© 2002 Jeanmarie Chaise
© 2004 Olga López, por la traducción
© 2002 Association Francophone des Lecteurs du Livre d'Urantia
Con la ayuda de las revelaciones de El Libro de Urantia y de los detalles cifrados que nos da, podemos concebir mejor cómo está organizada la creación cósmica de la Deidad. La referencia primera es naturalmente el Paraíso, presentado como el arquetipo de la manifestación calificada de Dios. Por tratarse de la organización funcional del Paraíso, debemos examinar de entrada y únicamente la organización del Alto Paraíso y del Paraíso Periférico (Páginas LU 11:2.9 y LU 11:3.4)
En el corazón del Paraíso se encuentran tres zonas inmensas, de la que la más central se denomina presencia de la Deidad. Esta zona central está rodeada de la segunda zona, denominada Esfera Santísima, reino enteramente espiritual e inaccesible a nuestra comprensión casi totalmente material. Alrededor de estas dos inmensas zonas se extienden siete zonas concéntricas que constituyen el Área Santa. Hay por tanto nueve zonas sucesivas que parten del centro del Paraíso y cuyos atributos son las siguientes, al menos para las cuatro primeras, porque no se nos dice mucho de ellas:
Tras haber subrayado esta laguna evidente en nuestra información, vamos a estudiar ahora la segunda zona del Área Santa, que nos concierne más particularmente a nosotros, los ascendentes de los superuniversos.
Esta segunda zona del Área Santa está reservada en parte a los siete sectores. «Cada uno de estos sectores está exclusivamente dedicado al bienestar y progreso de las personalidades de un solo superuniverso, pero estas instalaciones trascienden de manera casi infinita los requisitos actuales de los siete superuniversos». Entonces, ¿cómo está constituido el sector del Paraíso reservado a los seres provenientes de Orvonton? ¿Cuántos seremos finalmente en este sector? Podemos responder parcialmente a estas preguntas, pero naturalmente siempre quedará una inmensa laguna. Sin embargo, las informaciones seguras que nos han dado nos permiten hacernos ahora una idea de esta inmensidad.
La primera incógnita es el número de individuos que constituyen un grupo, de hecho es la única, pero es importante teniendo en cuenta el número de grupos que pueden incluirse en este sector. Veamos si no:
Mil millones de grupos activos de individuos glorificados constituyen una unidad residencial; así tenemos:
1.000.000.000 | grupo | = 1 unidad residencial. |
1.000 | unidades residenciales | = 1 división |
100.000 | divisiones | = 1 congregación |
10.000.000 | de congregaciones | = 1 asamblea |
1.000.000.000 | de asambleas | = 1 gran unidad |
He aquí una primera pirámide según el sistema decimal. Por tanto, una gran unidad está constituida por:
1.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000, esto es, 1045 grupos activos de individuos glorificados. Pero este sector sólo comprende una gran unidad. En efecto, las grandes unidades se cuentan basadas en el número 7, de modo que:
7 unidades grandes | = 1 unidad maestra, es decir | 7x1045 |
7 unidades maestras | = 1 unidad superior | 49x1045 |
7 unidades superiores | = 1 unidad supersuperior | 343x1045 |
7 unidades súper superiores | = 1 unidad celestial | 2401x1045 |
7 unidades celestes | = 1 unidad supercelestial | 16,807×1045 |
7 unidades supercelestes | = 1 unidad suprema | 117.649x1045 |
7 unidades supremas | = 1 sector | 823,543×1045 |
Así, para los siete sectores de la segunda zona del Área Santa, existe la posibilidad de integrar 5.764.801 x 1045 grupos activos de individuos glorificados, entre los cuales espero que estemos todos nosotros.
En el Paraíso, y en la segunda zona periférica del Área Santa, los grupos activos de individuos glorificados en su sector asignado (en este caso, el sector relacionado con las personalidades ascendentes de un único superuniverso, por ejemplo Orvonton) son del orden de 823.543 seguido por 45 ceros. Para conocer el número de individuos esperados en este sector, seguramente deberíamos añadir algunos ceros más. Lo cuantificable sólo es concebible dentro de unos límites, largamente rebasados aquí.
Este cálculo es comparable a aquel otro que da cuenta del nombre de «áreas históricas reminiscentes del Paraíso periférico». (LU 11:3.2). «Aquí en el Paraíso periférico están las enormes áreas de exhibición histórica y profética asignadas a los Hijos Creadores, dedicadas a los universos locales del tiempo y el espacio. Hay tan sólo siete billones de estas reservaciones históricas ya establecidas o en reserva, pero estas instalaciones, en suma, ocupan solamente alrededor de un cuatro por ciento de esa porción del área periférica así asignada. Inferimos que estas vastas reservas pertenecen a creaciones que, alguna vez han de situarse más allá de las fronteras de los siete superuniversos habitados que se conocen ahora.» (LU 11:4.3)
Ahora bien, «siete universos forman el Gran Universo» (LU 15:2.9), esto es, 7 mil millones de mundos habitados (1 billón = un millón de millones). Por tanto, hay tantos emplazamientos previstos como planetas previsibles en los siete superuniversos. Cada planeta tiene por tanto su emplazamiento reservado. Estamos alojados por tanto en este sector del Área Santa, en una morada paradisíaca como ascendentes procedentes de Urantia.
Podemos por tanto establecer que si el 96% de estos emplazamientos están aún por ocupar, entonces el 96% de los mundos habitados por venir serán creados en los cuatro círculos exteriores actuales de agregados de materia. Esto nos da:
7:4 x 96 = 168 billones de mundos futuros exteriores en el gran universo. Esto es, alrededor de 175 billones de mundos para el Universo Maestro.
El Gran Universo representa entonces 1/24 parte de los mundos habitados del Universo Maestro. Pero debemos pensar que no tenemos datos suficientes para acercarnos a una de las realidades efectivas del proyecto divino real.
Estas estimaciones son por otro lado comparables a lo que se nos indica en LU 12:3.7 en lo que respecta a la gravedad física universal en relación a los investigadores expertos de Uversa. Se nos dice: «Estos cálculos indican que la acción total de la gravedad en el gran universo es una porción muy pequeña de la atracción de gravedad estimada del Paraíso, computada en base a la respuesta gravitacional de las unidades físicas básicas de la materia del universo. Estos investigadores llegan a la pasmosa conclusión de que el universo central y los siete superuniversos que lo rodean están presentemente haciendo uso de aproximadamente un cinco por ciento de la función activa de la atracción de la gravedad absoluta del Paraíso. En otras palabras: en este momento, alrededor del noventa y cinco por ciento de la acción de la gravedad cósmica activa de la Isla del Paraíso, computada sobre la base de esta teoría de totalidad, está dedicada a controlar sistemas materiales mas allá de las fronteras de los actuales universos organizados». Estamos aquí en el mismo orden de inmensidad que en los cálculos anteriores, y el 1% de diferencia puede explicarse fácilmente por los márgenes de error y por el hecho que no se aplican del todo a los mismos datos. Por otro lado se nos indica del mismo modo que «Todos estos cálculos se refieren a la gravedad absoluta; la gravedad lineal es un fenómeno interactivo que se puede computar sólo si se conoce la verdadera gravedad del Paraíso». Y esta gravedad no parecen conocerla totalmente los investigadores de Uversa.
Lo que es válido para la gravedad física parece serlo también para la gravedad mental y espiritual. Para esta última parece, en efecto, que sea totalizable. Nos enseñan que «estos investigadores han explorado la capacidad actual de reacción de la gravedad espiritual y, con la cooperación de los Mensajeros Solitarios y de otras personalidades espirituales, han llegado al total de la gravedad espiritual activa de la Segunda Fuente y Centro. Es ilustrativo el mencionar que encuentran aproximadamente el mismo valor para la presencia real y funcional de la gravedad del espíritu en el gran universo que postulan para el presente total de la gravedad activa espiritual. Dicho de otro modo: en este momento, prácticamente toda la gravedad espiritual del Hijo Eterno, computada sobre la base de esta teoría de totalidad, puede ser observada funcionando en el gran universo. Si estos descubrimientos son confiables, podemos concluir que los universos que ahora evolucionan en el espacio exterior son en este momento, completamente no espirituales. Y si esto es cierto, explicaría satisfactoriamente por qué los seres dotados de espíritu poseen tan poca o ninguna información acerca de estas vastas manifestaciones de energía, aparte de conocer el hecho de su existencia física». (LU 12:3.9)
Así, la totalidad de la gravedad espiritual está actualmente acaparada por el Gran Universo, pero no sucede lo mismo con la gravedad mental. Al menos eso deducen los mismos investigadores en su mencionada encuesta. «Estos investigadores deducen que alrededor del ochenta y cinco por ciento de la respuesta de la gravedad mental a la atracción intelectual del Actor Conjunto se origina en el gran universo existente. Esto sugeriría la posibilidad de que haya participación de actividades mentales relacionadas con las actividades físicas observables actualmente en progreso en todos los dominios del espacio exterior».
Respecto a nosotros, podemos deducir de todo esto que el conjunto de la creación está sujeto a numerosas estimaciones, números referentes a los tres dominios físico, mental y espiritual, que se presentan bajo la misma forma en virtud de una teoría de la totalidad que, por otro lado, no nos ha sido desvelada.