Como los Salmos de David en su júbilo por la libertad.
1 El que me hizo descender desde lo alto, también me hizo subir desde las regiones de abajo;
2 Y el que junta las cosas que están en medio, éste también es el que me derriba.
3 El que dispersó a mis enemigos existía desde la antigüedad y mis adversarios:
4 El que me dio autoridad sobre las ataduras para que las desatara;
5 El que derribó con mis manos al dragón de siete cabezas; y tú me pusiste sobre sus raíces para destruir su descendencia.
6 Tú estuviste allí y me ayudaste, y en todo lugar tu nombre fue un baluarte para mí.
7 Tu diestra destruyó su malvado veneno; y tu mano allanó el camino a los que creen en ti.
8 Y tú los escogiste de los sepulcros y los separaste de los muertos.
9 Tomaste huesos de muertos y los cubriste con cuerpos.
10 Estaban inmóviles y les diste energía para vivir.
11 Sin corrupción fue tu camino y tu rostro; Trajiste tu mundo a la corrupción: para que todo se disolviera y luego se renovara,
12 Y para que todo el fundamento sea tu roca, y sobre ella edificaste tu reino; y llegó a ser la morada de los santos. Aleluya.