Nunca sabremos con certeza si las guerras a las que se hace referencia aquí son guerras espirituales o reales.
1 Abre tus oídos y te hablaré. Dadme vuestras almas para que yo también os dé la mía,
2 La palabra del Señor y sus bendiciones, el santo pensamiento que ha ideado para su Mesías.
3 Porque en la voluntad del Señor está vuestra salvación, y su pensamiento es la vida eterna; y tu fin es la inmortalidad.
4 Enriquécete en Dios Padre y recibe el pensamiento del Altísimo.
5 Sé fuerte y sé redimido por su gracia.
6 Porque os anuncio la paz, a vosotros sus santos;
7 Para que ninguno de los que lo oyen caiga en la guerra, y para que los que lo conocen no perezcan, y los que lo reciben no sean avergonzados.
8 Corona eterna para siempre es la Verdad. Bienaventurados los que lo ponen sobre sus cabezas:
9 Piedra preciosa es ésta; y ha habido guerras por causa de la corona.
10 Y la justicia lo tomó y os lo dio.
11 Pónganse la corona en la verdadera alianza del Señor.
12 Y todos los que vencieron estarán escritos en su libro.
13 Porque su libro es la victoria, que es tuya. Y ella (la Victoria) os ve delante de ella y quiere que seáis salvos. Aleluya.