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Existe en la mente de DIOS un plan divino y eterno que involucra a cada una de las criaturas de sus inmensos dominios, y cuyo propósito principal es de un ALTO NIVEL ESPIRITUAL, un propósito eterno de oportunidades ilimitadas, de progreso sin límites, y el de una vida eterna sin fin. (LU 32:5.7)
Pero a nosotros como criaturas finitas se nos dificulta captar la idea de un PL AN DIVINO Y ETERNO en el cual estamos directamente involucrados, ya que por nuestro estado material y temporal ignoramos por completo que cada uno de nos otros somos directamente responsables de NUESTRO PROPIO DESTINO ETERNO Y DIVINO. Somos virtualmente incapaces de comprender el propósito eterno que tiene el DIOS eterno para con todos sus hijos. Pareciera que nuestra existencia solo abarca un tramo de tiempo aislado y todo lo que conocemos tiene un principio y un fin; ignoramos por completo que los acontecimientos del tiempo y las luchas de la existencia material no son otra cosa más que el andamio transitorio que nos conduce hacia el otro lado del puente, hacia la tierra prometida de la realidad espiritual y de la existencia eterna.
El hombre, por el escaso conocimiento que tiene sobre su potencial destino eterno, únicamente piensa dentro de un marco conceptual finito y es incapaz de visualizar otros marcos conceptuales más elevados de realidad universal dentro de los cuales tenga cabida el pensamiento de la eternidad (pág.1260.3). Para facilitar la comprensión de lo anterior, es necesario que la mente evolutiva del hombre comprenda la existencia de los diversos niveles de realidad universal que integran el «gran universo». A estos niveles de realidad universal se les conoce con el nombre de: (LU 115:1.3)
NIVEL FINITO: los reinos de lo finito existen en virtud del propósito eterno de DIOS de traer a la existencia a criaturas finitas (los mortales evolutivos del tiempo y del espacio), criaturas ascendentes con potencial de vida eterna.
NIVEL ABSONITO: Este nivel de realidad universal existe por el propósito altamente espiritual del padre universal, y en el cual se encuentran involucradas las criaturas de origen espiritual ( personalid a d es superhumanas) y las criaturas finitas que logren la sobrevivencia de su alma mortal. En este punto es importante destacar que ambas criaturas, mortales y espirituales, tienen el mismo grado de potencialidad eterna y las mismas posibilidades de llegar ante la presencia del PADREUNIVERSAL.
NIVEL ABSOLUTO: Este nivel de PERFECCION ABSOLUTA está ubicado en LA ISLAETERNA DEL PARAISO; la cual es el centro de toda la creación y la morada del PADRE UNIVERSAL y de las DEIDADES DIVINAS, así como también el destino final de los seres espirituales y de las criaturas finitas que alcancen la sobrevivencia de su ALMA MORTAL.
Estos tres niveles de realidad universal son parte de un GIGANTESTO PLAN DE PERFECCION DIVINA, un plan de logro espiritual que va a permitir elevar a las criaturas materiales del tiempo a la perfección de la eternidad. Un plan que abarca la creación, la evolución espiritual, la ascensión y perfección de los mortales que habitan los mundos evolutivos del tiempo y del espacio (pág.85, 86). Este plan de perfección de las criaturas MORTALES EVOLUTIVAS, proyectado por el PADRE UNIVERAL y aceptado sin reservas por el HIJO ETERNO de hacer a las criaturas mortales A SU PROPIA IMAGEN Y SEMEJANZA, incluye también el otorgamiento de un fragmento del PADRE UNIVERSAL; el espíritu divino que reside en la mente mortal (el ajustador del pensamiento), así como_también una_serie de atributos espirituales (el Espíritu de la Verdad y el Espíritu Santo). Ese TRIPLE NUCLEO ESPIRITUAL (LU 12:9.6, LU 101:3.2, LU 194:2.11, LU 196:3.6) va a guiar espiritualmente a las criaturas mortales que tengan el anhelo de alcanzar el logro de PERFECCION HUMANA que exige el PADRE UNIVERSAL a todo los MORTALES EVOLUTIVOS que habitan los mundos materiales del tiempo y del espacio.
Es importante señalar que, únicamente a través del logro espiritual que alcance el hombre mortal, este podrá ser reconocido como un auténtico HIJO DE DIOS; puesto que es en sentido espiritual que DIOS está presente en el hombre (LU 101:10.4). Esto es verdad, ya que EL PADRE UNIVERSAL, al crear al hombre mortal A SU IMAGEN Y SEMEJANZA, este se encuentra obligado a alcanzar el ESTADO ESPIRITUAL del PADRE, así como su SEMEJANZA EN PERFECCION. Pero, por las limitaciones que le hemos impuesto a nuestra mente evolutiva mortal, somos totalmente incapaces de discernir correctamente el significado de lo expresado por EL DIOS-PADRE cuando manifestó «hagamos a las_criaturas mortales a nuestra propia imagen y semejanza» (LU 7:4.4), y nos hemos quedado con el pobre concepto literal de que como hombres mortales somos semejantes a DIOS.
Ya es tiempo de empezar a comprender que, como criaturas mortales evolutivas debemos: primero, mostrar el deseo sincero de empezar a buscar a través de nuestros propios actos y bajo la guía espiritual del fragmento de DIOS que mora en nosotros, la misma semejanza espiritual que emana en cada uno de los actos que realiza el PADRE UNIVERSAL, así como exhibir el ardiente deseo y la ambición suprema de intentar alcanzar la PERFECCION HUMANA que el PADRE le pide a sus hijos mortales, ya que el mandato supremo que el PADRE UNIVERSAL ha ordenado a las criaturas de su inmensa creación es: «Sed vosotros Perfectos, así como YO soy Perfecto» (LU 1:0.3, LU 40:7.5).
Para alcanzar tal logro de perfección, los mortales de la tierra deben ser conscientes de que existe dentro de su mente cósmica (LU 16:6.1, LU 16:6.10-11) un conjunto de fuerzas espirituales y fuentes de poder supermaterial que los vinculan directamente con las deidades paradisiacas. Existe la conexión directa de los ajustadores del pensamiento con el PADRE UNIVERSAL, la vasta influencia espiritual del HIJO ETERNO a través del Espíritu de la Verdad y la presencia espiritual del ESPIRITU INFINITO a través del Espíritu Santo; así como una serie de personalidades espirituales del universo local y del superuniverso, que de manera amante y por siempre conducirán hacia arriba y hacia adentro al hombre de corazón honesto hacia los ideales de divinidad y al logro de la perfección suprema (LU 9:2.4-5).
El inicio de la carrera por alcanzar el logro de la perfección prácticamente arranca durante el transcurso de nuestra vida terrenal y se va a manifestar a través del acto consciente de ver a los hombres de la misma manera que el PADRE ve a sus criaturas. Es decir, el acto de mostrar hacia nuestros semejantes el mismo amor paterno que el PADRE UNIVERSAL nos otorga a nosotros. El mismo amor paterno que manifestó JESÚS DE NAZARET para con todos sus semejantes, pero principalmente para quienes lo persiguieron, lo ultrajaron y lo crucificaron. Por eso JESÚS siempre predicó a sus discípulos lo siguiente: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen y orar por los que os ultrajan. Y todo lo que vosotros creáis que haría YO por los hombres, hacedlo vosotros también (LU 140:3.16) Durante todo su ministerio público (su etapa de predicación), el MAESTRO JESÚS enseñó a sus seguidores a manifestar «amor paterno» en vez de «amor fraterno». El «amor fraterno» significa amar al prójimo como a uno mismo, pero el «amor paterno» requiere el extraordinario acto de «amar a tus semejantes como JESÚS te ama a ti» (LU 140:5.1). Así pues, este es el estado PERFECCIÓN HUMANA que nos exige EL PADRE UNIVERSAL a través de su «mandato supremo de perfección».
Es importante señalar que el hombre mortal es el ARQUITECTO de su propio destino eterno. Y solo ÉL será el único responsable de construir en esta vida los cimientos de su futura vida eterna, ya que sobre esa base deberá desarrollar un autentico trabajo espiritual que le va a permitir a su ALMA EVOLUTIVA sobrevivir a la muerte, para que sigua evolucionando en la escala de vida inmortal, la cual abarca toda etapa o fase posible de realidad universal (finita, absonita y absoluta). Y así, tras una gloriosa carrera espiritual ascendente, logre el estado inmortal de ESPÍRITU PERFECCIONADO y cumpla con LA VOLUNTAD DE DIOS de «Ser Perfecto así como Dios es perfecto».
Es necesario resaltar que el hecho de iniciar esa gloriosa carrera ascendente hacia el PARAISO, desde el nivel más bajo de la existencia de criaturas inteligentes, conlleva una «mayor satisfacción», ya que los que comienzan desde abajo con tenacidad y esfuerzo irán ascendiendo en la escala de vida; la cual abarca toda fase posible de existencia universal, que va DE ANIMAL HASTA ANGEL, DESDE ANGEL HASTA ESPIRITU, Y DESDE ESPIRITU HASTA DIOS (LU 48:8.4).
Para el logro de esta extraordinaria evolución espiritual del hombre mortal, se debe tener presente que el PADRE UNIVERSAL generosamente ha otorgado a sus criaturas evolutivas un conjunto de atributos espirituales, los cuales guiarán a los hombres que verdaderamente tengan el anhelo de alcanzar la sobrevivencia de su alma mortal por medio de un auténtico trabajo espiritual. Estos atributos son:
Basándonos en lo anterior, es necesario que se comprenda el autentico significado de cada uno de esos dones espirituales que poseemos, así como la función que desempeñan a través de nuestra mente cósmica y durante el transcurso de nuestra vida terrenal.
Es importante señalar que el progreso espiritual que desarrolle el mortal evolutivo será a través de la acción conjunta de esos atributos espirituales y de los siguientes valores de desarrollo humano: INTELECTUAL, SOCIAL, MORAL, ESPIRITUAL y de discernimiento cósmico (LU 49:6.9).
1.- LA MENTE: El Dios Infinito ha otorgado a cada una de sus criaturas finitas un sistema de intelecto (un sistema de energía personal) que les ha sido prestado para su uso temporal dentro del nivel finito en el que se desenvuelven, pero con un potencial universal e infinito (mente cósmica) que le va otorgar a la criatura mortal la habilidad innata de formularse pensamientos intelectuales más elevados, que le van a permitir tener contacto con los demás niveles de realidad universal (absonito y absoluto). La mente humana es poseedora de un triple núcleo espiritual, que le va permitir ser el canal indispensable de comunicación entre las realidades materiales y las realidades espirituales.
La mente es el mecanismo del organismo humano que piensa, percibe y siente; es el total de la experiencia consciente e inconsciente, es la inteligencia asociada a la vida emocional y va siempre hacia arriba a través de la adoración y la sabiduría hasta llegar a nivel de espíritu.
La mente mortal es el instrumento cósmico (mente cósmica) sobre el cual la voluntad humana puede tocar la discordia de su destrucción, o puede extraer las más exquisitas melodías de su comunión con DIOS y su consiguiente supervivencia eterna. Así como también es la arena en la cual viven las personalidades humanas, toman decisiones, eligen a Dios o lo abandonan, se eternizan o se destruyen a sí mismos.
Así pues, en tus manos sujetas a tu LIBRE ALBEDRIO ESPIRITUAL se te ha otorgado tu MENTE COSMICA EVOLUTIVA, y es a través de tu mente por la que vives y mueres, y es dentro de tu mente y con tu mente que tomas esas decisiones espirituales que te permiten lograr la comunicación con tu ajustador del pensamiento, ese ESPIRITU DIVINO del PADRE que mora en ti y que es la realidad espiritual más pura que pueda existir en el gran universo (LU 0:5.8, LU 12:9.6, LU 42:10.6, LU 56:2.3, LU 85:7.3, LU 111:1.3, LU 111:1.6, LU 115:1.1).
2.- EL ESPÍRITU: La infinidad de la PERFECCION DE DIOS es de tal magnitud que por siempre será un misterio. Pero el más grande de todos los misterios impenetrables de DIOS es el misterio de la residencia de su ESPIRITU DIVINO en la mente de los mortales evolutivos. La manera en que convive el PADRE UNIVERSAL con las criaturas del tiempo es el más profundo de todos los misterios del universo. La presencia divina del Espíritu del Padre en la mente de las criaturas del tiempo es el misterio de los misterios. A partir de este hecho, el cuerpo físico del hombre pasa a convertirse en EL TEMPLO DE DIOS, pero por la ignorancia espiritual que padecemos los mortales de URANTIA nos pasamos buscando a DIOS por todas partes y en todos los templos, y vamos en pos de los tesoros del reino con el corazón anhelante y los pies cansados porque nunca lo encontramos, y tristemente el hombre muere sin saber que su cuerpo es EL TEMPLO DE DIOS y que dentro de él habita un fragmento divino del PADRE UNIVERSAL (LU 1:4.1, LU 1:4.2, LU 159:3.8).
Ya es tiempo de que conozcamos que el PADRE, en un acto de infinito amor, desciende desde su gloriosa y eterna morada paradisiaca para fraternizar con cada una de sus criaturas mortales finitas a través de su ESPIRITU DIVINO (el ajustador del pensamiento), ese fragmento de DIOS que va a residir en el intelecto de cada criatura mortal que sea de mente normal y de corazón sincero. De esta manera, el DIOS-PADRE hace contacto personal con la mente de su hijo mortal con el fin de otorgarle una parte de su espíritu infinito y eterno para que viva y habite en él, y así el hombre pueda tener la certidumbre de la comunicación con DIOS. Debido a esa presencia divina, el hombre puede comprender más plenamente la presencia y el poder transformador de otras influencias espirituales (el Espíritu de la Verdad y el Espíritu Santo) (LU 101:3.2, LU 194:2.11). El PADRE UNIVERSAL no es un DIOS lejano o remoto; por el contrario existe en ÉL una infinita grandeza, una gran generosidad y un amor sublime que lo llevan a anhelar una intima comunicación con todos los seres creados que puedan comprenderlo, amarlo y que verdaderamente estén dispuestos a cumplir con su mandato supremo de perfección.
Los mortales evolutivos del gran universo pueden tener grandes diferencias innatas, intelectuales, físicas, económicas, sociales e incluso morales o religiosas pero, por lo que respecta a su capacidad espiritual, esta será uniforme y única. Todos por igual disfrutan de la misma presencia espiritual divina, todos cuentan con el mismo privilegio de tener una íntima comunicación personal con el ajustador residente de origen divino. A la vez todos por igual con su LIBRE ALBEDRIO ESPIRITUAL pueden aceptar la guía espiritual uniforme del ajustador del pensamiento. DIOS no muestra preferencia por ninguna persona, ya sean estas espirituales o materiales. Únicamente será la indolencia de la criatura la que va a restringir la acción espiritual de la presencia divina que reside en cualquier hijo del PADRE (LU 5:1.5, LU 110:3.4).
Si el hombre mortal esta espiritualmente habitado por el ajustador, si la mente del hombre esta espiritualmente motivada, si tal alma humana desea sinceramente conocer a DIOS, si desea hacerse cada vez más semejante a «EL» y si honestamente desea cumplir con la voluntad de DIOS «de ser perfectos así como él es perfecto», no habrá ninguna interferencia negativa que pueda impedir la ascensión certera a dicha alma hasta las puertas de la eternidad, ya que el PADRE desea que todos sus hijos alcancen el paraíso. DIOS ya tiene reservado un lugar para recibir a todas las criaturas mortales que hayan alcanzado EL LOGRO DE LA SOBREVIVENCIA INMORTAL, ya que las fuerzas del amor divino y los medios de la administración divina se enlazan para facilitar el avance espiritual de todas las inteligencias merecedoras que desean llegar hasta la presencia del PADRE UNIVERSAL (LU 5:1.6, LU 5:1.7, LU 5:1.8).
Los mortales de Urantia aun podemos obtener el logro de sobrevivencia inmortal. Ya ha llegado la hora de ser conscientes de que DIOS es accesible, que EL PADRE es alcanzable y que EL CAMINO DE LA VIDA ETERNA está abierto, siempre y cuando nos esforcemos en cumplir con su mandato de PERFECCION HUMANA, tal y como nos lo enseñó un hombre mortal llamado JESÚS DE NAZARET durante el transcurso de su ejemplar vida terrenal y a través de su RESURRECCIÓN.
¿Podremos realmente comprender el verdadero motivo por el cual reside en nosotros el Espíritu divino de DIOS?
¿Nos atreveremos a participar en la carrera ascendente de la supervivencia eterna?
Esa carrera de «FE» y «ESPERANZA» en la que vayamos dependiendo a cada paso de la guía de nuestro ajustador del pensamiento, esa presencia espiritual divina que va a permitir la evolución morontial de nuestra potencial «ALMA INMORTAL» (LU 0:5.10).
3.- EL ALMA: A diferencia de los otros dones espirituales que fueron otorgados a las razas mortales de Urantia, el alma va a ser producto de la acción conjunta de la mente evolutiva mortal y del ajustador del pensamiento. Esta unión de mente y espíritu va a concebir una nueva realidad espiritual de potencialidad eterna: «el alma morontial», la cual, debido a su estado embrionario, deberá empezar a evolucionar en la personalidad humana desde muy temprana edad. El alma es un atributo espiritual que obtiene el hombre a través de su relación con DIOS, y únicamente podrá evolucionar en la medida que la criatura mortal elija cumplir con la voluntad del PADRE de «Ser perfectos como Él es perfecto».
EL ALMA es de un valor universal enteramente nuevo, original y único. Es hija del UNIVERSO y únicamente se la podrá conocer a través del verdadero discernimiento cósmico y espiritual que haga la mente evolutiva de la criatura. Es de potencialidad eterna ya que, si logra sobrevivir a la muerte mortal, iniciará la gloriosa carrera ascendente hacia el PARAÍSO.
El alma evolutiva, al compartir las cualidades de la mente humana y del espíritu divino, se tornará más persistente en descubrir el verdadero significado de los valores espirituales más elevados, los cuales le van a permitir al YO mortal alcanzar, a través de la experiencia espiritual adquirida, trascender más allá de la muerte física, para que así el YO mortal sobreviviente dé a luz a una nueva realidad universal y eterna llamada ALMAMORONTIAL.
¿Qué es la morontia? La «morontia» es un término que va a designar el vasto nivel intermedio que separa al nivel material del nivel espiritual; y existe en razón de que el PADRE UNIVERSAL jamás va a convertir a sus criaturas de origen animal en seres espirituales en un solo paso. Ya que, cuando los creadores desean producir seres perfectos, lo hacen mediante creación directa y original. El nivel morontial, tal como se extiende a través de las varias etapas de la carrera ascendente del universo local, es el único camino posible por el cual el alma mortal sobreviviente tendrá que transitar para lograr erradicar todo vestigio de su origen animal y material, y así pueda ser transformada, a través de sucesivas transformaciones morontiales, en un auténtico espíritu inmortal perfeccionado (LU 48:0.2-3).
(Continúa en el próximo número)