© 2000 Jeffrey Wattles
© 2000 Asociación Urantia Internacional (IUA)
Vosotros decís: «La Revelación de la Quinta Época» | Journal — Diciembre 2000 — Índice | La importancia de la adoración y la oración |
Jeffrey Wattles
Stowe, Ohio, USA
El capítulo 195 da claras instrucciones para la reorganización del mundo. Primero, nuevos maestros de la religión de Jesús, exclusivamente devotos a la regeneración espiritual de la humanidad, habrán de disparar un renacimiento espiritual; entonces surgirán líderes para la reestructuración social, económica, y política. Así, mientras muchos de nosotros debemos perseguir oportunidades para compartir ideas en una variedad de tópicos con individuos selectos que están listos para usarlas, la prioridad número uno en términos de enseñanza para la mayoría de nosotros será llevar un mensaje espiritual.
¿Qué mensaje habremos de llevar? La respuesta no es tan obvia como parece, porque el mensaje se adapta a las necesidades presentes en un momento dado en el tiempo. Se nos ha dicho que para cada generación el Espíritu de la Verdad declara nuevamente el mensaje de Jesús a fin de responder a las siempre nuevas y cambiantes dificultades espirituales del hombre [LU 194:2.1]. ¿Cuáles son esas dificultades, y cómo está el Espíritu de Verdad redeclarando el mensaje hoy en día? Yo sólo tengo los comienzos de una respuesta, pero creo que podemos aprender mucho acerca de las actuales necesidades a partir del libro mismo.
Es fácil hacer una lista de los problemas que la gente enfrenta hoy en día. Lleva trabajo el discernir las dificultades espirituales implícitas en tales problemas y pensar en sendas que conecten esas dificultades espirituales con las enseñanzas de Jesús.
Aquí está un método para actualizar el mensaje espiritual.
A partir de este momento me enfocaré en cómo El Libro de Urantia nos ayuda a discernir las dificultades espirituales contemporáneas.
Nota que no puedes estimar cuán preciso eres en discernir las necesidades espirituales por el aparente éxito de tu mensaje. La parábola del sembrador ilustra este punto. Aquellas cosas que la gente quiere, a las que responde —y las que compra—, pueden o no ser las que en realidad necesita. En el día de Pentecostés y después, Pedro proclamó la resurrección del Salvador crucificado y ganó miles de almas para el evangelio erróneo; pero el colegio de la religión revelada, durante los primeros milenios del séquito del Príncipe Planetario, seleccionó el mensaje central que era necesario y adecuado para el paciente trabajo de sustituir el temor a los fantasmas, por el temor al Creador y proclamar el evangelio de iniciativa individual.
Hay dificultades espirituales en los problemas sociales, económicos y políticos. En la sección titulada «La edad postautootorgadora en Urantia» se nos dice que la realización de la hermandad social depende de varias transformaciones personales y ajustes planetarios en fraternidad social, fertilización intelectual cruzada, despertar ético, sabiduría política y discernimiento espiritual. (LU 52:6.1-8). En particular, la hermandad social está impedida debido a ignorancia, falta de interacción, e impaciencia. ¿Responde el mensaje de Jesús a estos problemas? Por supuesto que lo hace. Cuando ves ignorancia, falta de interacción, e impaciencia en ti mismo y en otros, puedes orar por cooperar mientras el Espíritu de la Verdad ministra para el problema aprontando socialización y visión de largo alcance del futuro del reino del cielo.
Otro problema social, político y económico es que los que no tienen capital aún esperan que los que sí lo tienen les den de comer [LU 52:6.1]. Nota que hay una dificultad espiritual implícita allí. Jesús nos encontraría gente de fe radiante y alma vigorizante si tuviéramos la capacidad para resolver nuestros propios problemas. Unas cuantas generaciones atrás, el vigor de la vida y enseñanzas de Jesús era mucho más ampliamente reconocido que hoy. Nuestro trabajo ha sido ya claramente definido para nosotros. Una de las dificultades espirituales de hoy día es que la gente carece de contacto con maestros religiosos de fe vigorizante.
Si carecemos de una visión de igualdad espiritual que abrace a hombres y mujeres de todas las razas, estamos imposibilitados para lidiar con las complementariedades y diferencias entre grupos de gente, y forzamos el mensaje de igualdad a través de canales de ciencia política politizada y a través de la retórica de la diversidad que mezcla preocupaciones éticas legítimas con negativas a enfrentar los hechos.
El mundo moderno necesita liderazgo y trabajo en equipo; pero el liderazgo es un ejercicio de amor paterno, y el trabajo en equipo es un ejercicio de amor filial, y ambos están retratados en las beatitudes de Jesús. La familia moderna se está tambaleando, pero la proclamación de la familia universal ayudará más de lo que nos podemos imaginar.
Enfrentamos el reto de una población que envejece, pero que no necesita ni negligencia ni lástima. Jesús mostró que la forma en que morimos puede traer a otros al reino.
Enfrentamos problemas éticos hoy en día. Nuestra sociedad se tambalea bajo el yugo de tolerar una ciencia sin idealismo, una política sin principios, una riqueza sin trabajo, un placer sin límites, un conocimiento sin carácter, un poder sin conciencia y una industria sin moralidad [LU 195:10.20]. Y nuestra generación ha venido con nuevas clases de conductas intolerables. Debemos aprender el sabio, constructivo, y efectivo ejercicio de la tolerancia.
Los problemas éticos y morales tienen raíces filosóficas y espirituales. La sofistería prospera en el presente clima de relativismo — la creencia de que en cuestiones difíciles no hay una verdad discernible, sino sólo opiniones. Tú tienes tu propia opinión y yo tengo la mía, y así cada quién debe ser libre de actuar de acuerdo a su propia visión de las cosas… Hoy día vemos la promulgación agresiva y bien financiada de locuras descaradas asociadas con inteligentes argumentos que levantan difíciles preguntas para aquellos quienes tienen la responsabilidad de defender el camino de la sabiduría. Es más fácil atacar que defender, y todos tenemos limites en nuestra habilidad para probar un punto. Por ello, hay necesidad de contar con especialistas en varias áreas que sean expertos en conducir las incesantes exposiciones de los sofistas.
La sociedad se tambalea bajo la culpa de tolerar conductas seriamente dañinas, en parte debido a la confusión acerca del amor y la piedad necesarios al enfrentar tales conductas. Hay una muy pobre enseñanza religiosa alrededor de la palabra de Jesús: «No juzgaras». Hay una falta de claridad intelectual para trazar distinciones, y también falta de coraje moral para expresar las propias opiniones en cuestiones de nuestro dominio o área de conocimiento y habilidades.
El mensaje central de Jesús no se ha vuelto obsoleto como resultado de los desarrollos desde los tiempos de la aparición de los capítulos Urantia. En la escena contemporánea, desde mi limitada perspectiva, las religiones planetarias ponen creciente énfasis en doctrinas conservadoras, el ritual y el involucramiento político. El Judaísmo no se ha recuperado del holocausto, el islamismo apenas está lentamente desarrollando opciones liberales. El paganismo está al alza y las bahías sin Dios del budismo atraen a buscadores de la verdad hoy en día. El misticismo y la creencia en la re-encarnación prevalecen en las religiones de la así llamada Nueva Era.
Casi el 60% de los científicos son ateos, y los líderes teológicos que trabajan para integrar ciencia y religión están abandonando la promesa de la vida eterna. «La Paternidad de Dios y la hermandad de los hombres» ya no es más un slogan popular. Muchos liberales han sido persuadidos por la estafa diabólica de que proclamar la Paternidad de Dios es injusto para las mujeres. Muchos conservadores les preocupa que la proclamación de la hermandad de los hombres comprometa la importancia de la fe salvadora. Muchos hombres y mujeres están profundamente necesitados de escuchar acerca del amor materno de Dios.
Habremos de ministrar a las necesidades espirituales involucradas en tales preocupaciones. En una civilización hipersensitiva hacia las implicaciones reales o imaginarias del lenguaje, habremos de hablar y vivir de una forma liberada para liberar a los prisioneros de «la cultura de la crítica y la sospecha». Hablaremos audazmente de Dios bajo el nombre de nuestra elección, mientras mantenemos y respetamos la libertad de cada persona para escoger el nombre que mejor simbolice su propia relación espiritual con la Deidad. Al enseñar sobre la familia universal de Dios, a veces usaremos terminología tradicional y otras veces nuevas terminologías. Como estudiantes de una revelación compleja, venceremos la tentación de sobre-analizar la verdad, o quedar paralizados esperando por alguien más para que venga con la claridad y el coraje necesarios para ministrar simplicidad de evangelio a una cultura en crisis. El hablar de forma auto-conciente, teológicamente agobiante y apologética no es en absoluto proclamar. Habremos de encontrar la sabiduría, paciencia y tenacidad espiritual para persistir con este evangelio. Al menos podemos orar para que así sea.
Les pedí a los estudiantes de mi clase de religión mundial, que desarrollaran un proyecto; durante una unidad acerca de budismo que duró dos semanas les solicite que practicaran compasión para con todos los seres y que seleccionaran pasajes de los escritos budistas que les sirvieran para escribir un discurso breve y elevador del ánimo. Debían tener en mente un grupo particular de personas a quienes quisieran dirigirlo, y debían tener presente su mejor entendimiento de las dificultades que su grupo seleccionado está enfrentando. Aquí están algunos de los retos espirituales identificados por ellos:
Pregúntate tú mismo ahora: ¿Cuáles son las sendas de entendimiento amante y proclamación piadosa a través de los cuales el Espíritu de la Verdad está ministrando para estas necesidades? ¿Qué significados en el concepto de la Paternidad de Dios son relevantes? La enseñanza de Jesús sobre la Paternidad de Dios enfatizó la proximidad, la posibilidad de experimentar a nuestro Padre. Incluso la revelación del espíritu residente frecuentemente lleva en términos prácticos a la certeza de que podemos experimentar a Dios. ¿Qué significados en el concepto de la hermandad de los hombres son relevantes? Uno de los más importantes significados es que habemos una red mundial de gente amante quienes nos preocupamos y a quienes nos importa. Y por supuesto hay muchas enseñanzas adicionales a estos conceptos centrales del evangelio.
Desearía tener oportunidad de relatar las muchas esperanzadoras historias que surgieron mientras estos estudiantes llevaron adelante el vivir en compasión para todos los seres. He aquí sólo una muestra: «Me desvié de mi camino para consolarle y darle cariño [a una hermana estudiante quien se había venido a vivir a nuestra casa y estaba muy distante hacia el resto de nosotras y algo condescendiente] como si fuese una de mis mejores amigas. No le llevó mucho reaccionar. Este fin de semana nos preparó galletas y las dejó en la cocina para que las comiéramos».
Éstos no son estudiantes de ElLibro de Urantia. Son hombres y mujeres promedio, la mayoría de menos de veinte años de edad, enrolados en una gran universidad estatal. Mientras más pido a la gente que ponga en práctica métodos de enseñanza revelados, mejores son los resultados que veo. (Si deseas ver más de lo que estamos haciendo, ve a http://webct.kent. edu/ Luego oprime el botón «Course Offerings», Spring 2000, PHIL 21020 — Comparative Religious Thought I, y entra usando las letras «JHW» como tu «login» y «guest» como tu contraseña.)
Jesús enseñó que [l]a predicación persistente de este evangelio del reino traerá algún día una nueva e increíble liberación, libertad intelectual y libertad religiosa [LU 178:1.9]. He escuchado a prominentes líderes negar que la predicación es un medio válido de comunicación para con los lectores hoy en día. Yo solía mantener correspondencia con gente de la India quienes salían en bicicleta con sus familias los domingos por la tarde, visitando gentes en villas vecinas para llevarles el mensaje del evangelio. Donde el deseo es supremo, la gente encuentra caminos. Donde el deseo no es supremo, las dificultades son abrumadoras. Mientras soñamos en ministrar a las necesidades espirituales de otros no dejemos de enfrentar las propias. Mientras aguardamos la llegada del nuevo y más grande Juan Bautista para liderarnos y mientras esperamos a un nuevo y más grande Gautama para volver a despertar a la India, ¿por qué cada uno de nosotros no busca ser la nueva Debora o el nuevo Malaquías o Habacuc? Profetas vivientes. ¡Vamos adelante, vamos por ello!
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