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A principios de siglo, el matemático y filósofo Kurt Godell asombró al mundo académico cuando demostró que ningún sistema de matemáticas podría demostrar que fuera totalmente autoconsistente. Y dado que las matemáticas son la base sobre la que se construye toda la ciencia, y dado que la ciencia es la base de todo conocimiento verificable, nos quedamos con un enigma. Sólo podemos hablar en términos de probabilidades.
Pero Godell tiene la última palabra. Por ejemplo, ¿no puedo decir con absoluta certeza: «Sé que existo»? Y esto no es realmente una probabilidad, porque no importa cuántos intentos emprenda, nunca tendría una causa justa para responder negativamente. ¿O lo haría? ¿No podría estar soñando que existo? Pero si eso fuera cierto, seguramente habría unque está soñando, ¡y al menos esedebe existir realmente!
¿Existe un Dios? Y si lo hay, y Dios creó todas las cosas, entonces ¿no soy yo un «algo» que realmente existe aunque sólo sea en la mente de Dios? Y si eso es cierto, entonces seguro que Dios existe, y en él pienso, me muevo, respiro y tengo mi mismo ser. Me conformaré con eso.
Si un hombre comienza con certezas, terminará en dudas, pero si se contenta con comenzar con dudas, terminará en certezas.
Francis Bacon