1 Entonces Jacob envió a buscar a todos sus hijos y les dijo: «Reúnanse a mi alrededor para que pueda informarles de todo lo que les sobrevendrá y de lo que les sucederá a cada uno de ustedes en los últimos días».
2 Entonces se reunieron alrededor de Israel, desde el mayor hasta el menor.
3 Entonces Jacob Israel habló y dijo a sus hijos: «Escuchen, hijos de Jacob, escuchen a su padre Israel, desde Rubén mi primogénito hasta Benjamín».
4 Entonces les contó lo que les sucedería a los doce niños, llamando a cada uno de ellos y a su tribu por su nombre; y los bendijo con la bendición celestial.
5 Después de esto guardaron silencio por un momento para que descansara.
6 Entonces los cielos se alegraron de que pudiera observar los lugares de reposo.*
7 Y he aquí, se acercaron numerosos verdugos de diferentes apariencias.
8 Estaban preparados para atormentar a los pecadores, que son estos: adúlteros, hombres y mujeres; aquellos que codician a los hombres; los viciosos que degradan el semen dado por Dios; los astrólogos y los hechiceros; los malhechores y los adoradores de ídolos que se aferran a abominaciones; y los calumniadores que juzgan (?) con dos lenguas (engañosamente).
9 Y el castigo de todos estos pecadores es el fuego que no se apaga y las tinieblas exteriores, donde hay llanto y crujir de dientes.
10 [Aquí hay una laguna en el texto árabe. En el bohaírico, Jacob es elevado nuevamente, esta vez al cielo, donde todo es luz y alegría.
11 Él ve a Abraham y a Isaac y se le muestran todas las alegrías de los redimidos.
12 Jacob regresa a la tierra, da instrucciones para su entierro en la tierra de sus padres y fallece a la edad de 147 años.
13 El Señor desciende con los ángeles Miguel y Gabriel para llevar el alma de Jacob al cielo.
14 José ordena que el cuerpo de su padre sea embalsamado a la manera egipcia.
15 Se pasan cuarenta días en el proceso de embalsamamiento, y ochenta días más en luto por el patriarca. ]