro padre, que todas os han llegado de los labios del Señor.
2 Toma estos libros escritos por tu padre y léelos.
3 Porque los libros son muchos, y en ellos aprenderéis todas las obras del Señor, todo lo que ha sido desde el principio de la creación y lo que será hasta el fin de los tiempos.
4 Y si guardan mi letra, no pecarán contra el Señor; porque no hay otro fuera del Señor, ni en el cielo, ni en la tierra, ni en los lugares más bajos, ni en el único fundamento.
5 El Señor ha puesto los cimientos en lo desconocido y ha extendido los cielos visibles e invisibles; él fijó la tierra sobre las aguas, y creó innumerables criaturas, y quién ha contado el agua y el fundamento de los no fijados, o el polvo de la tierra, o la arena del mar, o las gotas de la lluvia, o la mañana ¿El rocío o el soplo del viento? ¿Quién ha llenado la tierra y el mar y el indisoluble invierno?
6 Corté las estrellas del fuego, adorné el cielo y lo puse en medio de ellas.