© 2000 Gaétan Charland
© 2000 Asociación Urantia Internacional (IUA)
La física cuántica, el regocijo y la voluntad del Padre | Journal — Septiembre 2000 — Índice | Capítulo 111 — El Ajustador y El Alma |
Gaétan Charland, Ste. Sophie, Quebec, Canadá
Sí, todos tenemos lo que se necesita para vivir de acuerdo a la voluntad de Dios y haciendolo, nosotros podemos tener la certeza de alcanzar el Paraíso un día cn el futuro eterno. Pero tener todas las cualidades correctas y saber cómo hacer ese largo viaje no es suficiente; tenemos que actuar según nuestras decisiones y esas decisiones deben scr las correctas. La sobrevivencia de nuestra personalidad y la fusión con nuestro ajustador depende de nuestras decisiones, la intención detrás de las decisiones y las acciones que apoyarán esas decisiones. Todas esas decisiones y acciones deben ser motivadas y enriquecidas por nuestra fe. Podemos decir que sin decisiones y acciones no hay progreso espiritual.
¿Estamos haciendo todo lo necesario? ¿Tenemos un plan para lograr nuestras metas espirituales? ¿Sabemos cómo reformar nuestro ser espiritual? ¿Pensamos y vivimos según nuestro deseo espiritual? ¿Expresamos en nuestras intenciones y acciones la voluntad de nuestro Padre divino? Esas son preguntas que nos deben confrontar en nuestra vida diaria. Tenemos que empujarnos más y más adelante en el camino de dominar y trascender nuestra naturaleza animal si queremos responder realmente a la llamada de nuestro obsequio divino, el Monitor Misterioso.
Dios, habiendo mandado al hombre que sea perfecto, así como él es perfecto, ha descendido en forma de Ajustador para tornarse el socio experiencial del hombre en el logro del destino excelso que ha sido asi ordenado. El fragmento de Dios que reside en la mente del hombre es el seguro absoluto y no condicionado de que el hombre puede encontrar al Padre universal en asociación con este Ajustador divino, que vino de Dios para encontrar al hombre y afiliarlo aun en los días de la carne. [LU 107:0.3]
Este mandamiento es el primero en una serie de dos que nos hablan de la voluntad de Dios. El segundo mandamiento nos fue dado por Jesús:
«Y debes cambiar aún más. Deberías convertirte en el apóstol del nuevo mandamiento que os he dado esta noche. Dedica tu vida a enseñar a tus hermanos a amarse los unos a los otros como yo os he amado.» [LU 181:2.4]
A veces nosotros los humanos buscamos una variedad de respuestas y maneras diferentes de realizar la voluntad de Dios, sin embargo tenemos la tendencia a olvidar la mas básica de las acciones, que es realizar lo que mas deseamos, ser como nuestro Padre, en servicio de amor a otros.
A través de todos los capítulos concernientes a los Ajustadores, se nos recuerda constantemente que los Monitores Misteriosos son la voluntad de Dios y que ellos trabajan constantemente para hacernos receptivos a esa voluntad.
Todo mortal que, consciente o inconscientemente, siga la guía de su Ajustador residente vive de acuerdo con la voluntad de Dios. La conciencia de la presencia del Ajustador es conciencia de la presencia de Dios. [LU 107:0.4]
Esas simples verdades y mandamientos debieran ser suficientes para guiarnos al portal de vida eterna. Pero nosotros los humanos a veces requerimos muchos mas hechos, verdades e iluminación para comenzar a progresar en el camino ascendiente hacia la perfección y la divinidad.
Lo primero que leemos en este capitulo es:
Considero el amor y la devoción de un Ajustador del Pensamiento como el afecto más verdaderamente divino en toda la creación. El amor de los Hijos en su ministerio para las razas es extraordinario, pero la devoción de un Ajustador al individuo es conmovedoramente sublime, divinamente semejante al Padre. El Padre del Paraíso aparentemente se ha reservado esta forma de contacto personal con sus criaturas individuales como prerrogativa exclusiva del Creador. No hay nada en todo el universo de universos exactamente comparable al maravilloso ministerio de estas entidades impersonales que tan fascinadoramente residen en los hijos de los planetas evolucionarios. [LU 110:0.2]
La relación de los Ajustadores con los hijos del tiempo es el amor, el amor divino manifestado en todos los días de nuestras vidas, aunque estemos o no conscientes de ello. Los Ajustadores que se ofrecieron a venir y habitar nuestras mentes vinieron con un plan, un plan para una carrera eterna que podemos elegir a seguir o rechazar enteramente. Ellos han invertido probablemente más tiempo y energía formulando un gran diseño para nuestra vida que lo que nosotros nos daremos cuenta jamás aquí en la Tierra. ¿Qué estamos haciendo acerca de ello? ¿Cuánto tiempo y energía estamos preparados a invertir en nuestro plan mortal para unirnos a los esfuerzos de nuestro Guía divino?
¿Cómo podemos saber más acerca de este plan? ¿Qué podemos hacer para aprender más acerca de este diseño magnífico? Hay respuestas en El Libro de Urantia acerca de lo que podemos hacer para ser más receptivos a la dirección de nuestro Ajustador. Esas respuestas quizás pueden o no ser lo que queremos oir o leer; los seres humanos tienden a busca un salida fácil pero en este «propósito» arriba y adentro serían las palabras apropiadas. Veamos lo que podemos o no podemos hacer, para ir mano en mano y mente a mente con nuestro Ajustador.
Pero, cuán cruel manchary de alguna otra manera corromper deliberadamente el cuerpo físico, que debe servir como tabernáculo terrestre de este don maravilloso de Dios. Todo veneno físico atrasa considerablemente los esfuerzos del Ajustador por exaltar la mente material, mientras que los venenos mentales del temor, la ira, la envidia, los celos, las sospechas y la intolerancia del mismo modo interfieren terriblemente con el progreso espiritual del alma evolutiva. [LU 110:1.5]
¿Qué son estos venenos físicos que retardan los esfuerzos del Ajustador para exaltar la mente material? ¡Pueden ser lo que llamamos drogas, alcohol, cigarrillos y ciertas clases de alimentos! Si tenemos realmente un deseo supremo de trabajar mano en mano y mente a mente con nuestro Ajustador, debemos comenzar a buscar maneras de reemplazar o eliminar algunas o todas esas substancias de nuestras vidas. Debemos comenzar adquiriendo algunos hábitos de vida más saludables. Esas mejoras podrían ser ejercicio físico regular o hábitos diferentes de comida. Todos conocemos la expresión «mente sana en cuerpo sano». Aquí toma su medida exacta.
¿Qué vamos a hacer ahora con los venenos mentales? ¿Cómo nos deshacemos de estos rasgos malos de personalidad y carácter? Probablemente una buena dosis de sinceridad y humildad nos ayudaría a mirar en nosotros mismos y a ver quienes somos realmente y lo que podemos hacer acerca de ello. El Libro de Urantia nos dice:
Las llaves del reino de los cielos son: sinceridad, más sinceridad, y más sinceridad. Todos los hombres poseen estas llaves. Los hombres las usan — avanzan en estado espiritualmediante decisiones, más decisiones y más decisiones. La elección moral más elevada es la elección del valor más alto posible, y siempre —en cualquier esfera, en todas ellas— eso consiste en elegir hacer la voluntad de Dios. [LU 39:4.14]
Muy frecuentemente, demasiado frequentemente desfiguráis vuestras mentes con la insinceridady las marchitáis con la maldad; las sometéis a los temores animales y las distorsionáis con ansiedades inútiles. Por lo tanto, aunque la fuente de la mente sea divina, la mente tal como la conocéis en vuestro mundo de ascensión, difícilmente puede llegar a ser objeto de gran admiración, y mucho menos de adoración o culto. La contemplación del inmaduro e inactivo intelecto humano debería llevar tan sólo a reacciones de humildad. [LU 9:5.7]
Podemos ayudarnos rezando todos los días a nuestro Padre pidiendo que nos enseñe a vencer nuestras desventajas humanas. Podemos practicar la meditación como Rodan de Alexandria sugirio a los apóstoles a hacer en vista de los hábitos cotidianos de la vida del Maestro. Podemos tratar de vivir nuestra vida según los preceptos de la filosofía de Rodán. «Donde hay un deseo, hay siempre una manera» — dice el viejo dicho. Si queremos que la relación de nuestro Ajustador con nosotros sea más efectiva, debemos actuar, tomar decisiones y cumplirlas. Debemos morir a nuestras viejas maneras de pensar. Tenemos que encontrar nuevas de aumentar nuestra percepción de la direccion de nuestros Ajustadores. Tenemos que alcanzar hacia arriba tan fuertemente como nuestro Ajustador alcanza hacia abajo.
Si encontramos que tenemos que adquirir más tolerancia, más paciencia o más humildad, entonces nosotros tenemos que orar a Dios a que nos ayude a adquirir esas cualidades, pero en cambio nosotros tenemos que esperar algunas situaciones en la vida donde tendremos que practicar esas mismas cualidades mediante decisiones y práctica. Cuando un culturista de cuerpo quiere obtener mejores y más grandes músculos, él tiene que entrenarse todos los días hasta que logra sus metas deseadas. ¿Por qué debe ser diferente con la mente? Debemos convertirnos en profesionales de la fe. Debemos dar los frutos del espíritu.
La prueba de la fraternidad con el Ajustador divino consiste totalmente en la naturaleza y grado de los frutos del espíritu que rinden en la experiencia vital del creyente. «Por sus frutos los conoceréis». [65.0]
… «porque los frutos del espíritu son el amor, la alegría, la paz, la resignación, la dulzura, la bondad, la fe, la bumildad, y la templaña». Tales mortales que son guiados por el espiritu y están divinamente iluminados, aun cuando caminan por los bajos senderos del sufrimiento y con lealtad humana cumplen con las obligaciones de sus deberes terrenales, han comenzado ya a discernir las luces de la vida eterna que centellean en las lejanas orillas de otro mundo… [LU 34:6.13]
Nuestros Ajustadores nos aman tanto que nunca haran violencia a nuestras mentes tratando de hacernos cambiar nuestros pensamientos. Ellos siempre respetarán nuestra voluntad, aunque signifique nuestra muerte espiritual.
Son persistentes, ingeniosos y perfectos en sus métodos de trabajo, pero jamás actúan violentamente sobre el yo volitivo de su anfitrión. Ningún ser humano será jamás espiritualizado contra su propia voluntad por un Monitor divino; la supervivencia es un don de los Dioses que debe ser deseada por las criaturas del tiempo. [LU 110:2.2]
Aquí hay una palabra que mereció ser acentuada: el deseo. Nuestra relación con nuestro Ajustador debe estar vinculada con el deseo y el amor supremos. ¿Cómo podemos cooperar más con nuestro amigo interior? El Libro de Urantia nos dice que nuestra sobrevivencia no depende tanto de las teorías de nuestras creencias como sobre nuestras decisiones, nuestra determinación la fe constante. El secreto de sobrevivencia está envuelto en nuestro deseo supremo de ser como Dios y estar dispuestos a hacer cualquiera y todas las cosas que son esenciales al logro final de ese deseo superior. Los Ajustadores nunca fallan en sus empresas; ellos son perfectos. Nosotros somos los que les fallamos cuando los privamos de las posibilidades de ganar personalidad a través nuestro.
La magnífica meta de nuestra existencia humana consiste en entonarnos a la divinidad de nuestro Ajustador. Es como escuchar música en la radio. Si queremos oir música clásica, tenemos que sintonizar la radio a la frecuencia correcta. Si no estamos en la frecuencia correcta entonces quizás oiremos todas clases de música menos la que deseamos. Debemos darnos cuenta de que estar sintonizados a nuestro destino divino no significa vivir una vida de auto-tormento y de esclavitud, pero una vida de la alegría, de servicio de amor, y de realizaciones materiales y espirituales.
La cooperación con nuestro Ajustador no es exactamente un proceso consciente. Se basa en su mayor parte en nuestros motivos, nuestras decisiones, nuestras determinaciones fieles y nuestro deseo supremo. Estas actitudes de nuestra mente y voluntad constituyen la verdadera esencia de la cooperación. Se nos dice que podemos aumentar conscientemente la armonía con el Ajustador mediante:
Si hacemos un esfuerzo verdadero para entender estos principios, entonces estamos en el camino hacia arriba y hacia el interior. Tenemos que aceptar también la idea de que en nuestro esfuerzo para entonarnos con nuestro Ajustador nosotros podemos encontrar dificultades, podemos quedar confundidos, aún a veces desalentados y distraídos, pero esto no significa resistencia a la dirección de nuestro Monitor. Estos problemas connotan a veces falta de cooperación activa y pueden demorar en alguna medida el progreso espiritual. Sólo la resistencia consciente a la dirección del Ajustador puede prevenir la sobrevivencia del alma inmortal.
Se nos dice que los Ajustadores son receptors de corrientes continuas de inteligencia cosmica que vienen sobre los circuitos maestros del tiempo y el espacio. Pero toda esta magnífica riqueza de sabiduría y verdad se pierde en nuestras mentes a causa de nuestra falta de naturaleza comun y la ausencia del reconocimiento sensible. Esto nos dice mucho acerca de la diferencia entre nosotros y nuestros Ajustadores. Cuanto más logramos progresión de espíritu, más el Ajustador es capaz de comunicarnos estas verdades espirituales. Es como escuchar un radio en la banda AM cuando tenemos que sintonizar en la FM. Es una cuestión de armonía entre nuestro ser físico, nuestra mente y nuestro espíritu.
El Ajustador esta comprometido en un esfuerzo constante de espiritualizar nuestra mente en orden a evolucionar nuestra alma morontial. Al hacer este trabajo magnífico quizás puedan venir a nuestra mente que algunas visiones, pensamientos o conceptos mentales. Estos paquetes de actividades no son siempre el trabajo de los Ajustadores, y debemos ser muy cuidadosos en tratar de interpretarlos. Probablemente deben ser relegados mejor al trabajo de nuestra propia mente subconsciente. Tenemos que confiar en nuestro Ajustador en todas las cuestiones de la mente más allá del nivel muerto de la consciencia. A debido tiempo, si no en este mundo entonces en los mundos de las mansiones, ellos darán debida cuenta de sus ministraciones. Ellos resucitarán cada tesoro digno de la mente mortal.
Los Ajustadores en su trabajo de espiritualizar nuestra mente utilizan muchos métodos de contacto con nuestra superconsciencia. En nuestro esfuerzo de tratar de conversar con nuestro Ajustador a veces creemos que quizás oímos su guía. Ustedes podrán haber oído que alguna persona le ha dicho a usted o a los otros: «Mi Ajustador me lo dijo». «Tengo unos sueños hermosos y creo que mi Ajustador se está comunicando conmigo!» El trabajo del Ajustador no es decirnos que hacer y que no a hacer; su trabajo es mucho más sutil que lo que nos damos cuenta. Tratemos de visualizar la manera en que él quizás trabaje. Imaginémosnos que cuando tenemos una decisión espiritual importante que hacer y pedimos su ayuda, trabajará probablemente como siguiendo el rastro de un perfume muy débil: quizás nos guste lo que olemos o no, dependiendo de nuestra voluntad y deseo de hacer la voluntad de nuestro Padre. Los Ajustadores nunca nos fuerzan su manera acerca de la manera de hacer ciertas cosas. Si él trabajara así, entonces nosotros no tendríamos mérito por nuestras decisiones y acciones. No tendríamos libertad de elección.
En nuestro deseo de ser como nuestro Padre, modificamos la manera en que pensamos, sentimos y vivimos. Nuestra fe aumenta nuestro deseo de hacer su voluntad, de amar y servir a nuestros semejantes. La voluntad de Dios es de la esencia del amor, el perdón y el servicio. Así que cada vez que creemos que debemos imponer en otros lo que creemos es un mensaje de nuestro Ajustador, pensemoslo dos veces y usemos la pequeña sabiduría que tenemos y hagamosnos una pregunta: ¿qué habría hecho Jesús en mi lugar? No nos embarquemos en el camino de interpretación ni tratar de discernir en cada uno de nuestros pensamientos y sueños un mensaje de nuestros Ajustadores. Es un camino demasiado peligroso, y nos puede convertir más en una personalidad desequilibrada que una utilizable.
Se nos dice en El Libro de Urantia, a causa de nuestra herencia animal y nuestras ideas preconcebidas, ha llegado a ser cada vez mas difícil para los Ajustadores autoactuantes de trabajar efectivamente en la mente humana. Por eso debemos tratar de ser más cuidadosos en las interpretaciones de nuestros pensamientos. En nuestros deseos de progresar en nuestro viaje hacia arriba y hacia adentro, se nos dice que estamos al mismo tiempo atravesando los niveles psíquicos de logro de la mente que ayudan a nuestro Monitor Divino a comunicarse mejor con nosotros. Veamos esos niveles.
Al leer la parte del capitulo con respecto a los círculos psíquicos, quien no ha tratado de figurar en cuál el círculo uno esta o ha alcanzado. Probablemente la razón por la que se nos ha dicho de estos círculos es como decirnos un poquito pequeño más del plan maestro para alcanzar perfecta armonía con nuestro Ajustador y la voluntad de Dios. Es como un mapa por el cual quizás trataríamos de mejorarnos. Es una pauta para darnos esperanza mostrandonos el camino a la armonía.
Nuevamente se nos dice que no sólo los logros espirituales son deseables pero también intelectuales así como físicos. Debemos hacer mas que leer la cuarta parte del libro o leer solamente El Libro de Urantia para adquirir una personalidad equilibrada. Necesitamos considerar las necesidades de nuestras dimensiones intelectuales y físicas. Para mejorar nuestro desarrollo intelectual y cultural podríamos leer libros de ciencia, filosofía o historia así podríamos adquirir una mejor comprensión del mundo que nos rodea. Podríamos aprender música y todas clases de artes así podríamos armonizar en la belleza nuestro panorama de la vida y nuestro pensamiento. El saber más sobre la ciencia nos ayudaría a ser más prácticos y abiertos para ver y entender las diferentes expresiones de Dios en el universo material. El saber más acerca de filosofía, nos ayudaría en nuestros esfuerzos para armonizar nuestras fe y nuestras creencias con nuestras nuevas maneras de vivir. También nos ayudaría a entender la importancia de una religión personal en la manera que nos enseña El Libro de Urantia.
Miremos a Jesús. ¿No estaba él siempre ansioso de aprender las maneras del mundo para poder servir mejor a la humanidad? ¿No aprendió él a tocar música, a pintar y a hablar otros idiomas? Jesús nos ha dado todos los ejemplos que necesitaremos jamás; sólo tenemos que seguir nuestros deseos más altos y actuar de acuerdo con ellos.
El logro de los círculos es más como un grado de realización del ser basada en nuestra relación personal con Dios. No hay dos personas idénticas. Quizás tengamos semejantes resultados en el logro final de todos los círculos, pero todos habrán tenido experiencias diferentes para llegar allí. Y esto es lo que nos hace tan únicos frente al Ser Supremo: somos como su receptores de experiencias evolutivas. El siente, vive, ama, sirve y progresa a través de nosotros y con nosotros. El es nuestra relación común de familia en este universo evolutivo; él es el que nos hace a todos parte de la misma familia. Formamos parte de su mente. Cada uno de nosotros somos una pequeña célula de la expresión infinita de su personalidad.
El día que nosotros realicemos completamente la expresión de personalidad del Ser Supremo a través nuestro, entonces en ese día estaremos en armonía perfecta con la voluntad de Dios y en sincronicidad de propósito con nuestro Ajustador. Ese acontecimiento marcará nuestra entrada en el primer círculo y nos guiara a nuestra fusión predestinada con el fragmento infinito de Dios el Padre. Daremos expresión de ese obsequio a través de nuestra exaltada personalidad y nuestra dedicación sin reservas a hacer la voluntad de nuestro Padre
Tenemos que trabajar constantemente cada día con el objeto de progresar en nuestro deseo supremo de ser tan perfectos como es nuestro Padre, a ascender los círculos uno por uno hasta el día en que nos unamos con nuestro Ajustador y escuchemos esa voz divina que nos dirá: «Bien hecho, sirviente bueno y fiel; has sido fiel sobre unos pocos esenciales; serás hecho gobernante sobre realidades universales».
La conquista de estos niveles de evolución cósmica se refleja en tres maneras:
1. Sincronización con el Ajustador. La mente que se torna cada vez más espiritual se acerca a la presencia Ajustadora proporcionalmente al logro de los círculos.
2. Evolución del alma. La emergencia del alma morontial indica el grado y profundidad del dominio de los circulos.
3. Realidad de la personalidad. La conquista de los círculos determina directamente el grado de realidad del yo. Las personas se vuelven más reales a medida que ascienden del séptimo al primer nivel de la existencia mortal. [LU 110:6.8-10]
Se nos dice nuevamente en el párrafo siguiente la importancia de poner en acción nuestros deseos y nuestras decisiones de vivir de acuerdo a la voluntad de Dios quien se manifiesta en la influencia de guía del Monitor Misterioso.
La motivación de la fe hace experiencial la realización plena de la filiación del hombre con Dios, pero la ac c ión, la finalización de las decisiones, es esencial para el logro evolucionario de la conciencia del parentesco progresivo con la ac tualid ad cósmic a del Ser Supremo. En el mundo espiritual la fe transforma los potenciales en actuales, pero los potenciales se vuelven actuales en los reinos finitos del Supremo tan sólo mediante la realización de la experiencia de la elección. Pero elegir hacer la voluntad de Dios une la fe espiritual a las decisiones materiales en la acción de la personalidad y de esta manera provee un fulcro divino y espiritual para el funcionamiento más eficaz de la palanca humana y material del hambre de Dios. Dicha sabia coordinación de fuerzas materiales y espirituales aumenta grandemente tanto la realización cósmica del Supremo como la comprensión morontial de las Deidades del Paraíso. [LU 110:6.17]
Después de haber pasado por los siete círculos requeriremos otro logro espiritual más sublime al adquirir una sintonia final y completa de la voluntad mortal con la voluntad de Dios como es residente en el Ajustador del Pensamiento. Entonces estaremos listos para consumar con nuestro Ajustador la promulgación final de nuestro proposito infinito: la fusión completa de nuestra personalidad con nuestro Ajustador. En este abrazo eterno alcanzaremos el estado de inmortalidad.
Al lograr inmortalidad y la fusión con nuestro Ajustador, ambos nos beneficiaremos con esta unión. El Ajustador ganará estado de personalidad y nosotros ganaremos estado de infinito. Todo lo que es, será nuestro; y el todo que es nuestro, sera suyo. Seremos así como uno. En esta unión nace un ser nuevo. En cierto sentido, este nuevo ser es del pasado eterno y también por el futuro eterno. Y llevará la eternidad para que nosotros logremos el potencial completo de este obsequio eterno del Monitor Misterioso.
En conclusion de todo que se expresó en tantas palabras, debemos recordar esta sencilla verdad: la intención de propósito es equivalente a nuestro estado de sobrevivencia.
Aunque los círulos cósmicos del crecimiento de la personalidad deben ser alcanzados finalmente, si los accidentes del tiempo y las dificultades de la existencia material os previenen, sin culpa vuestra, de lograr estos niveles en vuestro planeta nativo, si vuestras intenciones y deseos son de valor de supervivencia, se emitirán decretos de extensión del período de prueba. Se os permitirá tiempo adicional para que os probéis. [LU 112:5.6]
Y no es tanto lo que la mente comprende, sino más bien lo que desea comprender, aquello que asegura la supervivencia; no es tanto cómo es la ente, sino cómo está tratando de ser la mente lo que constituye la identificación espiritual. No es tanto que el hombre esté consciente de Dios cuanto que el hombre anbele a Dios lo que resulta en la ascensión en el universo. Lo que eres hoy no es tan importante como lo que llegues a ser día a día y en la eternidad. [1216.6-1217:0]
La física cuántica, el regocijo y la voluntad del Padre | Journal — Septiembre 2000 — Índice | Capítulo 111 — El Ajustador y El Alma |