© 2024 François Audet
© 2024 Asociación Urantia de Quebec
Discurso de Bill Sadler sobre El libro de Urantia | Réflectivité — Número 377 — Marzo 2024 | Mi descubrimiento de la adoración |
François Audet
Gatineau
El Libro de Urantia habla a menudo de filosofía, y esto en las cuatro partes del libro. La palabra «filosofía» aparece 369 veces, «filósofo» aparece 64 veces y el adjetivo «filosófico» aparece 123 veces. A modo de comparación, «mota» aparece 40 veces y «conciencia» 474 veces.
Aunque no se puede juzgar la importancia de un concepto por el número de apariciones, a menudo existe una correlación. Para la filosofía, esta importancia queda confirmada por numerosos pasajes. Se nos dice, entre otras cosas, que incluso después de haber llegado al Paraíso, seremos instruidos por los supernafines primarios, maestros de filosofía (LU 27:6.1): «Al lado de la satisfacción suprema de la adoración se encuentra el regocijo de la filosofía. Nunca subiréis tan alto ni avanzaréis tan lejos como para que no queden mil misterios que necesitarán el empleo de la filosofía para intentar solucionarlos.»
Estos supernafines nos ayudarán a pensar la verdad, conceptualizar lo Último y tratar de captar las técnicas de lo Absoluto. (LU 27:6.2): «A los filósofos maestros del Paraíso les encanta guiar la mente de sus habitantes, tanto nativos como ascendentes, en la tarea estimulante de intentar resolver los problemas del universo. Estos maestros superáficos de filosofía son los «sabios del cielo», los seres de sabiduría que utilizan la verdad del conocimiento y los hechos de la experiencia en sus esfuerzos por dominar lo desconocido. Con ellos, el conocimiento llega hasta la verdad y la experiencia asciende hasta la sabiduría. En el Paraíso, las personalidades ascendentes del espacio experimentan la cúspide del ser: tienen el conocimiento; conocen la verdad; pueden filosofar —pensar en la verdad; incluso pueden tratar de abarcar los conceptos del Último e intentar comprender las técnicas de los Absolutos.»
La filosofía juega un papel tan importante que a ella se le dedica un departamento administrativo del sistema local (Filosofía del Gran Universo). (LU 46:6.11).
Es en el tercer mundo de las casas donde emprendemos el estudio de los significados cósmicos, así como para coordinar la mota y la filosofía humana.
«…En este tercer mundo de las mansiones, los supervivientes empiezan realmente su cultura morontial progresiva. El propósito principal de esta educación consiste en aumentar la comprensión de la correlación entre la mota morontial y la lógica de los mortales, la coordinación de la mota morontial con la filosofía humana. Ahora, los mortales supervivientes llegan a comprender bien, en la práctica, la verdadera metafísica. Es la auténtica introducción a la comprensión inteligente de los significados cósmicos y de las interrelaciones universales.» (LU 47:5.3)
Este estudio continúa durante toda la vida morontial. (LU 48:5.6):… «En los mundos de las mansiones, estas escuelas están organizadas en tres grupos generales de cien divisiones cada uno: las escuelas de pensamiento, las escuelas de sentimiento y las escuelas de acción. Cuando llegáis a la constelación se añaden las escuelas de ética, las escuelas de administración y las escuelas de adaptación social. En los mundos sede del universo entraréis en las escuelas de filosofía, de divinidad y de espiritualidad pura».
La filosofía se vuelve cada vez más importante a medida que un planeta evoluciona hacia su destino de luz y vida. (LU 71:7.2): «En el Estado ideal, la educación continúa durante toda la vida, y la filosofía se convierte algunas veces en el objetivo principal de sus ciudadanos. Los ciudadanos de un Estado de bien público semejante buscan la sabiduría para comprender mejor el significado de las relaciones humanas, el sentido de la realidad, la nobleza de los valores, las metas de la vida y las glorias del destino cósmico.»
La educación ha pasado recientemente del control del clero al de los juristas y los hombres de negocios. Con el tiempo deberá ser confiada a los filósofos y a los científicos. Los educadores deben ser unos seres libres, unos auténticos dirigentes, para que la filosofía, la búsqueda de la sabiduría, pueda convertirse en el objetivo principal de la educación. (LU 71:7.4)
La época de la filosofía y de la fraternidad. Cuando los mortales aprenden a pensar y empiezan a beneficiarse de la experiencia, se vuelven filosóficos —empiezan a razonar dentro de sí mismos y a ejercer un juicio discriminatorio. La sociedad de esta época se vuelve ética, y los mortales de una era así se vuelven realmente seres morales. Unos seres morales sabios son capaces de establecer la fraternidad humana en ese mundo en progreso. Los seres éticos y morales pueden aprender a vivir de acuerdo con la regla de oro. (LU 50:5.8)
La filosofía, ayudada por la revelación, juega un papel fundamental de unificación y coordinación entre ciencia y religión. Muchos pasajes del libro nos iluminan sobre este tema:
La razón es la prueba de la ciencia, la fe es la prueba de la religión, la lógica es la prueba de la filosofía, pero la revelación sólo es validada por la experiencia humana. La ciencia proporciona el conocimiento; la religión proporciona la felicidad; la filosofía proporciona la unidad; la revelación confirma la armonía experiencial de este acercamiento trino a la realidad universal. (LU 101:2.8)
Los científicos reúnen los hechos, los filósofos coordinan las ideas, mientras que los profetas ensalzan los ideales. (LU 101:5.9)
En la experiencia humana, la unidad se encuentra mejor a través de la filosofía. Y aunque el conjunto del pensamiento filosófico debe estar basado siempre en los hechos materiales, la perspicacia espiritual humana es el alma y la energía de la verdadera dinámica filosófica. (LU 102:2.6)
Cuando el hombre aborda el estudio y el examen de su universo desde el exterior, da nacimiento a las diversas ciencias físicas; cuando aborda la investigación de sí mismo y del universo desde el interior, da origen a la teología y a la metafísica. El arte posterior de la filosofía se desarrolla en un esfuerzo por armonizar las numerosas discrepancias que al principio están destinadas a aparecer entre los hallazgos y las enseñanzas de estas dos maneras diametralmente opuestas de acercarse al universo de cosas y de seres. (LU 103:6.2)
No se puede construir un concepto filosófico lógico y coherente del universo sobre los postulados del materialismo o del espiritismo, pues estos dos sistemas de pensamiento, cuando se aplican de forma universal, se ven obligados a ver el cosmos de manera deformada, ya que el primero contacta con un universo vuelto desde dentro hacia fuera, y el segundo reconoce la naturaleza de un universo vuelto desde fuera hacia dentro. Así pues, ni la ciencia ni la religión solas, en sí mismas y por sí mismas, nunca podrán esperar conseguir una comprensión adecuada de las verdades y las relaciones universales sin la guía de la filosofía humana y la iluminación de la revelación divina. (LU 103:6.5)
«La unión de la actitud científica y de la perspicacia religiosa, por mediación de la filosofía experiencial, forma parte de la larga experiencia humana de ascensión al Paraíso. Las aproximaciones de las matemáticas y las certezas de la perspicacia necesitarán siempre la función armonizadora de la lógica mental en todos los niveles experienciales inferiores a la máxima consecución del Supremo.» (LU 103:7.4)
¡Esta búsqueda requiere esfuerzo, coraje y honestidad! (LU 101:7.2):… «La validez de las conclusiones filosóficas depende de una manera de pensar aguda, honrada y juiciosa, en unión con la sensibilidad a los significados y la exactitud en la evaluación. Las personas moralmente cobardes nunca consiguen unos niveles elevados de pensamiento filosófico; hace falta valor para meterse en nuevos niveles de experiencia e intentar explorar los terrenos desconocidos de la vida intelectual.»
Además, una filosofía atea o panteísta, que negara la trascendencia de Dios, fuente de toda personalidad, perdería su utilidad. (LU 103:8.6): «La filosofía, para poder prestar el mayor servicio tanto a la ciencia como a la religión, debería evitar los extremos del materialismo y del panteísmo. Sólo una filosofía que reconoce la realidad de la personalidad —la permanencia en presencia del cambio— puede tener un valor moral para el hombre, puede servir de enlace entre las teorías de la ciencia material y las de la religión espiritual. La revelación viene a compensar la fragilidad de la filosofía en evolución.»
El Libro de Urantia nos dice que es importante estar en contacto con otro tipo de experiencias religiosas. (LU 103:1.3): «Aunque vuestra religión es un asunto de experiencia personal, es sumamente importante que lleguéis a conocer una gran cantidad de otras experiencias religiosas (las diversas interpretaciones de otros mortales diferentes) a fin de que podáis impedir que vuestra vida religiosa se vuelva egocéntrica — circunscrita, egoísta e insociable.».
Creo que lo mismo ocurre con los sistemas filosóficos; es importante abordar muchos de ellos con una mente abierta. En el capítulo sobre el filósofo Jaspers,
Jeanne Hersch presenta esta actitud de apertura hacia nosotros como una elección deliberada de apoyo: «Si queremos comprender a un determinado filósofo, es absurdo empezar por rechazarlo. Para comprenderlo, primero debemos aceptar pensar con él, «prestándole» nuestra propia libertad.» (Jeanne Hersch, L’étonnement Philosophique, Gallimard, col. «Folio-Essais», 1993). El Libro de Urantia también nos dice que para conocer a Dios debemos amarlo, y que para amar a los hombres debemos conocerlos (102:111). Esto se aplica particularmente al estudio de un filósofo; Al conocer su vida, su contexto familiar y su época, llegamos a encontrarlo entrañable. Esto nos hace más receptivos a sus pensamientos y dispuestos a seguirlo en su enfoque.
¡Espero haber despertado tu interés por la filosofía! Esta búsqueda de significado y sabiduría es importante para nuestro viaje espiritual. Pero ¿cómo podemos emprender este camino frente a la multitud de sistemas filosóficos? Para limitar nuestras opciones, inicialmente podríamos ceñirnos al estudio de filósofos creyentes cuyas vidas fueran inspiradoras; filósofos que han «pensado sus vidas y vivido sus pensamientos», parafraseando al filósofo francés André Comte-Sponville, y que han desarrollado una filosofía que evita los peligros del materialismo y el panteísmo. Esto es precisamente lo que pretendo hacer con ustedes durante los próximos meses.
Para concluir esta columna, aquí hay algunas sugerencias de lectura para aquellos que quieran aprender sobre filosofía:
Discurso de Bill Sadler sobre El libro de Urantia | Réflectivité — Número 377 — Marzo 2024 | Mi descubrimiento de la adoración |