© 2009 Hélène Guisan
© 2009 Association Francophone des Lecteurs du Livre d'Urantia
“Oh alegría incontenible que quiere brotar y extenderse como una risa bienaventurada, estallido de savia, exaltación de un río, clamor de aleluya:
“Soy mi alegría, gran océano, demasiado lleno de eternidad, que mana y fluye inagotablemente desde el seno de mi infinidad.
“Soy la copa que fluye, infundida con luz, que estalla en eternos asfódelos de claridad.
“Soy el inmenso y tranquilo oleaje del amor, moviéndose dentro de sí mismo, del cual la vida manará como agua soberana.
“Como un cisne en expansión que se eleva hacia el amanecer en un largo estallido de blancura espumosa, del desbordamiento del amor, del influjo de la luz, surge el himno de alegría, floreciendo, en el espacio eterno, y digo:
“Que haya hombre, que el hombre baile en mi alegría, siempre a mi alrededor, como la espuma blanca alrededor de las playas futuras, como el polvo de las esferas doradas que nacen y pasan por los cielos. »
“Y le dije al hombre: “Crearás desde el derramamiento del espíritu para conocerte a ti mismo desde el derramamiento de la luz. »
“Y le dije a la mujer: “Crearás desde el derramamiento de tu corazón para conocerte desde el derramamiento de amor. »
“Y les dije a ambos: “Crearás en el misterio tere y expectación de la sonrisa infantil de tu alegría, como yo te creo, amado mío, por la gracia milagrosa de una pura sonrisa humana.
“Formaréis a vuestra imagen breves eternidades para conoceros como reflejos inalterables de mi divinidad.
“Harás de poeta, harás de causa, para comprender acto y causa en tu mimo creativo.
“Y en memoria de mí, y al volver a mí, vuestra misma amargura florecerá en alegría, y se tramará la huida del llanto de vuestros hornos. »
“Poeta, bardo, esperanza de un sueño melodioso, mece tu naturaleza de arcilla y puro espíritu, concede tu murmullo a su oscura expectación que sueña con esplendores encantados con lo inefable, que sueña perderse en el seno de lo inmutable, oh rocas. su confuso deseo onírico.
“Deja que la idea cante, deja que la arcilla se trasluzca, deja que la esencia se encarne para hablar a tus sentidos, como tu Dios se hace carne para llegar a tu corazón.
“Cantarás y la esencia encarnada se hará pulpa y la rosa se llamará belleza en tu amor mudo ante su pureza.
“Cantarás y el mismo silencio deseante, el mismo silencio inefable que colma el alma ofrecida a mi luz lunar –temblorosa milenaria– brotará en el corazón de quienes te escuchen, como una nueva semilla, potencia inmemorial de alegría.
“Cantarás para que, de corazón a corazón, tu alegría rebotante sacuda el universo olvidándose de mi risa, y elevándose al cielo con su alegría joven, estandarte, en el azur, el llamado de mi amor, mientras el antiguo El círculo vuelve a florecer a mi alrededor y baila, una llama floreciente, un halo de mi alegría. »
Hélène Guisan