© 2006 José Alberto Wonsover
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Un camino para acercarse a la conciencia de Dios | Luz y Vida — Núm. 7 — Diciembre 2006 — Índice | Allí donde la metafísica fracasa completamente |
La gran aventura está en la vida misma. Esta aventura de comprender y descubrir que tenemos ante nosotros un mundo de posibilidades, un mundo de oportunidades que a cada momento se abren de par en par si las sabemos apreciar.
Lógicamente que no todo se nos presentará fácil en la vida… ¡Y ese precisamente es el reto, ese es efectivamente el desafío, esa es la gran oportunidad! Tenemos a nuestro haber dos opciones: esperar con los brazos cruzados, esperando que algo «extraordinario» ocurra, o podemos ser la diferencia… jactuando con AMOR! La clave, en realidad, no es actuar por actuar: es actuar con AMOR. Pero con ese AMOR que no tiene fronteras, que no tiene límites ni impedimentos.
El Libro de Urantia nos relata tan espléndidamente un suceso en la vida del Maestro, en que se encuentran a un joven que tenía miedo, miedo a VIVIR, miedo a seguir adelante, miedo a cómo lo trataban, miedo a los retos y los desafíos (LU 130:6.1) ¿Cuántas veces a nosotros no nos ha pasado algo parecido a este joven? ¿Cuántas veces no nos hemos sentido decepcionados, confundidos, agobiados? Muchas veces lo comprendemos cuando las cosas se ponen difíciles… La vida no es fácil, y no lo pretende ser. Pero tenemos en nuestra ventaja las cosas realmente importantes, las cosas esenciales y vitales.
La vida no es tratar de vivir fácilmente, pasar la vida lo más tranquilamente. Pensar así es perderse la hermosa oportunidad de VIVIR. Los retos y los desafíos son los que nos moldean para superar los obstáculos que se nos presenten en la vida. Los obstáculos siempre existirán, la clave es cómo los superamos… ¡Ahí está la diferencia!
Podemos ver un extraordinario ejemplo en la naturaleza misma. Las águilas, por nombrar un ejemplo; son sorprendentes estos extraordinarios animales. Ellos instintivamente saben cuándo se aproxima una tormenta; si antes no han hallado un lugar donde refugiarse, las águilas levantan vuelo… ipor encima de la tormenta! Mientras la tormenta destruye y azota abajo todo a su alrededor, arriba el águila planea libremente mientras busca un lugar más seguro.
Las tormentas de la vida siempre van a estar, nadie ha dicho lo contrario. Nadie ha dicho que la vida sea fácil; la clave es cómo sobrellevarlo. Muchos han tendido un extraordinario éxito. Pero ese éxito se logra únicamente con determinación y constancia. Muchos toman ejemplos, otros esperan y se lamentan sin hacer poco o nada al respecto.
Es más,El Libro de Urantia nos comenta al respecto sobre los monitores misteriosos en nuestro ser: «No están interesados en hacer fácil la carrera mortal; más bien les interesa hacer vuestra vida razonablemente dificil y áspera, para que las decisiones estén estimuladas y multiplicadas. La presencia de un gran Ajustador del Pensamiento no significa una vida fácil ni la liberación de arduo razonamiento, pero dicho don divino ha de conferir una paz sublime de mente y una extraordinaria tranquilidad de espíritu.» (LU 108:5.5)
Incluso sobre la hermosa y extraordinaria guía de los serafines también se nos dice: «Aceptar la guía de un serafín raramente significa conseguir una vida fácil. Al seguir esta guía, con seguridad encontrarás, y si tienes la valentía, atravesarás, las empinadas colinas de la elección moral y del progreso espiritual.» (LU 113:4.3)
Muchas veces los padres sabios saben no solamente educar a sus hijos sino que se han esforzado por brindarles un mejor porvenir. Así que el reto se hace menos pesado… ¡Por la sabiduría de los mismos padres! Pero muchas veces no sucede esto y las consecuencias las tienen los hijos, tal y como pasó con Adán y Eva: «Los hijos inocentes, a menudo, comparten las consecuencias de los desatinos de sus padres descarriados.» (LU 75:5.6)
Pero cuando los padres son sabios y consecuentes, como aquel hermoso episodio de Jesús cuando estuvo en las colinas con Juan Marcos, marca muy a menudo el proceder de ese pequeño. Para que al crecer no se «escape» de la vida… ¡Sino sencillamente que la sepa valorar!
Veámoslo así… somos como los diamantes. Cuando un verdadero buscador va a buscar un diamante, primero tiene que excavar una montaña, hacer una cueva y trabajar duro, un trabajo realmente duro. Cuando al fin encuentra un diamante, lo encuentra sucio, lleno de escombros, de piedra. Apenas se percibe que el diamante está ahí. Pero la labor no acaba ahí, el diamante es trasladado a un laboratorio especial, donde es limpiado con sumo cuidado, es tratado con un especial dedicación y esmero. Al final se obtiene un a hermosa gema, una obra de arte de la naturaleza de un valor incalculable. Y entre más aprecio se tiene más valor contiene… ¡La vida es así!
Muchos lamentablemente se pierden la vida, la oportunidad de progresar, de luchar, de avanzar ante todo obstáculo que se presente en el camino. Se «cree» que con el «retiro» se podrá llegar a la meta. Pero se pierden la vida. Al optar por una senda «mística» y de «únicamente» vivir en constante meditación, se pierden la oportunidad del progreso, de convivir, de realizar una experiencia por uno mismo. No es únicamente meditar, es que la meditación sea una ayuda, una clave, para afrontar valientemente los obstáculos. Que sea un complemento… No una «exclusividad».
«Cuando ciertos mortales vacilantes y pusilánimes intentan escapar de la presión incesante de la vida evolucionaria, la religión, tal como ellos la conciben, parece ofrecer el refugio más cercano, el mejor camino de escape. Pero es misión de la religión preparar al hombre para enfrentarse valiente, aun beroicamente, a las vicisitudes de la vida.» (LU 102:2.8)
Tenemos un mundo de oportunidades esperando, depende de nosotros, primero lo preparado que estemos, y luego saberlos afrontar… ¡Como las águilas!
Un camino para acercarse a la conciencia de Dios | Luz y Vida — Núm. 7 — Diciembre 2006 — Índice | Allí donde la metafísica fracasa completamente |