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Le Lien Urantien — Número 15 - Otoño de 2000 | Le Lien Urantien — Número 15 — Otoño 2000 | Botella pequeña llena |
Aquella tarde, Jesús y Ganid habían disfrutado jugando con un perro pastor muy inteligente, y Ganid quiso saber si el perro tenía alma, si tenía voluntad. En respuesta a sus preguntas, Jesús dijo: «El perro tiene una mente que puede conocer al hombre material, su dueño, pero no puede conocer a Dios, que es espíritu. Así pues, el perro no posee una naturaleza espiritual y no puede disfrutar de una experiencia espiritual. El perro puede tener una voluntad derivada de la naturaleza y acrecentada por el adiestramiento, pero este poder de la mente no es una fuerza espiritual, ni tampoco es comparable con la voluntad humana, porque no es reflexiva — no es el resultado de la discriminación de los significados superiores y morales, o de la elección de los valores espirituales y eternos. La posesión de estos poderes de discriminación espiritual y de elección de la verdad es lo que convierte al hombre mortal en un ser moral, en una criatura dotada de los atributos de la responsabilidad espiritual y del potencial de la supervivencia eterna». Jesús siguió explicando que la ausencia de estos poderes mentales en los animales es lo que hace imposible para siempre que el mundo animal pueda desarrollar un lenguaje en el tiempo, o experimentar algo equivalente a la supervivencia de la personalidad en la eternidad. Como consecuencia de la lección de este día, Ganid no creyó nunca más en la transmigración de las almas humanas a los cuerpos de los animales. (LU 130:2.8)
Nota: Esto dará respuesta a todos aquellos que hoy todavía creen en la transmigración o la metempsicosis.
«El Hijo Eterno es espíritu y posee una mente, pero no una mente o un espíritu que la mente humana pueda comprender. El hombre mortal percibe la mente en los niveles finito, cósmico, material y personal. El hombre observa también los fenómenos mentales en los organismos vivientes que funcionan en el nivel subpersonal (animal), pero le resulta difícil captar la naturaleza de la mente cuando ésta se encuentra asociada a los seres supermateriales y forma parte de unas personalidades exclusivamente espirituales. Sin embargo, la mente ha de ser definida de manera diferente cuando se refiere al nivel espiritual de existencia, y cuando se emplea para indicar las funciones espirituales de la inteligencia. El tipo de mente que está unida directamente al espíritu no es comparable ni con la mente que coordina el espíritu y la materia, ni con la mente que sólo está unida a la materia.» (LU 6:6.1)
Los espíritus ayudantes de la mente crecen en experiencia pero nunca se vuelven personales. Evolucionan en su funcionamiento, y el funcionamiento de los cinco primeros en las órdenes animales es hasta cierto punto esencial para que los siete puedan funcionar como intelecto humano. Esta relación con los animales hace que los ayudantes sean más eficaces en la práctica como mente humana; así pues, los animales son hasta cierto punto indispensables para la evolución intelectual del hombre así como para su evolución física. (LU 36:5.13)
Nota: Aunque aquí no se hace referencia directa a la mente animal, es interesante señalar que el animal es (hasta cierto punto) indispensable para la mente humana así como para su evolución física. Cuando eres niño, tener la alegría de tener un perro es sin duda una valiosa ayuda para el desarrollo de la paciencia, la curiosidad, la amistad, etc.
Los Portadores de Vida pueden organizar las formas materiales o los modelos físicos de los seres vivientes, pero el Espíritu aporta la chispa inicial de vida y concede el don de la mente. Incluso las formas vivientes de vida experimental que los Portadores de Vida organizan en sus mundos de Salvington siempre están desprovistas de los poderes reproductores. Cuando las fórmulas de la vida y los modelos vitales están correctamente ensamblados y adecuadamente organizados, la presencia de un Portador de Vida es suficiente para iniciar la vida, pero todos estos organismos vivientes carecen de dos atributos esenciales —el don de la mente y los poderes de reproducción. La mente animal y la mente humana son dones del Espíritu Madre del universo local actuando a través de los siete espíritus ayudantes de la mente, mientras que la capacidad de reproducción de las criaturas es la concesión específica y personal del Espíritu del Universo al plasma vital ancestral inaugurado por los Portadores de Vida. (LU 36:6.3)
Nota: El origen de la mente animal es el mismo que el de la mente humana, pero sólo funciona a través de cinco de los siete espíritus mentales ayudantes, estando reservados los dos últimos, el ayudante de la adoración y el de la sabiduría, para la mente humana.
La vida otorgada a las plantas y a los animales por los Portadores de Vida no regresa a los Portadores de Vida después de morir la planta o el animal. La vida que sale de esos seres vivientes no posee ni identidad ni personalidad; no sobrevive individualmente a la muerte. Durante su existencia y el tiempo de su estancia en el cuerpo material, ha sufrido un cambio; ha experimentado una evolución energética y sólo sobrevive como parte de las fuerzas cósmicas del universo; no sobrevive como vida individual. La supervivencia de las criaturas mortales está basada enteramente en la evolución de un alma inmortal dentro de la mente mortal. (LU 36:6.5)
Nota: Al no tener alma, un animal no puede sobrevivir después de la muerte.
«Cuanto más elevada sea la mente universal asociada a cualquier fenómeno del universo, a los tipos inferiores de mente más difícil les resultará descubrirla. Puesto que la mente del mecanismo del universo es una mente-espíritu creativa (la mente misma del Infinito), nunca puede ser descubierta ni discernida por las mentes de los niveles inferiores del universo, y mucho menos por la mente más humilde de todas, la mente humana. Aunque la mente animal evolutiva busca a Dios de manera natural, a solas y por sí misma no conoce inherentemente a Dios.» (LU 42:11.8)
Nota: Creo que la mente animal en evolución de la que nos habla el autor (aquí un Mensajero Poderoso) es la mente material humana que sólo puede conocer a Dios con la ayuda del Ajustador, los serafines guardianes, de el Espíritu de la Verdad, etc.
Por otra parte, en un mundo evolutivo medio, los siete espíritus ayudantes están mucho mejor sincronizados con las etapas progresivas del desarrollo animal de lo que lo estuvieron en Urantia. Para ponerse en contacto con la mente evolutiva de los organismos de Urantia, los ayudantes experimentaron las dificultades más grandes que han tenido nunca, con una sola excepción, en toda su actividad en todo el universo de Nebadon. En este mundo se desarrollaron muchas formas de fenómenos límites —de combinaciones confusas de reacciones orgánicas de tipo maquinal no enseñable y de tipo no maquinal enseñable. (LU 65:7.4)
Nota: Aquí hay un dato que muchas veces pasa desapercibido, las combinaciones confusas a las que aquí se alude son del tipo que se desarrollaron en la época de los humanos primitivos durante un período de recesión evolutiva, donde algunos de ellos se cruzaron con animales, produciendo estas combinaciones confusas. de reacciones orgánicas.
La adquisición del potencial de la capacidad para aprender por experiencia señala el comienzo del funcionamiento de los espíritus ayudantes, una actividad que ejercen desde las mentes más inferiores de los seres primitivos e invisibles, hasta los tipos superiores en la escala evolutiva de los seres humanos. Los ayudantes son la fuente y el modelo del comportamiento y de las rápidas reacciones que tiene la mente hacia el entorno material, un comportamiento por lo demás más o menos misterioso, y unas reacciones no comprendidas por completo. Estas influencias fieles y siempre seguras tienen que aportar largo tiempo su ministerio preliminar antes de que la mente animal alcance los niveles humanos de receptividad espiritual. (LU 65:7.6)
Nota: Al parecer el proceso del viaje de la mente animal a la mente humana, si es rápido en el trayecto mismo (ver el destino de Andon y Fanta en relación con sus padres directos, que siguieron siendo animales), es relativamente largo en términos de la cantidad de esfuerzo que las mentes ayudantes deben dar en su ministerio previo en la mente animal.
El factor individual más importante en la evolución de la sociedad humana fue probablemente soñar con fantasmas. Aunque la mayoría de los sueños inquietaba profundamente a la mente primitiva, soñar con fantasmas aterrorizó realmente a los hombres primitivos, y estos soñadores supersticiosos se echaron los unos en brazos de los otros dispuestos a asociarse en serio para protegerse mutuamente contra los peligros imaginarios, vagos e invisibles, del mundo de los espíritus. Soñar con fantasmas fue una de las primeras diferencias que aparecieron entre la mente animal y la mente humana. Los animales no se imaginan la supervivencia después de la muerte. (LU 68:3.2)
Nota: Si, como los humanos, los animales tienen sueños, sus mentes no los transforman en fantasmas. De ahí la diferencia con la mente humana primitiva.
El miedo prerreligioso inicial del hombre a las fuerzas de la naturaleza se volvió gradualmente religioso a medida que la naturaleza fue personalizada, convertida en espíritu y finalmente deificada en la conciencia humana. La religión de tipo primitivo fue por tanto una consecuencia biológica natural de la inercia psicológica de la mente animal en evolución, después de que esta mente hubo albergado por primera vez el concepto de lo sobrenatural. (LU 86:0.2)
Nota: En su mayor parte, estos conceptos de lo sobrenatural han tenido lugar en la memoria de los sueños.
«Las perplejidades religiosas son inevitables; no puede existir ningún crecimiento sin conflicto psíquico y sin agitación espiritual. La organización de un modelo filosófico de vida ocasiona una conmoción considerable en el terreno filosófico de la mente. La lealtad hacia lo grande, lo bueno, lo verdadero y lo noble no se ejerce sin lucha. La clarificación de la visión espiritual y el realce de la perspicacia cósmica van acompañados de esfuerzo. Y el intelecto humano protesta cuando se le quita el sustento de las energías no espirituales de la existencia temporal. La mente indolente animal se rebela ante el esfuerzo que exige la lucha para resolver los problemas cósmicos.» (LU 100:4.2)
Nota: Es a partir del momento en que la voluntad humana se antepone a la mente animal, que la fidelidad a lo grande, bueno, verdadero y noble se antepone a la indolencia de la mente animal. En cuanto a la lucha en el terreno filosófico, es la vida diaria de todo mortal siempre que quiera hacer de ella una base válida de vida. (LU 101:6.4) “…La sabiduría abarca las ideas formuladas por la memoria protoplásmica en un proceso de nuevas asociaciones y recombinaciones; este fenómeno diferencia la mente humana de la mente simplemente animal. Los animales tienen conocimiento, pero sólo el hombre tiene capacidad de sabiduría. La verdad se hace accesible al individuo sabio mediante el otorgamiento a dicha mente de los Espíritus del Padre y de los Hijos, el Ajustador del Pensamiento y el Espíritu de la Verdad. »
Nota: Aquí la verdad se hace accesible no sólo a través del Espíritu de la Verdad del Padre y de los Hijos Creadores, sino también a través de los Ajustadores del Pensamiento y los Espíritus de otros Hijos, como los Daynals, que son los Hijos Maestros de la Trinidad, y los Avonales, los Hijos Magisteriales.
«Cuando un ser moral escoge ser desinteresado al enfrentarse con el impulso de ser egoísta, lleva a cabo una experiencia religiosa primitiva. Ningún animal puede hacer esta elección; esta decisión es a la vez humana y religiosa. Abarca el hecho de la conciencia de Dios y manifiesta el impulso hacia el servicio social, la base de la fraternidad de los hombres. Cuando la mente escoge, mediante un acto de libre albedrío, un juicio moral justo, esta decisión constituye una experiencia religiosa.» (LU 103:2.8)
Nota: Un acto altruista de este tipo se considera aquí una experiencia religiosa primitiva. Sin duda hay muchos otros, pero el autor, un Melquisedec, eligió este ejemplo, sin duda para hacernos sentir nuestro nivel primitivo, porque este acto de altruismo realizado ante un incentivo egoísta, no es fácil de realizar para un primer paso religioso. .
«Algunas presentaciones súbitas de pensamientos, conclusiones y otras imágenes mentales son a veces la obra directa o indirecta del Ajustador; pero se trata, mucho más a menudo, de la aparición repentina en la conciencia de unas ideas que se han agrupado por sí solas en los niveles mentales subconscientes, los sucesos naturales y cotidianos de la función psíquica normal y ordinaria inherente a los circuitos de la mente animal en evolución. (A diferencia de estas emanaciones subconscientes, las revelaciones del Ajustador aparecen a través del ámbito de la superconciencia.)» (LU 110:4.3)
Nota: Los mortales suelen tener la costumbre de confundir el subconsciente con el superconsciente. El Libro de Urantia nos ofrece la explicación más racional posible.
Pero en la gran mayoría de los urantianos, el Ajustador debe esperar pacientemente la llegada de la liberación por medio de la muerte; debe esperar que el alma emergente se libere de la dominación casi completa de los modelos energéticos y de las fuerzas químicas inherentes a vuestra orden material de existencia. La principal dificultad que experimentáis para poneros en contacto con vuestro Ajustador consiste en esta misma naturaleza material inherente. Hay tan pocos mortales que sean verdaderos pensadores; no desarrolláis ni disciplináis espiritualmente vuestra mente hasta el punto de establecer una conexión favorable con los Ajustadores divinos. La mente humana hace casi oídos sordos a las súplicas espirituales que el Ajustador traduce de los múltiples mensajes de las transmisiones universales de amor procedentes del Padre de las misericordias. Al Ajustador le resulta casi imposible registrar estas directrices espirituales inspiradoras en una mente animal tan completamente dominada por las fuerzas químicas y eléctricas inherentes a vuestra naturaleza física. (LU 110:7.6)
Nota: Las transmisiones universales de amor del Padre de las misericordias, es una forma bastante inusual de representar tanto los mensajes como al Padre; el autor, un Mensajero Solitario, sin duda los usa de esta manera, porque debe describir el ministerio del Ajustador, quien (para nosotros los urantianos) tiene la mayor dificultad para eludir nuestras reacciones químicas y eléctricas de nuestra naturaleza física.
«Aparte de los servicios superiores y casi espirituales del intelecto, la mente del hombre sólo sobrepasa el nivel animal en cuestión de grados. Por eso, los animales (que carecen de culto y de sabiduría) no pueden experimentar la superconciencia, la conciencia de la conciencia. La mente animal sólo es consciente del universo objetivo.» (LU 130:4.9)
Nota: Esta es una de las enseñanzas que Jesús le dio a Ganid durante su viaje a Roma. La última frase nos llevaría a admitir que si la mente animal sólo es consciente del universo objetivo, entonces la mente humana también sería consciente del universo subjetivo. La sabiduría consiste entonces en demostrar la objetividad en la subjetividad, que es la toma de conciencia aplicada en la práctica.
«Hijo mío, ya te he hablado mucho de la mente del hombre y del espíritu divino que vive en ella, pero ahora, permíteme recalcar que la conciencia de sí es una realidad. Cuando un animal se vuelve consciente de sí mismo, se convierte en un hombre primitivo. Este logro es el resultado de una coordinación de funciones entre la energía impersonal y la mente que concibe el espíritu; este fenómeno es el que justifica la donación de un punto focal absoluto a la personalidad humana: el espíritu del Padre que está en los cielos.» (LU 133:7.6)
Nota: Este regalo de un punto focal absoluto es el Ajustador del Pensamiento que habita en la mente de cada uno de nosotros; ciertamente, el hombre primitivo no disfruta inmediatamente de este regalo, pero tan pronto como lo solicita, un Ajustador del Pensamiento vendrá a habitar su mente. Leemos en la página 1479: 7: "Una individualidad en evolución comienza a manifestar síntomas que se aproximan a la unidad, y esta unidad se deriva de la presencia interna de un fragmento de unidad absoluta que anima espiritualmente tal mente consciente de origen animal. »
- La comunión humanitaria —el amor. La mente puramente animal puede ser gregaria para protegerse, pero sólo el intelecto habitado por el espíritu es generosamente altruista e incondicionalmente amoroso. (LU 196:3.7)
Nota: El altruismo es supergregario y sólo puede existir mediante la existencia del espíritu que habita nuestra mente.
La moralidad es el terreno preexistente esencial de la conciencia personal de Dios, la comprensión personal de la presencia interior del Ajustador, pero esta moralidad no es el origen de la experiencia religiosa ni de la perspicacia espiritual resultante. La naturaleza moral es superanimal pero subespiritual. La moralidad equivale a reconocer el deber, a comprender la existencia del bien y del mal. La zona moral se interpone entre el tipo de mente animal y el tipo de mente humana, al igual que la morontia desempeña su función entre las esferas materiales y las esferas espirituales que alcanza la personalidad. (LU 196:3.25)
Nota: La zona moral es como morontia, un nivel de etapa esencial antes de llegar al nivel de la mente humana lista para decidir seguir la voluntad divina.
«Cuando las condiciones físicas están maduras, se pueden producir evoluciones mentales repentinas; cuando el estado de la mente es propicio, pueden ocurrir transformaciones espirituales repentinas; cuando los valores espirituales reciben el reconocimiento adecuado, entonces los significados cósmicos se vuelven discernibles, y la personalidad se libera cada vez más de los obstáculos del tiempo y de las limitaciones del espacio.» (LU 65:8.6)
Nota: Lo físico, lo mental y lo espiritual están, en el hombre, mucho más íntimamente ligados de lo que pensamos. Las evoluciones repentinas de la mente son posibles y ocurren. Estas evoluciones repentinas (o progresivas) ocurren en todos los niveles de evolución: material, morontial y espiritual, durante nuestra carrera ascendente. Cabe destacar que la mente nunca deja de progresar, es la técnica experiencial del progreso sin fin. (LU 116:1.5). En el futuro muy lejano de las edades postúltimas, que sin duda serán las de las subabsolutas o incluso las coabsolutas, la mente seguirá progresando siempre.
Chris Ragetly
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