Del paso del sol a lo largo de los siete círculos.
1 QUE el sol recorre los siete círculos celestes, que son el nombramiento de ciento ochenta y dos tronos, que se pone en un día corto, y nuevamente ciento ochenta y dos, que se pone en un día largo, y tiene dos tronos sobre los cuales descansa, que giran de aquí para allá por encima de los tronos de los meses,
2 Desde el día diecisiete del mes Tsivan desciende hasta el mes Thevan, desde el día diecisiete de Thevan sube.
3 Y así se acerca a la tierra, entonces la tierra está y hace crecer su fruto, y cuando se aleja, entonces la tierra está triste, y los árboles y todos los frutos no tienen florecimiento.
4 Todo esto lo midió con buena medida de horas, y con su sabiduría fijó la medida de lo visible y de lo invisible.
5 De lo invisible hizo visibles todas las cosas, siendo él mismo invisible.
6 Así os daré a conocer, hijos míos, y distribuiré los libros a vuestros hijos, en todas vuestras generaciones y entre las naciones que tendrán el sentido de temer a Dios, que los reciban y lleguen a amar más que cualquier alimento o dulce terrenal, y los leen y se aplican a ellos.
7 Y a aquellos que no entienden al Señor, que no temen a Dios, que no los aceptan, sino que los rechazan, que no los reciben (cf. los libros), les espera un juicio terrible.
8 Bienaventurado el hombre que llevará su yugo y los arrastrará, porque será liberado el día del gran juicio.