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Cultivar la mente: elegir la herramienta adecuada | Journal — Diciembre 2015 — Índice | La puerta está abierta, todo el que quiera puede entrar |
«Recuerda que, en los momentos más oscuros, todo fallo es solo un paso hacia el éxito, toda detección de lo falso te dirige hacia lo que es verdadero, toda prueba agota una forma tentadora de error, y toda adversidad solo esconderá por un tiempo tu camino hacia la paz y la satisfacción.» Augustine Mandino II, escritor.
Los lectores de El libro de Urantia se emocionan al conocer que la salvación solo está basada en la fe, que el fragmento divino que está en el interior de la mente se fusionará con nosotros para toda la eternidad, y que hay un plan para alcanzar una vida eternal de servicio, adoración y descubrimientos.
Pero con respecto a la adversidad, ¿qué orientación ofrece El libro de Urantia? ¿Cómo nos ayudan las enseñanzas a responder cuando estamos destrozados por una tragedia devastadora e inesperada o nuestros propios esfuerzos descarriados causan sufrimiento y desesperación en nuestra vida diaria?
Afortunadamente, los Reveladores proporcionan abundante material para instruirnos e inspirarnos. He seleccionado algunas enseñanzas relevantes y las he agrupado en las siguientes cinco áreas:
Fracaso— una herramienta para adquirir sabiduría y consecución espiritual.
Perspectiva—una visión general que construye el camino para el progreso espiritual.
Divinidad potencial—una lista de doce situaciones difíciles y cómo la respuesta adecuada revela lo genuina que es nuestra fe.
Habilidades para salir adelante—cómo mantenerse en las secuelas de la devastación.
Usarlo todo… en la eternidad.
Usarlo todo… en la eternidad, «…podéis entrar en el reino como un niño, pero el Padre exige que crezcáis, por la gracia, hasta la plena estatura de un adulto espiritual.» [LU 193:2.2] Esto incluye no solo producir los frutos del espíritu, sino también mostrar entereza, valentía y fe cuando nuestro mundo se hunde.
«El buen juicio procede de la experiencia, y gran parte de ella procede del mal juicio.» – Will Rogers.
Durante el periodo de descanso en Magadán, el filósofo griego Rodán se reunió con Natanael, Tomás y otros creyentes que estaban por allí. Estas charlas produjeron pensamientos profundos sobre muchos temas, incluido el fracaso.
En esta cuestión de enfrentarse con el fracaso y de adaptarse a la derrota es donde la visión de gran alcance de la religión ejerce su influencia suprema. El fracaso es simplemente un episodio educativo — una experiencia cultural para adquirir sabiduría — en la experiencia del hombre que busca a Dios y que ha emprendido la aventura eterna de explorar un universo. Para este tipo de hombres, la derrota no es más que una nueva herramienta para alcanzar los niveles superiores de la realidad universal. [LU 160:4.15]
Para apreciar verdaderamente la profundidad de estas enseñanzas acerca del fracaso, necesitamos comprender la relación dinámica entre razonamiento, sabiduría y consecución espiritual. Como indican las citas siguientes, el razonamiento conduce a la sabiduría, que a la larga culmina en la guía del espíritu, la adoración reflexiva y la conciencia de Dios.
Una vez que la razón reconoce lo verdadero y lo falso, da muestras de sabiduría; cuando la sabiduría escoge entre lo verdadero y lo falso, demuestra la guía del espíritu. [LU 103:9.10]
El pensamiento se rinde ante la sabiduría, y la sabiduría se pierde en una adoración iluminada y reflexiva. [LU 112:2.11]
La educación es la ocupación de la vida; debe continuar durante toda la vida para que la humanidad pueda experimentar gradualmente los niveles ascendentes de la sabiduría mortal, que son los siguientes:
1. El conocimiento de las cosas.
2. La comprensión de los significados.
3. La apreciación de los valores.
4. La nobleza del trabajo – el deber.
5. La motivación de las metas — la moralidad.
6. El amor al servicio – el carácter.
7. La perspicacia cósmica – el discernimiento espiritual. [LU 71:7.5–12]
Luego, gracias a estos logros, muchas personas se elevarán hasta el nivel último que la mente humana puede alcanzar: la conciencia de Dios. [LU 71:7.13]
Volviendo a las enseñanzas de Rodán, enfrentarse al fracaso y hacer ajustes son pasos necesarios para volver a sintonizarnos con la guía del espíritu, que es esencial para progresar espiritualmente. En el siguiente punto de discusión, Rodán anima a las personas religiosas a sentirse satisfechas por haber hecho los cambios necesarios, antes que lamentar el pasado.
La carrera de un hombre que busca a Dios puede resultar ser un gran éxito a la luz de la eternidad, aunque toda la empresa de su vida temporal pueda parecer un fracaso abrumador, con tal que cada fracaso de su vida haya producido el cultivo de la sabiduría y el logro espiritual. [LU 160:4.16]
Cultivar hábitos de resolución de problemas (ilustración).
Uno de los significados de perspectiva es ver las cosas con su importancia relativa. Al hacer hincapié en la perspectiva eterna, tenemos la palabra de Jesús de que nuestra carrera posmortal está asegurada:
Jesús describió la profunda seguridad del mortal que conoce a Dios cuando dijo: «Para un creyente en el reino que conoce a Dios, ¿qué importa si todas las cosas terrenales se derrumban?» Las seguridades temporales son vulnerables, pero las certezas espirituales son inquebrantables. Cuando las mareas de la adversidad, el egoísmo, la crueldad, el odio, la maldad y los celos humanos sacuden el alma de los mortales, podéis tener la seguridad de que existe un bastión interior, la ciudadela del espíritu, que es absolutamente inatacable; al menos esto es cierto para todo ser humano que ha confiado la custodia de su alma al espíritu interior del Dios eterno. [LU 100:2.7]
En el Documento 3, un Consejero Divino dice que la vida de una criatura evolutiva está plagada de ciertas inevitabilidades. Para que un rasgo deseable exista, se debe permitir que exista el rasgo opuesto, de modo que quede clara la diferencia entre los dos. Por ejemplo, el número cinco de la lista de nueve dice:
«…El amor a la verdad – y la buena disposición a seguirla dondequiera que conduzca – ¿es deseable? Entonces el hombre debe crecer en un mundo donde el error esté presente y la falsedad sea siempre posible.» [LU 3:5.10]
Es evidente que está en el plan divino tener un mundo lleno de dificultades. Los creyentes deben tener presente que es necesario el contraste para que se hagan realidad las cualidades sublimes.
En las enseñanzas de Jesús en Tiro, el Maestro habla de la perspectiva gozosa de los verdaderos creyentes:
Los individuos que conocen a Dios no se desaniman por las desgracias ni se dejan abatir por las decepciones. Los creyentes están inmunizados contra la depresión que sigue a los cataclismos puramente materiales; los que llevan una vida espiritual no se inquietan por los episodios del mundo material. Los candidatos a la vida eterna practican una técnica vigorizante y constructiva para hacer frente a todas las vicisitudes y agobios de la vida mortal. Un verdadero creyente, cada día que vive, encuentra más fácil hacer lo que es justo. [LU 156:5.13]
Un Melquisedek de Nebadon nos da una lección hermosamente concisa sobre la perspectiva:
«La meta de la autorrealización humana debería ser espiritual, no material. Las únicas realidades por las que vale la pena luchar son divinas, espirituales y eternas.» [LU 100:2.6]
Está sección es destacable, en el sentido de que especifica cómo se espera que manejemos situaciones adversas. Al reaccionar a las situaciones tal como se describen, estamos demostrando nuestra divinidad potencial. Nada menos que doce ejemplos nos da un Melquisedek de Nebadon en el Documento 101:
El alma del hombre se revela por medio de la fe religiosa, y demuestra la divinidad potencial de su naturaleza emergente por la manera característica en que induce a la personalidad mortal a reaccionar ante ciertas situaciones intelectuales y sociales duras y difíciles. La fe espiritual auténtica (la verdadera conciencia moral) se revela en que:
1. Provoca el progreso de la ética y de la moral a pesar de las tendencias animales inherentes y adversas.
2. Produce una confianza sublime en la bondad de Dios, en medio incluso de amargas decepciones y de derrotas aplastantes.
3. Genera un valor y una confianza profundos a pesar de las adversidades naturales y de las calamidades físicas.
4. Muestra una serenidad inexplicable y una tranquilidad continua a pesar de las enfermedades desconcertantes e incluso de los sufrimientos físicos agudos.
5. Mantiene a la personalidad en una calma y un equilibrio misteriosos en medio de los malos tratos y de las injusticias más flagrantes.
6. Mantiene una confianza divina en la victoria final, a pesar de las crueldades de un destino aparentemente ciego y de la aparente indiferencia total de las fuerzas naturales hacia el bienestar humano.
7. Insiste en creer inquebrantablemente en Dios a pesar de todas las demostraciones contrarias de la lógica, y resiste con éxito a todos los demás sofismas intelectuales.
8. Continúa mostrando una fe intrépida en la supervivencia del alma, sin tener en cuenta las enseñanzas engañosas de la falsa ciencia ni las ilusiones persuasivas de una filosofía errónea.
9. Vive y triunfa a pesar de la sobrecarga abrumadora de las civilizaciones complejas y parciales de los tiempos modernos.
10. Contribuye a la supervivencia continua del altruismo a pesar del egoísmo humano, los antagonismos sociales, las avaricias industriales y los desajustes políticos.
11. Se adhiere firmemente a una creencia sublime en la unidad universal y en la guía divina, sin tener en cuenta la presencia desconcertante del mal y del pecado.
12. Continúa muy acertadamente adorando a Dios a pesar de todo y por encima de todo. Se atreve a declarar: «Aunque Él me mate, seguiré sirviéndole». [LU 101:3.4–16]
El libro de Urantia tiene buenos consejos prácticos sobre cómo salir adelante en situaciones difíciles.
Jesús hizo hincapié en el valor de la diversión y la relajación. Los apóstoles tenían problemas para llevarse bien entre ellos, así como con los discípulos de Juan. Jesús los llevó a todos al monte Sartaba para pasar un periodo de descanso. Se nos dice que
«…fue un acontecimiento maravilloso en la experiencia de cada uno de ellos; jamás olvidaron el día que subieron a la montaña. A lo largo de todo el trayecto apenas dijeron una sola palabra de sus dificultades. Al llegar a la cima de la montaña, Jesús los sentó a su alrededor mientras les decía: «Hermanos míos, todos debéis aprender el valor del descanso y la eficacia del esparcimiento. Debéis comprender que el mejor método para resolver algunos problemas embrollados consiste en alejarse de ellos durante algún tiempo. Luego, cuando volvéis renovados por el descanso o la adoración, sois capaces de atacar vuestras dificultades con una cabeza más despejada y una mano más firme, sin mencionar un corazón más resuelto. Además, muchas veces encontraréis que el tamaño y las proporciones de vuestro problema ha disminuido mientras descansabais vuestra mente y vuestro cuerpo.» [LU 143:3.3]
En la segunda gira de predicación, Jesús nos da una lección respecto a la alegría:
Un día que Jesús estaba visitando al grupo de evangelistas que trabajaba bajo la supervisión de Simón Celotes, éste le preguntó al Maestro durante la conferencia nocturna: « ¿Por qué algunas personas están mucho más felices y contentas que otras? ¿Es el contentamiento un asunto de experiencia religiosa?» En respuesta a la pregunta de Simón, Jesús dijo entre otras cosas:
«Simón, algunas personas son por naturaleza más felices que otras. Eso depende muchísimo de la buena voluntad del hombre a dejarse conducir y dirigir por el espíritu del Padre que vive dentro de él. ¿No has leído en las Escrituras las palabras del sabio: ‘El espíritu del hombre es la vela del Señor que examina todo su interior ? Y también que estos mortales conducidos así por el espíritu dicen: ‘Me conformo gustosamente con lo que tengo; sí, poseo una herencia excelente.’ ‘Lo poco que posee un justo es mejor que las riquezas de muchos malvados,’ porque ‘un hombre bueno obtiene la satisfacción de su propio interior.’ ‘Un corazón alegre produce un semblante jovial y es una fiesta continua. Es mejor tener un poco con veneración al Señor, que un gran tesoro con sus problemas incluidos. Es mejor una comida de legumbres con amor, que un buey engordado acompañado de odio. Es mejor poseer un poco con justicia, que grandes ingresos sin rectitud.’ ‘Un corazón alegre hace bien como un medicamento.’ ‘Es mejor tener un puñado con serenidad, que una gran abundancia con penas y vejación de espíritu.’» [LU 149:5.1–2]
Una gran parte de las penas del hombre provienen de la frustración de sus ambiciones y de las ofensas a su orgullo. Aunque los hombres tienen consigo mismos el deber de llevar la mejor vida posible en la Tierra, una vez que han hecho ese esfuerzo sincero, deberían aceptar su suerte con alegría y ejercitar su ingenio para sacar el mejor partido a lo que tienen entre sus manos. [LU 149:5.3]
No busquéis pues una paz falsa y una alegría pasajera, sino más bien la seguridad de la fe y las garantías de la filiación divina, que dan la serenidad, el contentamiento y la alegría suprema en el espíritu. [LU 149:5.4]
He aquí dos citas más de Jesús para tomarse en serio lo de salir adelante:
De las enseñanzas de Jesús en Tiro:
«El mortal consciente de Dios está seguro de salvarse; no le teme a la vida; es honrado y consecuente. Sabe cómo soportar valientemente los sufrimientos inevitables; no se queja cuando se enfrenta con las penalidades ineludibles.» [LU 156:5.20]
En la ordenación de los doce, Jesús les aconseja:
«Sed tan prudentes como las serpientes, pero tan inofensivos como las palomas.» [LU 140:3.3]
En el Documento 26 (Los espíritus ministrantes del universo central), un Perfeccionador de la Sabiduría de Uversa describe a los Ayudantes de los Peregrinos, cuyo papel es:
«…dar la bienvenida a los ascendentes del espacio, que tanto han viajado, a los mundos estabilizados y a la economía asentada del universo central.» [LU 26:5.1]
Dos párrafos más adelante, leemos:
«…Pero mucho antes de llegar a Havona, estos hijos ascendentes del tiempo han aprendido a deleitarse con las incertidumbres, a enriquecerse con las decepciones, a entusiasmarse con los fracasos aparentes, a estimularse en presencia de las dificultades, a mostrar un valor indomable frente a la inmensidad, y a ejercer una fe invencible cuando se enfrentan con el desafío de lo inexplicable. Hace mucho tiempo que el grito de guerra de estos peregrinos se ha vuelto: «En unión con Dios, nada — absolutamente nada — es imposible.» [LU 26:5.3]
Evidentemente, es una parte esencial de nuestro desarrollo, tanto como mortales como en la eternidad, construir un carácter fuerte y una fe inquebrantable.
Felizmente, el ecualizador de este inmenso reto en la vida morontial lo da un arcángel de Nebadon, que dice:
Cuanto más elevada es la especie humana, mayor es la tensión y mayor es la capacidad para el humor, así como la necesidad de recurrir a él. [LU 48:4.17].
Un poco antes, leemos:
Una de las funciones del humor es la de ayudarnos a todos a tomarnos menos en serio. El humor es el antídoto divino contra la exaltación del ego. [LU 48:4.15]
Escrito por un agondontero americano para beneficio de todos los compañeros urantianos.
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